El verano era horrible, terrible. Sobre todo, para un cánido como él.
No podía dejar de jadear y babear a ratos, por más que así lo quisiera. Y lo único que ansiaba era poder llegar a su departamento y echarse a su futón a descansar.
Estaba cansado y acalorado.
Y tal vez por eso, su jefe, le dio el chance de irse a casa temprano ese día. Le agradeció y pidió disculpas por los inconvenientes, a lo que su jefe sonrió y le restó importancia.
Rápidamente se encaminó a su departamento, con la esperanza de poder refrescarse y dormir. Sin embargo, cuando estaba por abrir con la llave la puerta, un olor sumamente familiar llegó a sus fosas nasales.
Sorprendido, abrió la puerta, hallando a Haru, quien leía un libro y de ahí apuntaba unas cosas en su libreta, aparentemente concentrada, pues no lo notó.
- ¿Haru...?
Una de las orejas de la mencionada se movió en su dirección, para luego voltearse -aun apoyada sobre su torso y codos- y sonreírle.
- Oh, hola Legosi-kun. ¿Qué tal?
El lobo dejó sus cosas y se acercó a donde estaba, sentándose en posición de flor de loto, mirando lo que hacía y luego a la fémina.
La coneja a notar su mirada curiosa, procedió a sentarse de la misma forma que él, sin dejar de sonreír.
- Perdón por llegar otra vez sin avisar, pero, necesitaba un lugar tranquilo para estudiar y... Se me ocurrió venir aquí.
No quería admitir en voz alta, ni para sí misma, que lo había extrañado y quería su presencia a su lado. y debiera ser notorio el leve nerviosismo y timidez que sentía, pues su oreja izquierda se movía un poco.
Pero como era Legosi, no debería haber problema, ¿Cierto?
- Oh... Ya veo. – hubiera batido su cola de la alegría de tenerla -porque era un lujo tener un tiempo juntos-, de no ser por lo cansado que se sentía.
Aunque sea, se había refrescado, pues Haru tenía encendido el ventilador.
- Por cierto... - se levantó del futón, yendo hasta su mochila, sacando lo que parecía una muda de ropa. Y para su sorpresa, se la estaba dando. – Quería darte esto, por tu cumpleaños... Espero te guste.
Legosi la tomó y extendió, dándose cuenta de que era una camisa sin mangas -curiosamente, a juego con la de ella-.
- También la compré porque, sé que los cánidos la pasan mal en la época de verano y...
No terminó de hablar, cuando Legosi comenzó a despojarse de su ropa -la camisa-, para ponerse la que ella le entregó. Haru se sintió complacida y feliz al ver que le entraba, haciéndola sonreír; aunque el olor a sudor le llegó a la nariz, haciendo que frunciera ligeramente el ceño.
- Creo que será mejor que te bañes antes.
Él se apenó, haciéndola reír.
Una vez bañado y seco, se puso la camisa que le regaló y unos shorts, acostándose en una parte del futón, soltando un ligero suspiro de satisfacción, batiendo ligeramente la cola. Haru continuó con sus estudios entretanto.
Siendo que, al final, los dejara por un momento, leyendo unos libros de la botánica que trajo, situándose a un lado de su novio.
Mas, sin embargo, aquello tuvo que quedar en segundo plano, cuando se vio contagiada del sueño y cansancio del lobo gris. Dejando el libro a un lado, acomodándose con Legosi para finalmente dormir.
Sintiendo la comodidad que, el sólo estar con tu persona especial, generaba.
-Traumada Taisho
Sólo vi la oportunidad y aproveché xd
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Durmiendo con bestias [Legosi/Haru] [Bill/Els]
Fanfiction[Viñetas/Semi AU] Porque a ellas, les gustaba dormir con ellos. ¿Por qué? Porque sí.