Martes 18 de abril de 1969. Por las calles de Londres el viento no daba tregua y las nubes se empeñaban en ocultar el sol. Lentamente se disiparon y dejaron caer una ligera llovizna que, en cuestión de minutos, aumentó.
Al sentir las gotas de lluvia sobre su piel, John Lennon y Yoko Ono aceleraron el paso. Ambos caminaban tomados de las manos. Lennon le sostenía con fuerza la mano a Yoko, pues temía que ella fuese a resbalar en el firmamento mojado.
La lluvia seguía y ellos jugueteando con las gotas y entre los charcos. Atravesaron el emblemático cruce de cebra y llegaron a los estudios Abbey Road.
Al entrar las carcajadas de ambos despertaron el alboroto e interrumpieron los acordes que Paul McCartney componía para dar forma a "Get Back". Lennon ayudó a Yoko a quitarse el abrigo, dejándola solo con un vestido a la altura de las rodillas.
La lluvia había hecho de las suyas en el pelo de Yoko que ya estaba más esponjoso que de costumbre, lo cual le daba un toque de singularidad que en palabras de John la hacía lucir más interesante.
La grabación de Abbey Road recién iniciaba. La relación de John, Paul, Ringo y George era álgida que, para Lennon la presencia de Yoko era vital, una especie de aire fresco en medio del encierro musical en el que forzosamente estaban expuestos.
Ese día, era la primera vez que Yoko visitaba los estudios Abbey Road y que estaba cerca de los hombres más importantes de Londres, incluso más importantes que la misma Reina. Con esa emoción de la primera vez, Lennon estaba ansioso por llevarla a recorrer los rincones del estudio y, claro, por presentarla a sus compañeros de banda.
George Harrison y Ringo Star, quienes también buscaban el ritmo perfecto para Get Back en la batería y en la guitarra, fueron los primeros en saludar a Yoko, la famosa artista japonesa que hacía suspirar a John Lennon. Aunque ya la habían visto en las revistas, tenerla cara a cara despertó en ellos una gran curiosidad y se dejaron envolver por el magnetismo de esa mujer.
De espaldas a ellos estaba Paul, quien pronto se descolgó el bajo del hombro y se apresuró a reunirse con los demás. Lennon tomó a Yoko de la mano y la condujo hacia McCartney, los presentó y ambos entrelazaron sus manos. Al entrar en contacto, la piel de los dos se erizó y el corazón les comenzó a latir con fuerza.
Mientras tanto para Lennon, los inicios de grabación de Abbey Road necesitaban de inspiración, por lo que decidió salir a buscarla en forma de cigarrillos. Ringo y George lo acompañaron, mientras que Paul y Yoko se quedaron en el estudio.
Paul volvió a colgarse el bajo y las notas de "I Saw Her Standing There" empezaron a escucharse.
Well my heart went boom
When I crossed that room
and I held her hand in mine
— Yoko, ¿Quisieras bailar conmigo toda la noche? — dijo Paul mientras no perdía detalle de ella
— Sí — le contestó Yoko y en su rostro se dibujaba una tierna sonrisa.
La puerta se abrió y John, George y Ringo entraron. Las primeras bocanadas a los cigarrillos de marihuana comenzaron a oler. En la mente de Paul ya hidratada por cannabis resonaba el sí de Yoko, en las cuerdas de su bajo y en las de su voz vibraba "Don't Let Me Down" solo para ella, que lo veía fijamente desde los brazos de Lennon, su mejor amigo.
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Paul y Yoko se enamoran en Abbey Road
RomanceEn medio de una tarde lluviosa, Lennon presenta a su mejor amigo con su novia, sin saberlo prende la chispa de fuegos artificiales entre ambos.