El sufrimiento

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Un día, desde lo alto del torreón del castillo, fue avistada una gran nave que se acercaba al puerto, y el príncipe decidió ir a recibirlo acompañado de la Sirenita.

Una dama salió del barco y le sonrió al príncipe, el príncipe se acordó de su mirada la cual era parecida al rostro que le salvó la vida y le sonrió. La dama en realidad era una princesa que reinaba en otro país. Hicieron una fiesta por la llegada de la princesa.

En la mañana siguiente tocaron las campanas que anunciaba que el príncipe y la princesa se iban a casar.

Entro el príncipe a la habitación de la Sirenita, la vio llorando y le dijo no se por que estas llorando, si es por la boda, yo no sabía de la boda mis padres la planearon.

El príncipe le añadió la frase cuando emparejo la puerta, sabes si tu estas triste yo también lo voy estar, si supiera de quien era esa voz tan hermosa que me cantaba cuando estaba tan inconsciente con ella me encantaría casarme.

Al cabo de unos días fueron invitados a hacer un viaje por mar en la gran nave que estaba amarrada todavía en el puerto. La Sirenita también subió a bordo con ellos, y el viaje dio comienzo.

Al caer la noche, la Sirenita, angustiada por haber perdido para siempre a su amado, subió a cubierta. Recordando la profecía de la hechicera, estaba dispuesta a sacrificar su vida y a desaparecer en el mar. Procedente del mar, escuchó la llamada de sus hermanas:
-¡Sirenita! ¡Sirenita! ¡Somos nosotras, tus hermanas! ¡Mira! ¿Ves este puñal? Es un puñal mágico que hemos obtenido de la bruja a cambio de nuestros cabellos. ¡Tómalo y, antes de que amanezca, mata al príncipe! Si lo haces, podrás volver a ser una sirenita como antes y olvidarás todas tus penas.

La sirenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora