Unique

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Tal vez hayan pasado unas cuatro horas dentro, la gente que disfruta su fin de semana abunda, con amigos o en pareja. Todos menos Hwang HyunJin. La relación de dos años con YuNa ha culminado.

«¿He hecho algo mal? ¿Ya no sientes algo por mi?»

“Si pongo este trago aquí...” Jin, aún no salía de su letargo producido por el alcohol. Después de unas rondas de baile, frente a la barra; decidió salir en busca del clima en el exterior.

Removió los bolsillos de su chaqueta; no había rastro de algún cigarrillo, solo encontraba su encendedor, dentro de la cajetilla vacía. Pasa de mana en mano el rectángulo del color tal noche sin luna, con líneas doradas en cada arista. Prendió el zippo y colocó sus delgados dedos en la llama.

—Ay— musita para si, el escozor se extiende por debajo de su piel. Mientras observa cautelosamente la terraza, halla a un joven de cabellos rubios (decolorados) chaqueta de cuero oscuro, vaqueros de mezclilla azul rey y una playera a juego con la primera prenda: contrastante con la piel lechosa, exhibida traviesamente un poco más abajo de las clavícula pronunciadas.

Y lo más importante; con un cigarrillo en los labios.

—¿Podrías darme un cigarro?— inicia el de cabellos almendrados, con un inútil intento de llamar la atención del tercero. —¿Por qué tendría que hacerlo?— repuso sin interés.

—Porque eres una persona noble—.

—No— dijo el rubio, alzando la mirada para verle el rostro a Hyun. —No debes de fumar, mocoso cara de bebé—.

—No soy pequeño, tengo veinte— réplica con una voz un poco más aguda de lo normal, incluso se sorprendió al escucharse. —Y, veo que no eres un hombre noble...—.

—Yo tengo veintitrés. No te quejes, te estoy salvando la vida—. Hwang levantó su mano —¿Cuál es tu nombre?—.

—Vete al diablo—. El mayor lo menciona por el simple hecho de que no lo molestara más; tiene lo que pidió. —Dame fuego— Jin pone el tabaco en sus labios.

—Ponte— el mayor no pudo contener una carcajada por su contestación, muy infantil. Para su mala suerte, no duró tanto su felicidad, pues una mano lo jaló al frente. HyunJin unió la punta de los cigarros, el más alto mantenía sus orbes cerrados, el más pálido abrió de golpe sus ojos, atónito por el movimiento. Finalmente, tras diez segundos, Hwang decide aflojar su agarre en la chaqueta de cuero; el rubio retrocedió un par de pasos, perplejo de lo anterior.

Un silencio abismal creció a pasos agigantados...

—Bang Chan— susurró el chico más bajo, con el cigarro casi consumido por completo. Jin no pudo evitar hacer una sublime sonrisa, que por un momento, deslumbró a Chan.

—Mierda— piensa en voz alta Bang, mientras deposita la colilla en el cenicero de la esquina en la terraza. —¡Ey!— lo llamó el alto, —¿A dónde irás?—.

—A casa. No es mi estilo estar cerca de mocosos— contestó el rubio girando los ojos.


—¿Podría acompañarte? Claro... si gustas— una embarazosa pausa tomó el aire. —Sabes... Necesito matar el tiempo, uno de mis amigos sigue allí adentro y ebrio. No quiero interrumpirlo.—

½  c i g a r r e t t e.   - - -   𝚌𝚑𝚊𝚗𝚓𝚒𝚗Donde viven las historias. Descúbrelo ahora