Capítulo 1: Putas y drogas

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En una tarde espantosa, donde las malas vibras flotaban por todo el ambiente, un muchacho de corpulenta figura hacia ejercicio. Por un lado, estaban las notificaciones del celular que solo interrumpían el placer que la música motiva al entrenar. Por el otro lado, se escuchaban gemidos salvajes y resonantes de la vecina que usualmente invitaba a muchachos para tener sexo con ella. ¿Faltó mencionar alguno? Si, Tocaban a la puerta incesantemente.

- Pancho, ¿Qué carajo estas haciendo?-Sonó levemente tras la puerta antes de abrirse.

- ¿Que?

-¿Que de que?

¿Qué de que de que?

- ¿Estás drogado verdad?-Preguntó el invitado-Mueve tu negro trasero, hay que largarnos de aquí.

Muchas de las cuestiones que se abarcan en esta historia son obscenas y desubicadas. Tales desagradables atributos son designados por la sociedad a situaciones o personas como verán a continuación.

Entrando a una apestosa y pesada habitación estaba Juan, mejor amigo y cómplice de Francisco Vergara, alias Pancho verga. Ambos suelen vender drogas en la universidad, sus padres pagaron mucho dinero para hacerlos ingresar a una privada y, por supuesto, estaban ajustados de dinero y comida, razón suficiente para entrar en este mundo de los narcóticos. Su nivel de venta era alta, ganaban dinero como Pablo Escobar en sus inicios, tenían un futuro de Narcos respetable. Prepotente y estúpido, como todo hombre heterosexual de su edad, Pancho tenia sexo con su mejor amigo, Juan. El era activo en esos tiempos y le gustaba darle por atrás al otro, aun así, no eran pareja ni novios, eran solteros ha su manera.

El sexo anal y el semen no eran practicas únicas en su juego del amor. Ambos sabían de primera mano que por ser jóvenes, atractivos y arriesgados. Podían tener sexo de múltiples maneras. Oral, la favorita de Francisco por atorar con su pene a Juan y verlo directo a los ojos en su juego perverso lleno de insinuaciones. Y el favorito de las que quieren conservarse vírgenes, el anal. Pero era muy descabellado incluso para ellos recordar todas las posiciones atléticas y voluminosas que podían conseguir figurar al momento de perpetrar la penetración. Era increíble pensar en como nuestro cuerpo cuando esta en forma, puede lograr modelar posiciones como, subirlo en la mesa, jalarlo por la cabeza mientras lo follaba fuertemente por atrás incapacitándole los brazos, haciéndolo sentir indefenso, estaban locamente enamorados, amaban follar y sobre todo, tenían una confianza resaltable.

- Muy bien maricón con bolas, ¿Qué hay de nuevo hoy? Estoy hambriento.

- ¿Qué de que? JAJAJAJA Estoy drogado hermano.

- Maldita sea, lo sabia -Dijo Juan mientras refunfuñaba- Puta madre contigo, siempre es lo mismo, ya deja esa mierda.

Mientras decía esto ultimo miró fijamente a Pancho con desagrado y mantuvieron esa mirada por largo tiempo.

- JAJAJAJAJAJAJA

- JAJAJAJAJAJAJA

Ambos rieron de lo que se decían por motivos singulares, Juan estaba jugando una broma a Pancho, ambos eran drogadictos de mala junta, nadie con dos dedos de frente y sentido de la moralidad se juntaría con este par de enfermos, drogadictos y degenerados homosexuales. Y por otro lado Pancho, que pues reía porque estaba drogado, esa era la razón.

- Juan, necesito dinero -Dijo Pancho mientras su semblante se entristecía- Ando ajustado de dinero.

- JAJAJAJAJAJA Imbécil, somos casi millonarios ¿De que estas hablando?- Decía burlonamente Juan mientras pasaba de afuera a dentro.

- Oh Oh...

¡Mierda! Era un cadáver en la habitación. Parecia recien asesinado, lleno de sangre y viceras visibles, sus pulmones estaban a la vista, parecia como un asesinato sin medida, tenia los pulmones negros y podridos, como si hubiera sido un fumador compulsivo. La cara de Juan fue de horror, 

   




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⏰ Last updated: Sep 20, 2022 ⏰

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