Mochi Xpress

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—¡No me digas que eres virgen! —Bromeo Kaminari con una sonrisa en el rostro, sus carcajadas resonaron por todo el corredor de los vestidores donde el equipo de basquetbol se encontraba. Pronto las risas que se le habían sumado cual eco, empezaron a mermar hasta que Denki notó como solo él era el único que seguía riendo— Bakugo no me digas que... —Katsuki término de colocarse la camisa blanca del uniforme, tan pronto está bajo de su cabeza hacia su cuello y pronto a su abdomen, Denki pudo ver su entrecejo fruncido junto con aquella mirada que rápido leyó como un "yo te mato" que efectivamente no se había equivocado, Bakugo seguía siendo virgen— Oh, man... —colocó una mano sobre su hombro, mientras le veía con condescendencia— Bueno no te sien...

—Denki —el aludido sintió un escalofrío recorrer su cuerpo cuando lo escuchó hablar, y no fue para menos cuando sintió como su mano fue tomada con rudeza y poco a poco sentía la fuerza que Katsuki impartía sobre ella— Una palabra más y créeme que Jiro no querrá besar nunca tu morado rostro cuando termine contigo.

—¡Sí!

Y el asunto quedó ahí. O al menos eso creyó Katsuki hasta que vio el extraño paquete frente a la puerta de su departamento.

Cuando Bakugo escuchó el sonido del timbre un fin de semana cualquiera, pensó que tal vez se trataba del repartidor de pizzas.

Después de todo, esa tarde la tenía libre de todo y todos al haber terminado su tarea la noche anterior y parte de ella en esa misma mañana, además al no tener otros planes a parte de su rutina matutina que era ejercitarse a primera hora del día, tenía libre la tarde, siendo que su compañero de cuarto, Izuku había salido junto a sus demás compañeros y amigos a sus habituales citas grupales con su novia Melisa.

Si bien, Midoriya le había invitado, nuevamente Bakugo rechazo la oferta de ir con los demás a los bolos.

Sacando su billetera pensó en pagar al repartidor, notando que no había nadie además de la enorme caja.

Bakugo miro a los lados cuando saco la cabeza por la puerta. Notando que no parecía haber nadie por ninguna parte, ni señales del propio repartidor que había dejado tan inusual paquete, chasqueado la lengua, paso su mano por la nuca.

—¿Qué demonios? —soltó en el solitario corredor, mientras pensaba que hacer con el paquete. Haciendo memoria estaba seguro que no había ordenado nada, ¿Tal vez era algún artículo de su compañero?, pensó y tras hacerlo bufo ante el enojo— ¡Maldito Deku! ¿¡Acaso crees que soy tu sirviente!? ¡Me las pa... —se detuvo al notar que la caja traía una etiqueta a un costado, tomándola con su mano derecha, aguzó la vista, la caligrafía -si es que podía llamarla así al par de garabatos mal escritos- tenía el mensaje; "Para Katsuki Bakugo" debajo de ella la dirección a donde fue entregada.

Katsuki se lo pensó por unos instantes antes de tomar una decisión, bien podía ir a recepción a preguntar sobre algún detalle de su peculiar entrega, sin embargo la razón perdió contra su irascible forma de ser cuando empezaban a tocarle los cojones.

Porque después de todo Bakugo Katsuki no era alguien que se asustara fácilmente, era más bien, alguien conocido por su imprudencia.

Llevando la caja adentro, sin querer la envoltura de la parte de abajo se desprendió al chocar con la puerta de la entrada, notando así que la parte de adelante era transparente y podía observarse parte de su contenido. Al menos una extremidad blanca asomándose pudo ver, lo que género que en los labios del rubio se dibujara una sonrisa llena de diversión por lo interesante que podría contener su "paquete", sonrisa que se borró al instante al ver el exoesqueleto frente a él cuando desenvolvió todo.

Katsuki miro el cuerpo frente a él, o mejor dicho el "cuerpo" aperlado que se hallaba de pié, apoyado, claro, de su base de carga, la base de plomo y estaño brillaba con fulgor fungiendo ser la unión de cada una extremidad que imitaba la parte de un cuerpo normal.

Mochi Xpress 【Kacchako】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora