02.

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¿Recuerdan cuando Jimin dijo que "no era tan malo ser nuevo"? Pues, sorprendentemente, resultó siendo verdad.

Llevaba aproximadamente un mes en su nueva escuela y se había logrado acoplar bastante bien. Su legendario encanto había servido bastante. Era el alumno favorito de la señora de la cafetería y de todos sus profesores.

Menos del de inglés, que le miraba con lo que se podría decir odio. Pero lo entendía hasta cierto punto. Lo único que hacía en sus clases era probarse filtros de Instagram o comer.  Sumándole a eso, lo poco que sabía decir en inglés era "excuse me" y "yes, i am".

¿Le importaba? No. ¿Lo cambiaría? Tampoco. Entonces, tenía todo controlado a su parecer.

Jimin: 1.
Daegu: 0.

O eso pensaba, ya que, lo que en realidad era malo era ser estudiante de preparatoria. Tenía más tarea que ganas de vivir, dormía 4 horas al día, y se veía del asco.

Un tanto exagerado para primer semestre de preparatoria, ¿no lo creen?

El problema radica en que Jimin apestaba en organizar su tiempo. Realmente lo hacía. De verdad que era muy malo en eso.

Su vida consistía en ir a la escuela, a su casa para alimentarse, dirigirse a sus clases de danza, ir de nuevo a su casa, tomar un baño y se tumbaba en su cama.

Las horas pasaban y ni siquiera las sentía, hasta que ya había oscurecido bastante y era demasiado tarde. Ahí era cuando comenzaba a hacer sus tareas a las 2 de la mañana, normalmente. Definitivamente debía de cambiar su rutina.

A pesar de esto, se las arreglaba para mantener en buen promedio. Claro, excepto en inglés.

Y hoy, como todos los otros días, debía de levantarse para ir a la escuela. La alarma sonaba con una melodía que le resultaba extremadamente molesta; pero cumplía su propósito.

Deslizó su dedo sobre la pantalla para acallarla. Todavía acostado, tomó su celular y revisó la hora. Marcaba las 06:05 am.

Talló sus ojos, hinchados por el sueño  y se sentó con pereza en su cama. Entreabrió sus ojos, acostumbrándolos a la poca luz que había en la habitación.

━ Otra vez a la pinche puta escuela.

Destapó las calientitas cobijas de su cuerpo y una pequeña brisa fresca le hizo tiritar. Era bastante friolento.

Con el ceño fruncido se encaminó hacia el baño, para proceder a ponerse lo más decente posible para la escuela.

Al llevar uniforme, no debía de procuparse por lo que usaría diariamente. Lo tomó y se lo colocó. Solo agregando un abrigo negro, bastante afelpado, cabe mencionar.

Roció un poco de perfume en su ser, tomó el par de anillos plateados que siempre portaba y situó su mochila en su hombro.

Dirigiéndose a puerta, dio un vistazo a su cuarto y llegó a la conclusión de que era un desmadre, como toda su vida.

Ya se daría tiempo de arreglarlo... algún día.

Bajó las escaleras, saludó a su papá, que se encontraba preparando su almuerzo y a su hermano menor, el cual se encontraba babeando la barra de la cocina debido al sueño.

Tomó sus llaves, se miró por última vez en el espejo del recibidor, colocó sus zapatos escolares y salió de su casa.

Ah, shit. Here we go again.

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⏰ Última actualización: Jul 10, 2020 ⏰

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