Cada día, a la misma hora, su alarma suena para despertarlo del profundo sueño que tiene a causa del cansancio después de los días agotadores que sufre en su empresa. Es levantarse, darse una ducha con agua fría, vestir uno de sus trajes caros realizados solo a su medida e ir al trabajo en su auto mientras escucha la radio en un volumen tan bajo que ni siquiera él percibe ya que las noticias sobre farándula realmente no le importan.
Es la misma rutina, nada cambia. Llegar a su edificio, subir a su oficina, escribir nuevamente los documentos ya que su asistente es tan malo en hacerlos que ahora solo tiene esa idea de despedirlo y llamar otro reemplazo por qué rehacer los papeles le quitaban la poca energía que le quedaba. Después de ocho horas, en realidad más gracias al mal trabajo del chico, volvía a su casa mientras sufría del estrés que el tráfico de la ciudad le daba.Apenas llegaba su morada solo para asearse y dormir sus horas completas antes que la alarma suene nuevamente, esa es toda su rutina de cada día. Todo igual hasta que llegan los viernes el cual es el único día en el que se permite ir sin su auto al trabajo para así caminar algunas cuadras y encontrarse en esta tienda de no gran tamaño en la cual vendían flores de todo tipo.
Sin falta, cada viernes por la tarde; trataba de salir temprano junto a sus empleados para así llegar a tiempo a ese local para que el omega de ojos azules le prepare un ramo con las mismas flores que usaba siempre que iba a la tienda, girasoles y margaritas.
A Harry realmente le gustan las flores, esas eran sus favoritas ya que amaba despertar un poco más tarde los sábados y sentarse con su taza de café humeante mientras disfruta del aroma del florero en el centro de su gran mesa que siempre estaba vacía ya que solo él la usaba.
Él es muy sincero, admite que el aroma del omega; el cual descubrió que se llama Louis gracias a que uno de sus compañeros lo mencionó en medio de una conversación y por qué puede verlo en su gafete; es mucho más agradable que el aroma de todas las flores con los olores más exquisitos juntos.
Solo que Harry no tiene esa valentía de hablarle más que palabras simples como un 'Buenas tardes a ti también' o un 'Muchas gracias' cuando terminan de envolver el ramo para que en el camino las flores no se maltraten.
Aún recuerda cuando lo conoció, cuando simplemente un día el auto se malogró un jueves y estaría listo para el fin de semana. Las imágenes se reproducen perfectamente en su mente al recordar que el taxista que lo llevó en la mañana fue muy descortés y que al salir decidió irse caminando ya que estaba tan cansado como para aguantar otra pelea estúpida por el resto del día.
Se puede ver caminando cuadras abajo de donde se encuentra su trabajo, su ceño fruncido por qué siente su cuerpo pesar por moverse por todo el edificio al tener su agenda a punto de explotar en reuniones que culminaron en un trato que no se hará por qué en serio el inversionista polaco no le caía bien, además de que llenó su sala de reuniones con su aroma repulsivo que denotaba enojo cuando le dijo que prefería no cerrar el acuerdo por las malas ideas que tenía.
Pero pasa por esa floristería nueva en la avenida, que seguramente fué abierta hace menos de una semana por sus farolas nuevas o la decoración tan llamativa que sabe con exactitud nunca vió en el camino a casa. Entra por simple curiosidad, solo necesitaba ver algunas flores; si algo llegaba a gustarle quizás podía comprarlo y llevarlo a su casa.
Así que lo ve, realmente sabe que no puede comprarlo. Claro que no, tampoco sabe si realmente pueda conseguirlo pero el ángel tan pequeño y tierno que sus orbes verdes observan es demasiado bello como para ignorarlo. Él habla con una anciana que le pregunta por violetas y el significado que tienen.
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Unfading // larry au
Short StoryQuizás es solo un obsesión con las flores, quizás es que le gusten demasiado esos girasoles y margaritas en el florero de su mesa. Puede sea solo el dulce aroma con el que llena su casa. Lo único que puede admitir, es que ama tanto esas flores y es...