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— ¿Es necesario realmente que los acompañe?

Taehyung, mi hermano menor, estaba sentado a mi lado. No paraba de hacer preguntas desde que habíamos salido del palacio, entre aburrido y malhumorado. Yo sabía que asistir a la boda de su hermano no era lo que él esperaba de sus vacaciones, pues tenía mejores cosas que hacer y no soportaba la idea de estar tanto tiempo lejos de su novia. No estaba muy feliz por nuestro viaje al país de las maravillas. 

— Es importante. — le respondió mi madre sin más. Cuando mis ojos fueron hacia Taehyung, me dije a mí mismo que era mejor permanecer fuera de eso. Mi hermano no era muy bueno escondiendo lo que sentía. 

— ¿Te has detenido a pensar en si es realmente importante...? Porque yo sí. — Taehyung arqueó una ceja, desafiándola con la mirada. 

— Ya hablamos de esto antes, hijo. — ella rodó los ojos, sin preocuparse en mirarle. 

— ¿Hablamos? No, no. Tú me hablaste de lo importante que es este viaje, pero no me dejaste participar en la "conversación". La verdad es que... ¡Me mandaste a la mierda cuando intenté abrir la boca!

— Tu lengua, niño. ¿Acaso escuchas a tu hermano mayor decir palabrotas? — lo reprendió. Taehyung le miró con un brillo en sus ojos que se acercaba demasiado al odio para ser su hijo. Él odiaba que mamá lo comparara conmigo, eso lo enojaba mucho. Y también que ella tuviese una idea de quién era y quién debía ser. 

— ¿Cuándo vamos a llegar? — pregunté para conducir el ambiente hacia otra dirección. Mamá posó sus ojos en mí y me sonrió con dulzura. 

— Muy pronto, cariño. Verás que Yoongi es un chico maravilloso. 

Sólo asentí. Creo que siempre había sido demasiado perfecto, me esforzaba mucho por agradarle a ella. Pero desde que mis ojos encontraron los de Park Jimin, no quise ser tan perfecto si eso implicaba no poder estar fascinado con esa mirada dorada. 

El príncipe Jungkook. 

SIN CORAZÓN 無情: KOOKMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora