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¿Qué es el amor?

  Muchos son los que se hacen esa pregunta y muy pocos los que logran encontrar su respuesta. Christopher Bang no sabría decir el momento exacto en que la encontró, solo podía afirmar que para él amor era ser como la Luna y la Tierra: enamorarse era ser capaz solo de ver a una persona y querer brindarle todo lo que estuviese a su alcance; existía la posibilidad de que nunca fuese recíproco, pero eso no evitaba que él estaría a su lado en todo momento para hacerle feliz.

  Chris era un chico tímido así que confesar su amor directamente era algo que no podría más que imaginar; por ello todas noches en las que miraba las estrellas siempre pedía valor, la capacidad para exteriorizar sus sentimientos. Cuando sus padres le regalaron un teclado en las navidades de sus trece años que supo que su deseo había sido concedido, la música era la solución que buscaba.

  Asistió a clases de piano durante un tiempo y vio tutoriales de YouTube en búsqueda de ayuda para aprender a componer, porque ninguna melodía que hubiese escuchado antes describía lo que él sentía por Lee MinHo. MinHo era un chico cálido, con una sonrisa brillante y una personalidad amable; él era semejante al vaivén de las olas, un sonido que siempre confortó a Chris y era su favorito por la calma que le brindaba, justo como la que sentía cada vez que estaba con su mejor amigo.

   La familia de Chris se había mudado desde Australia a Corea hacía un par de años atrás gracias al trabajo de su padre. Él no se había molestado, pues le hacía ilusión conocer el país de origen de su madre; pero cuando llegó al salón de clases y apenas entendía a sus compañeros comenzó a arrepentirse. No poder socializar le hizo sentirse alienado, a duras penas y entendía cuando hablaban los profesores. Quería volver a casa, a Australia, con sus amigos a los que sí entendía.

H-Hello my name is Lee MinHo— su voz había sonado nerviosa y aterciopelada—. Can I be your friend?

  Su acento había sido pobre, incluso hasta robótico, pero le había hecho sonreír. Así conoció a MinHo, el único chico de su clase que había intentado derribar la barrera del idioma para intentar conocerle; Chris le estaría agradecido de por vida por ello. Gracias a él supo que vivir Corea no sería tan malo, porque existía alguien tan divertido y brillante como MinHo allí. Le consideró su mejor amigo hasta que notó que su sonrisa le hacía revolotear el corazón más de lo considerado normal, que siempre contaba los minutos para volver a verle, que siempre quería verle feliz y era al que más extrañaba cuando volvía a Australia de vacaciones; hasta que comprendió que lo que sentía por MinHo no era como lo que sentía por nadie. De repente, Chris necesitaba ser algo más que un simple mejor amigo para MinHo.

  Aprendió a tocar el piano a los catorce y demoró meses para componer la pieza perfecta, recibió algo de ayuda de ChangBin, a quien conoció en sus clases de piano y entabló una amistad por el amor mutuo a la música. Sin embargo, simples notas de un teclado seguían sonando vacías para expresar sus sentimientos, él necesitaba algo más; y ahí fue cuando comenzó a componer letras. Al principio eran bastante lamentables, cursis y demasiado obvias, él no quería que fuese la típica canción de amor, Chris ansiaba encontrar su canción: letras que le gritasen a MinHo que sus sentimientos por él eran únicos y con una intensidad jamás vista.

  Entonces conoció sobre la lectura y su horizonte se expandió cinco mil veces más.

  Más de una vez toco sus melodías propias para MinHo, esperando que él supiese que había sido la inspiración para crear tonos tan dulces y sinceros; pero el chico jamás se daba cuenta. Eso no le desanimó, solo era otra muestra que debía esforzarse más.

  Cuando llegó el cumpleaños número quince de MinHo, Chris le invitó a su casa unas horas antes de su fiesta. Tenía miedo, era una idea realmente loca; pero no quería esperar más tiempo.

—Entonces, ¿qué es? —MinHo preguntó inquieto y sonriente— ¿cuál es mi regalo?

  Chris sonrió al verle tan emocionado, a su mejor amigo realmente le gustaban las sorpresas, y los regalos. Cuando tomó asiento en su piano, MinHo lo miró dubitativo.

—¿Por qué te sientas? ¿Acaso tengo que buscar mi regalo por tu habitación? —su sonrisa se anchó—. Entonces al menos dime de qué tamaño es y qué color tiene el envoltorio y así...

—MinMin—le interrumpió luego de soltar una carcajada—, solo siéntate.

  El rostro de su amigo siguió sin entender lo que sucedía, hasta que él se volteó y comenzó a darle vida a las notas que reposaban sobre el papel frente a él. Chris no necesitaba fijarse, podría tocarla incluso con los ojos vendados luego de tanta práctica.

  Le contó sobre la primera vez que se conocieron, sobre la primera mirada que compartieron, porque probablemente ese había sido el momento en que supo que ellos eran uno, dos pedazos de almas finalmente reunidos. Él siempre estaría ahí para MinHo, sin importar lo difícil que fuese la situación, Chris se encargaría de proteger su sonrisa, porque eso era lo que él más amaba de MinHo, eso y su fuerte personalidad. Confesó cómo pedía deseos a la noche, siempre girando alrededor de él y de su felicidad, una felicidad que quería que alcanzase junto a él. Cantó sobre lo mucho que le amaba, sabía que era una frase con peso, pero Chris sentía que eran destinadas para él, porque nadie más le haría sentir lo que MinHo, esa tranquilidad tempestuosa solo la traía él. Porque eso era el amor para él, un sentimiento cálido pero capaz de revolucionar todo en cuestión de segundos. Chris puso su corazón en esa canción y contó lo que esperaba que fuese una historia interminable, porque para él no existía nadie más que MinHo.

  El sonido de la última nota resonó por la habitación antes de que se sumiera en un total silencio. Chris tenía miedo de voltearse, ¿y si MinHo no se sentía de la misma forma? ¿y si acababa de destruir su amistad al confesarse? Empezó a temblar, había sido un idiota. Se volteó, dispuesto a intentarle hacer pensar a MinHo que esa canción no iba dirigida a él.

  Se corazón se hizo trizas al verle llorando. ¿Por qué lloraba?

—Wow, Channie, eso ha sido... profundo—fue lo único que salió de sus labios mientras se limpiaba las lágrimas con la manga de su suéter—. La chica a la que piensas dedicársela es realmente afortunada, es una canción muy bonita—sonrió.

  Sin embargo, esa no era la sonrisa que amaba, esa sonrisa no llegaba a sus ojos y no denotaba felicidad. Había lastimado a MinHo. Se sintió aún peor porque no sabía cómo arreglar la situación, decirle que era para él no parecía ser la opción adecuada, pero, a la vez, tampoco la incorrecta. Entonces recordó lo que leyó una vez mientras buscaba inspiración: A veces las preguntas son complicadas y las respuestas son simples; no lograría nada carcomiéndose la cabeza así que decidió lanzarse, dio un salto de fe esperando haber tomado el impulso correcto.

  Se acercó a MinHo y sostuvo su rostro entre sus manos, limpiando los rastros de lágrimas de sus mejillas con sus pulgares.

—No es una chica la que me inspiró a escribir esto—le sintió tensarse bajo su tacto y continuó—. Fue alguien que considero la persona más importante para mí, alguien que cuando sonríe hace mis días más brillantes, alguien al que le debo ser cómo soy, alguien que decidió extenderle su mano a un total desconocido y le ayudó a salir de la soledad; alguien que es un mal perdedor y se molesta cuando olvidas los nombres de sus tres gatos, alguien que ama bailar y es malditamente increíble haciéndolo—los ojos de MinHo volvieron a aguarse y su mejillas a sonrojarse, Chris notó que ya estaba descubriendo de quién hablaba.

—Fue alguien que me hace sentir como la Luna, pues orbito a su alrededor; alguien al que amo mucho, tanto que tuve que crear una canción porque simples palabras no podían describir lo que siento por él—sonrió—. Ese alguien eres tú, Lee MinHo.

  Temió por su respuesta cuando MinHo movió su cabeza y le obligó a quitar sus manos de sus mejillas. Pensó que realmente la había cagado, hasta que sintió los brazos de su mejor amigo envolverle en un cálido abrazo.

—¿Por qué te tomó tanto tiempo, idiota?

  Chris no pudo contener la sonrisa que quiso formarse en sus labios y tomó a MinHo en brazos, haciéndole dar vueltas junto a él.

¿Qué es el amor?

  El amor solo lo conoce realmente quien se atrevió a amar, quien decidió apostar por lo desconocido y vivir la aventura interminable que era el amor.

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¿Qué es el amor? 『ᴮᵃⁿᵍⁱⁿʰᵒ/ᴹⁱⁿᶜʰᵃⁿ』 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora