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Vale. A lo mejor lo que voy a hacer no es de ser buena persona. Sí, mi intención es ayudarle a encontrar a la persona que busca pero... pero ahora ya no puedo irme sin más.
Miré al chico para ver cómo estaba, pero no levantó la cabeza en todo el camino. Le pregunté por su nombre, intentando comenzar una conversación, pero solo se limitó a decir "YangYang". Cuando no miraba hacia qué dirección debíamos ir, entraba a sus mensajes esperando la respuesta que no le había llegado en horas. Se le veía tan inocente...

– Creo que es aquí. - paró delante de una puerta de metal algo oxidada y grafiteada- aunque...
– Aunque esto no tiene pinta de ser un karaoke. ¿No hay ni una sola luz?
– Eh... sí..
Seguí su mirada hasta un cartel diminuto de luces, pero que estaba apagado.
– ¿Y esto no tendrá otra entrada? No creo que solo se pueda entrar por aquí, más que un karaoke esto parec...
Fue entonces cuando una pareja abrió la puerta, encontrándose de frente con Yangyang. Éste se atrevió a preguntarles, en coreano, si esto era el karaoke, mientras señalaba su móvil con la aplicación de mapas aún en pantalla. La pareja asintió y dijo que hay que llamar al teléfono para que bajen a abrir.
– Aunque ya tenéis la puerta abierta, así que subid. ¡Disfrutad! - dijo el chico mientras su novia le estiraba del brazo para seguir con su camino.

Pasamos y subimos al piso de arriba del edificio: por fin aquello parecía más ambientado. Se empezaron a oír algunas canciones, de las pequeñas salas más cercanas a la caja registradora. En esta había un señor de unos 50 años, que cuando nos vio sonrió como si nunca hubiera visto algo igual
– ¡Bienvenidos! ¿Teníais reserva?
– Sí, a nombre de Liu Yangyang
– Hm... vale. No me dijiste cuánto tiempo querías la sala
– El mínimo posible. -dije yo antes de que pudiera decir nada- Mañana trabajo pronto, puede imaginarse que no quiero llegar tarde...
– Vaya, parece que tu chica ha elegido por ti
– Eh, no, no es... eh...
– Bueno, ¿podemos entrar ya? Es que... tengo ganas de cantar ya!! -intenté arreglar como pude aquello, hablar coreano me hace sonar como una señora irritada
– Claro, sala 3, a partir de que entréis tenéis media hora, después se apagará el programa. Disfrutad, y si queréis alguna bebida ahí tenéis una máquina expendedora. Disfrutad!

Entramos y me senté en uno de los sillones que había. Yangyang fue a coger los micrófonos y el mando del televisor
– Bueno, ¿y qué canción quieres cantar?
– Eh... la verdad es que no accedí a venir para cantar- su reacción fue justo la que esperaba, no entendía qué estaba pasando- es que... cómo lo puedo decir... ¿no has pensado que te pueden estar haciendo catfish?
– Cat..¿qué?
– Catfish. Básicamente que la persona con la que estás hablando no es quien dice ser. A veces crean esos perfiles por diversión, a veces solo cambian sus..
– ¿Estás insinuando que una chica ha estado engañándome sobre su vida y no ha evitado que viniera hasta aquí porque...? ¿Por qué no lo ha evitado? No tiene sentido, si no fuera quien dice ser no habría hecho todos los planes que hicimos para cuando viniera aquí.
– O sí. A lo mejor en ese momento sintió valor para, cuando estuvieras aquí, presentarse y contarte todo. A veces sus sentimientos sí son reales, pero...
– Pero se te está yendo la olla. Es que no entiendo por qué me estás soltando todo este rollo. ¿Qué clase de películas ves tú?- se llevó las manos a la cabeza- No sé como he podido pedirle a una desconocida que viniera conmigo, solo...
Desde que me cortó supe que lo que había decidido fue lo peor que pude haber hecho. Y cada palabra que decía me dolía. ¿Y por qué me dolía? Quizá estaba sintiendo su dolor en su voz, pero fuera lo que fuese, solo sentía lágrimas caer. Pensé que no me miraba, hasta que paró de hablar. Levanté la cabeza, pensando que lo siguiente que haría sería abrir la puerta y salir de allí, pero se acercó a mí, se agachó y me miró a los ojos.
– No llores... no... no pretendía que te sintieras mal... -apartó su mirada para ahora mirar al suelo- simplemente... tengo miedo. Porque estar aquí solo me ha generado miedo, y mucho. Solo quería llegar y abrazar a la persona que tantas ganas tenía de ver... y que no dé señales de vida me ha hecho replantearme si de verdad estoy preparado para vivir esto. Nunca pensé que todo pudiera complicarse de esta forma, yo solo... me dejé llevar. -levantó la cabeza para volver a mirarme. Tenía los ojos algo húmedos, pero parecía no querer soltar ninguna lágrima, hacerse creer más fuerte de lo que estaba siento- Y creo que no debería haberte hablado así. Tú solo has intentado ayudarme... y aunque no sé si creer lo que dices, tu compañía está haciendo que no me derrumbe, así que creo que te debo una disculpa por mi reacción.
Se levantó y cogió los micrófonos, me acercó uno y después cogió el mando.
– ¿Se te ocurre alguna canción?
– I love you 3000 de Jackson Wang
– Pero... ¿sabes chino?
– No, pero al menos podré oírte a ti
Sonrió y se giró para buscar la canción.

A lo mejor hice mal en elegir una canción de amor en esta situación... Espero que no haga que se aleje de mí.

Catfish - YangYangDonde viven las historias. Descúbrelo ahora