capítulo 2

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Llegué a mi casa con la intención de arreglar la ropa que me pondría, hacía mucho que no iba a una fiesta, y aunque no me gustara admitirlo, quería arreglarme esta vez y bailar. Generalmente era el tipo de chica que se quedaba sentada en una esquina meditando como diablos llegué a estar metida allí en lugar de estar leyendo o haciendo algo más productivo y burlandome de como bailan las mas putas de la fiesta.

Al entrar mi perro me recibió, no era la cosa más cómoda ya que era un Terranova negro muy grande y pesado. Era una bola de pelos cuando lo conocí, casualmente estaba en un centro de adopción y era inevitable para mi no adoptarlo, aunque quería llevármelos a todos. Lo llamé fluffy, como el perro de tres cabezas de Hagrid, el de Harry Potter. Lo mas gracioso era que los dos perros en serio se parecían. fluffy saltó sobre mi y me botó al piso mientras lamía mi cara.

-yaa jajajaja, Fluffy, para- decía yo intentando incorporarme. Cuando por fin lo logré le di una galleta y subí al segundo piso. Entré a a primera habitación a la izquierda, mi hermana menor, Sian ,estaba sentada en el suelo con el uniforme de su escuela primaria jugando con sus muñecos marca Lego, mi hermana era muy rara, ella en navidad había pedido pistolas nerf y muñecos de acción. Mis padres solo le regalaron los muñecos de acción, ya que no creían conveniente que ella tuviera juguetes bélicos y todo eso, en lugar le dieron los LEGO. Sinceramente creo que esos juguetes los ha pedido a causa mía ya que me ha escuchado insultar personas con el nombre barbie plástica. Me siento mal por eso, pero por lo menos mi hermana no seguirá estereotipos raros.

- Hola- le dije

- Hola,¿que te pasó? Tienes cara de como que se avecinara una tragedia- se me olvidaba lo perceptiva que podía ser a pesar de tener 11 años.

-fiesta mañana- dije con cara de frustración.

- pues no vayas-dijo ella.

- pero quiero ir -dije yo, incluso sorprendiendome a mi misma

-ugh, adolescentes.- dijo ella imitando a mi mamá como cuando yo decía algo muy contradictorio.

-algún día pasarás por lo mismo que yo- dije yo riendome mientras salía de la habitación.

- ¡nunca!- grito ella.

Entré a mi habitación, mi lugar favorito en todo el mundo. No era ni muy grande ni muy pequeña, tenía una ventana de pared a pared, lo cual me ofrecía una vista de los pinos y árboles de el pequeño parque natural que había al frente. Amaba esa vista, era genial, porque nuestra casa era la única de el vecindario con esta vista y yo rogué para que esa fuera mi habitación, a cambio de lavar todos los días la loza por un año ( acuerdo que olvidó mi mamá en menos de 3 meses). Mi habitación tenía una cama semi-doble con colchas color azul claro. Las paredes eran blancas, tenía una biblioteca con todos mis libros,la cosa mas sagrada de mi habitación. Un espejo de cuerpo completo, un "tocador" el cual usaba de mesita de noche y un armario.

Abrí el armario y me paré al frente de el y miré la ropa que tenía, saqué el único vestido que tenía, un vestido suelto, que daba hasta arriba de la rodilla y tenía manga tres cuartos color violeta. Me dispuse a ponermelo, solo por comprobar como me quedaba, todo muy "bien" (jodidamente incomodo) hasta que intenté subir el cierre. No subía, y ,¿ no se suponía que la falda era encima de la rodilla? Me estaba quedando como unos 12 centímetros encima de esta. Oh no, buen momento para crecer.

-mierda- dije.

Llamé a Alex, la más experta de nosotras en lo que respecta a ropa y moda y todo eso.

- Hola- respondió ella al otro lado de la linea.

- Hola, ¿ en donde estas ?- pregunté

- estamos en el centro comercial que queda cerca a la casa de Mei, estoy con ella. Di hola Mei.- dijo ella.

-HOLAAAA- se escuchó al fondo.

- jajaja, vale. Voy para allá, esperenme - les dije.

- Okay, adiós.-dijo Alex

Terminé lo que tenía que hacer del colegio, me demoré muchísimo en concentrarme para terminar el trabajo.cuando lo terminé como 1 hora. después fui a comer algo y a prepararme para salir.

Menos mal tenía un poco de dinero ahorrado de mis mesadas y salario de niñera, porque si no, hubiera sido muy incómodo pedirle dinero a mi hermano, Jason. Ya que mis padres estaban trabajando.

- SIAAAAAN- llamé desde mi habitación

- ¿QUE PASOOOO?- preguntó ella.

- ¿QUIERES IR A COMPRAR ROPA CON ALEX, MEI Y YO?- pregunté

- NO GRACIAS- dijo ella

-OKAAY- le dije.

Después de nuestra muy delicada, femenina y amorosa conversación entre hermanas, saqué el bolsito cruzado, las llaves, el celular y salí de la casa. Casualmente, Jason estaba entrando a la casa, el es como mi versión en hombre. Alto, pelicastaño oscuro, blanco como la leche y con ojos verdes, quizás un poco mas claros que los míos. Sólo que el era 3 años mayor que yo. Osea, el tiene 19 años.

- Hola, ¿a donde vas?- preguntó. Se veía muy feliz.

- a comprar un vestido- dije.

- milagro. bueno, yo cuido a Sian.-

- amm okay- tanta ayuda por su parte me asustaba, el nunca se comportaba así.- gracias, nos vemos.

- Adiós, enana.- dijo con una sonrisa.

- Adiós, idiota.- dije yo.

Cuando llegué al centro comercial vi a Mei y Alex sentadas en la entrada comiendo un helado. Llevaban muy pocas bolsas para ser ellas. Alex era una rubia ondulada, con ojos marrones, de estatura mediana y con curvas. Mei, en cambio, era morena, alta, con ojos negros. Era muy delgada. Las dos parecían súper modelos y yo, bueno, yo tengo hambre.

- Hola, ¿que compraron?- les dije.

- vestidos, para la fiesta y pues accesorios- dijo Alex.

-¿ Me acompañan a comprar algo?

- Claro- dijo Mei.

Nos la pasamos de tienda en tienda, comimos, bromeamos. Al final del día estaba cómoda con lo que compré.

Un vestido vinotinto que mostraba parte de la espalda con mangas tres cuartos que llegaba siete centímetros encima de la rodilla, unos botines de seis centímetros muy cómodos y varias cadenas doradas y anillos.

- ¿vienen a mi casa?- preguntó Mei cuando ibamos a salir del centro comercial

- no puedo, ya es muy tarde. Mi mamá me va a matar.- dije yo mientras miraba la hora. 8:07 P.M decía en mi celular.

- yo voy- dijo Alex.

- vale, tomaré el autobús. Nos vemos mañana. Adiós.- me despedí

-okay, chao.- dijo cat. Mientras Alex me despedía con la mano.

Tomé el bus y me senté en el puesto de atrás. El autobús estaba casi vacío, a excepción de un chico que estaba sentado dos puestos mas adelante que yo.

El bus no tardó mucho en llegar al paradero que me servía, el cual estaba cerca a mi casa.

El chico también se bajó allí.no estaba nada mal, sinceramente. Con cabello castaño claro, blanco y ojos miel, alto y un cuerpo atlético. Seguí caminando, el chico resultó vivir frente a mi casa. Hasta ahora me daba cuenta.

Llegué a mi casa, revisé la hora antes de entrar. 8:30 P.M bueno, me salvé. El toque de queda era a las 9:00 P.M. Entré a mi casa y mis padres no habían llegado. Fui a la sala y mi hermano estaba ahí jugando videojuegos. Me dirigí a mi habitación, encendí la luz pero lo que vi casi me deja sin habla.

-¿QUIÉN ERES Y QUE HACES EN MI CAMA?- grité asustada



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