Desde aquella vez en la playa, hace dos meses que no he estado a solas con Jaehyuk. Comencé a prestarle más atención sin querer después de ese día, lo sentía diferente al resto de los chicos.
—¿Por qué es que siento que Jaehyuk no es como los demás?
En el estudio donde produzco mi música había citado a Mashiho, pues las emociones eran tan constantes que tenía que hablarle a alguien sobre ello.
—¿En qué sentido, Asahi? Yo lo veo igual que de costumbre; exactamente ¿qué es lo diferente en él?
—No lo sé, es atrapante. Cuando me descubre observándolo, cruzamos miradas y me sonríe, en momentos como ese mi corazón se acelera y no sé cómo manejarlo. Me siento cómodo escuchándolo, como si verlo sonreír me trajera calidez, esa es una razón para decir que su sonrisa es diferente a las demás. Jae es diferente, por el sentimiento desconocido que ocasiona en mi pecho, pero como dije, desconozco qué es esto.
—Asahi, ¿desde cuándo estás así de enamorado de Jaehyuk?
Enamorado; la palabra en sí misma me hizo sentir como si fuera un personaje que acababa de adentrarse en un lugar que aparentaba ser la mismísima utopía, sin embargo, tan solo era un espacio estrecho y asfixiante de ilusiones pintadas con los colores equivocados. Una mediocre utopía.
—¿Qué pasó aquella vez que después de comer ambos desaparecieron de la casa?
—Pasó que me llevó a ver el mar, me confesó cosas que hicieron que mi corazón se agitara. No sé si era la vulnerabilidad acumulada, sus dedos fríos o la manera en que acariciaba mi mano con ellos, pero descubrí que puedo quererlo más de lo que antes pensaba.
A veces olvidas lo hermosa que es la vida porque no tienes ese algo que te lo recuerde, aquella tarde con Jae, para mí, se convirtió en "algo" que se quedó presente aquí.
Señalé con la yema del índice la parte de mi pecho donde se ubica el corazón, Mashiho rió; la risa de Mashiho me hizo recordar mis palabras recién dichas; ¿por qué me avergoncé tanto de decirle mis sentimientos?
—Asahi, no puedes enamorarte de Jae, tú, Jaehyuk, el resto de los chicos y yo, somos un equipo ¿sabes? Enamorarte a estas alturas no es lo mejor, mucho menos de alguien del equipo.
El sentimiento de saber que sí tengo la capacidad de sentir es peor de lo que creí. Desearía en verdad ser de hojalata.
Las lágrimas se asustaron por la cantidad de miedo y tristeza que sofocaba mi cabeza, todas ellas se apresuraron para comenzar a salir una por una, ardiéndome en el rostro con su baja temperatura; mi cuerpo, ahora también asustado, hizo que mis piernas temblaran al mismo ritmo de los latidos de mi corazón.
¿Así es como se ven los enamorados?
Ésta es la manera en que el primer enamoramiento entró por mi puerta sin antes haberme preparado para ello.
—Asahi... mi Asahi, no quiero seguir viéndote de esta manera.
Mashiho secó mis lágrimas, me abrazó y palmeó mi espalda, sus manos de pequeños dedos fueron suficientes para que calmara mis sollozos.
—Sé que no puedo desaparecer tus sentimientos de la noche a la mañana, pero si estoy contigo, el tiempo que desees, Asahi, quizá pueda ayudarte en algo.
Al tomar Mashiho mi mano, no té que el tamaño de éstas eran divertidamente más pequeñas que las de Jaehyuk, sonreí; sequé con las mangas de mi suéter mis humedecidas mejillas y le mencioné un "gracias" en voz tenue a Mashiho.
Dejamos el estudio y regresamos a nuestras habitaciones, era tarde, quizá la una y media de la madrugada, la mayoría de los chicos, si no es que estaban dormidos, estaban descansando en sus recámaras.
Al entrar a mi cuarto, sigiloso para no molestar a quienes dormían, me llevé una sorpresa al ver que Jaehyuk estaba sentado en mi cama mientras chequeaba su teléfono, al verme entrar sonrió e hizo espacio para mí en la cama, haciendo a su vez ademanes para que me sentara junto a él.
—Estaba esperándote.

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jaehi:: Dulcinea
FanfictionLa Dulcinea de Hanada Asahi le provocaría próximamente una enfermedad que le haría vomitar margaritas blancas debido a la frustración de tener a su Dulcinea inaccesible siempre tan cerca de él.