2. La clase de Xenobiología

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Esa mañana, Sanu se había despertado en celo.

"Justo en el mejor momento..." pensó irónicamente la joven sylph. Se había tomado un inhibidor y había salido a tomar un poco el aire antes de su clase online. Parecía que no había sido la única en tener esa misma idea: las calles estaban abarrotadas. Se había cruzado con un chico joven en el semáforo de la esquina, que parecía un absoluto fan de las formas de vida alienígenas. Habían estado charlando un rato de camino a casa. Aquella fue una conversación respetuosa y agradable, algo no muy común viniendo de un humano. Sanu suspiró. ¿En serio se había llegado a plantear invitarlo a subir a su casa? La verdad que el chico no estaba nada mal, y Sanu estaba segura de que no se negaría a una propuesta como aquella. Además era inteligente, o al menos había leído bastante sobre biología y Xenobiología, temas que siempre habían apasionado a la joven, hasta el punto de convertirse en una destacada profesora de esa materia... "Deja de pensar en ello, seguro que le verás otro día" pensó la hermosa sylph para sí. Sabía que estaba engañándose a sí misma. Vuelta al trabajo.

-La Xenobiología es como llaman los humanos al estudio de las formas de vida que no se originaron en la Tierra -comenzó la joven profesora. Detestaba el título de su asignatura. "¿Que no se originaron en la Tierra?" Pensó "¡Ella misma, y otras muchas sylph, habían nacido y crecido en la Tierra!" Pero bueno, era una cuestión de marketing de la escuela. Y como técnicamente la suya era una forma de vida cuyo origen primordial no era terrestre... Había que tragar. Todo por un buen trabajo en la gran ciudad, tampoco estaba tan mal. Tomó aliento y continuó-. Pero la biología que hace que un cuerpo humano funcione es muy diferente a la que corre por las venas sylph. Entonces... ¿Cómo puede ser que seamos tan similares físicamente? ¿Alguien lo sabe?

Sanu hizo una pausa de unos segundos y observó detenidamente los rostros de sus alumnos divididos en pequeños cuadrados en la pantalla de su ordenador. La mayoría eran humanos, jóvenes adolescentes con las hormonas a flor de piel. Seguro que tenían otras cosas en la cabeza, en particular los gemelos Lessing, que no habían dejado de pasarse notas. Había que intentarlo de otra manera...

-¿Cómo las sylph podemos parecernos tanto a una mujer humana y aún así ser hermafroditas? ¿Alguien sabría decírmelo? -Una luz parpadeó en uno de aquellos pequeños cuadrados de rostros adolescentes. Se trataba de una de sus alumnas más destacadas. Sanu sonrió. -¿Sí, señorita Norton?

Un rostro alargado de piel roja y sensuales labios oscuros abrió sus ojos multicolor al escuchar su nombre. -¿Convergencia biológica? Aunque venimos de biomas diferentes, lo que dió lugar a nuestra anatomía es lo mismo tanto en sylph como en humanos.

La profesora sonrió aún más. "No me esperaba menos de ti, Nei" pensó para sí. -Exactamente, Neite, aunque la química que nos mantiene es bastante diferente, ambas especies provenimos de organismos equivalentes y estuvimos expuestas a condiciones parecidas, aun estando en planetas distintos. La selección natural sigue las mismas reglas, independientemente de en qué se basen los organismos que la sufren. -Bueno, al menos ahora parecía que alguno de ellos había abierto los ojos de su ensoñamiento hormonal-. Lo que cambia muchísimo es, entre otras cosas, parte del lenguaje no verbal. Por ejemplo, la situación en la que un humano sonríe separando las comisuras y mostrando los dientes, las sylph lo expresamos moviendo las orejas hacia adelante, ¿Alguien sabría decirme alguna similitud? -Los dos hermanos, que compartían habitación, comentaron algo en voz baja y contuvieron las risas. Sanu pudo entender de sus labios algo así como "sus gemidos". No se notaba demasiado que fueran los más mayores de la clase. Les llamó la atención a través del chat.

-Vosotros dos, ¿tenéis alguna respuesta a la pregunta? -dijo la profesora con tono severo.

-No, señora Shalley -contestó uno de ellos, todavía ahogando la risa.

-Bien, porque mañana vendréis a la tutoría. Quiero hablar con vosotros dos seriamente, Lessing. Y que venga uno de vuestros padres. -Y regresando a su cálido tono habitual añadió-: Como iba diciendo, existen muchos parecidos...

***

Cuando terminó la clase, Sanu se puso en contacto con Neite. Su alumna apareció en primer plano en la pantalla, mientras el resto de los alumnos se iban desconectando.

-Buena intervención hoy, Nei. Al menos se ve que alguien escucha lo que digo -bromeó la profesora.

-Gracias señora, ¿Qué quería? -preguntó su alumna educadamente.

-La directora de la academia me ha dicho que mañana viene un grupo de auditores a ver qué tal se trabaja. Me ha pedido que vayamos ambas -dijo Sanu-. He pensado que podríamos hacer la sesión de tutoría de la que hablamos y así te respondo dudas mientras la directora les enseña la escuela.

-Claro, pero no me siento muy cómoda con los Lessing cerca... -dijo la joven sylph con timidez.

-No te preocupes, quedaré con ellos antes. Entiendo tu situación estas últimas semanas. Es una temporada complicada pero pasará, te lo aseguro. Haz caso a lo que te dicen y no te olvides de los inhibidores. Nos vemos mañana a media mañana en la academia.

-Gracias, profesora Shalley. Hasta mañana.

"Solo espero que no nos crucemos con ningún humano listillo de camino..." pensó Sanu.

La época de celo sylph acababa de comenzar.

Xeno-humanas - Alienígenas Insaciables (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora