"Una estrella enamorada de la luna"

"Ellos odian lo que tú amabas de mí"

¿Porqué repudian mi risa en las madrugadas? Tu siempre me decías que era tu motor aunque te despertara.

¿Porqué critican mi voz al llegar a casa? Cuando tu siempre me decias que sin eso sentías que no estabas.

No se que hago mal, todos los días me levanto a luchar, como me enseñaste, no es mi culpa que estés en la cama, desearía ser yo, para que ya no me odiaran.

Siempre me decías que era la mejor bailando, que desde niña sabias que era una estrella, y ellos se enojan, tratando de apagar mi brillo con amargura de una botella.

¿Porqué no estás aquí? ¿Qué hice mal? Para que por favor me digas y lo rectifique, sin importar que tengas que devolver el tiempo.

Ellos odian que cante en las madrugadas cuando te extraño, y tú amabas el sonido de melodía, festejando a la vida.

Tu amabas mi cabello despeinado como el tuyo, ellos odian cada cambio de imagen que tengo, cuando solo me expresó como tu me enseñaste.

¿Qué no ves que me estoy muriendo sin ti? Me están matando con sus dolores, no te curarán con eso, a diferencia de mí, con mis risas, mis tonterías, y una que otra estupidez.

Los caminos de regreso a casa pasaron de escuchar la radio juntas, escuchar tu voz y admirarte por tenerte a mi lado, a simplemente ver la ventana, regaños por cosas que todavía ni pasan, y música.

Si ellos supieran cómo eras verdaderamente, entenderían porque soy así, si no tuvieras que esconder tus garras, ellos sabrían que eres una fiera.

Extraño que me regañes por llorar con las razones más tontas, extraño abrazarte, con tu playera blanca y tu coleta, tus chinos cayendo sobre tus hombros y tus pecas haciendo un universo.

Perdóname por existir, no te merezco, quizás si nunca hubiera estado yo, serías libre y feliz.

Ya regresa que te estoy esperando para celebrar mi cumpleaños, ellos odian que quiera hacer fiesta y revuelo, pero tu me enseñaste que hasta en las peores circunstancias tenía que festejar lo vivido, porque es el día que me conociste y yo te conocí como la mujer de mi vida, el día que dices, con cariño y regocijo, que tu motivo de lucha había llegado.

Mamá, ven, amame porque su odio me está acabando.