Hoy es uno de esos días en lo que la depresión te absorbe en la cama, y no tienes ganas de hacer nada. Esos días que lo único que necesitas es un buen abrazo y un hombro en el que llorar.
Para personas que no han pasado por eso puede resultar muí fácil el decir "tienes que esforzarte y salir, esas pastillas te dejan drogada." y si, así es, no nos vamos a mentir.
Cuando entramos en un mismo bucle en el que no sabemos como salir, somos nosotros mismos quienes nos alejamos de nuestras personas de alrededor. Siempre estamos mal y no gusta contagiar eso a las otras personas. Es ahí cuando te derrumbas el doble porque te encuentras solo y solo necesitamos un abrazo, que nos diga que todo va a salir bien.
He notado que ya no soy la misma, antes salia, me gustaba irme de copas hacer miles de locuras a eso nadie me ganaba. Y ahora me encuentro con la baja porque mi cara es un poema y con la medicación no estoy ni capacitada para trabajar ni conducir. A mis amistades ya no les digo de salir porque buscan diversión y conmigo ahora mismo solo hay problemas. Mis padres aterrorizados por verme todos los días a todas horas durmiendo en mi habitación encerrada. Y ya no hablemos de amores, también son conflictos por esas paranoias que te crea la depresión en tu cabeza de que no vales nada.
Yo antes salia de casa con una sonrisa, y volvía a casa hasta con dolor de boca de no poder parar de reír, me encanta y me encanta que la gente disfrute a mi lado. Ahora soy un zombie que no vale para nada y que poco a poco voy atando cabos para poder seguir esa cuerda que me lleve a la salida. Estoy cansada, frustrada, de que mi mente no me deje tranquila, con pensamientos negativos. De salir de casa y no disfrutar.
Pero supongo que esto no durara para siempre, así que chicos espero que pronto esta Ainhoa vuelva a ser la misma siempre. Porque me empiezo a necesitar.
