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Tengo un plan

Siempre que suene esa frase, algo saldrá mal seguro, pero peor es si se mezcla la pirotecnia. 

Pacientemente, pero con el corazón en un puño, espero a que suene el primer timbre.
Lo mismo ocurre con el segundo, el tercero, y así hasta llegar al último timbre, saltando al contestador.

Aprieto los dientes y bloqueo mi teléfono, lanzándolo al sofá de la sala común. Paso una mano por mi pelo frustrada y miro a mi alrededor buscando a alguien conocido y de confianza, pero no da resultado.

Estaba harta de intentar contactar con mi tutor sin éxito. Él sólo me respondía los correos y los mensajes de texto, pero nunca las llamadas. ¿Quién era para querer tanto anonimato? Si vas a ser así mejor no aceptes ser el tutor de nadie.

Cierro los ojos cuando me dejo caer en el sofá, concentrándome en los sonidos a mi alrededor.

La bola del futbolín chocaba constantemente con las figuritas; las bolas del billar chocaban entre sí con fuerza en cada disparo; la televisión sonaba de fondo; las maquinas expendedoras dispensaban alimentos y latas caían por los conductos de las mismas.

La cabeza me funcionaba a gran velocidad en busca de un plan para hacer que m tutor contacte conmigo y...

¡Lo tenía!

- 3 días después -

― ¿Estás segura de esto? ― la voz de Nia tiembla un poco, por lo que me giro y pongo un dedo sobre mis labios, gesticulando que guarde silencio. ― Podemos pensar un poco... ―

Niego y vuelvo a mirar por la esquina de la pared gris, comprobando como Walls gesticulaba dramáticamente en la puerta del despacho del señor Dallas, profesor de filosofía.

Masco mi chicle con más fuerza, nerviosa. Si esto salía bien, seria genial, y si salía mal seria ¿beneficioso para mí? Al menos así lo estaba entendiendo mi mente, aunque posiblemente todo saliese mal.

Nico aparece tras él cruzando el pasillo y echando un vistazo disimulado dentro del despacho, haciéndonos después un gesto. Trago saliva y asiento, muy a mi pesar porque nosotros estábamos tambaleantes.

Me giro y busco a Sanem, la cual agita la bolsa con una sonrisa malévola, por lo que me vuelvo y asiento hacia Nico.

― ¡Eh, se están peleando! ¡Están peleando! ― el grito de Nico rebota por todo el pasillo, haciendo que las tres retrocedamos y nos quedemos escondidas en el otro pasillo. ― ¡Profesor tiene que pararles! ―

El señor Dallas cruza el pasillo siguiendo a Nico, que señala las ventanas dando a entender que es fuera. Sigue gritando y alejando al profesor mientras son seguidos por Walls, que nos da la señal positiva.

Salgo de mi escondite al momento. Sanem se pone a mi lado y prende el mechero, prendiendo así uno de los artefactos que llevaba en su mochila. El humo empieza a desprenderse y lo coloca frente a la cámara de vigilancia, dándonos luz verde a Nia y a mí.

Comenzamos a desbaratar la mesa, luego seguimos por los cajones, después armarios, seguimos con estanterías y al final damos con lo que necesitamos, los exámenes de filosofía que tendrían lugar dentro de media hora.

― ¿Los tienes? ― asiento hacia Nia, mientras que Sanem prende otro artefacto, terminando de llenar por completo todo de humo. ― Vale, vamonos. ―

Las tres corremos hacia la puerta, comprobando que el pasillo también se está llenando de humo. Nos damos más prisa y salimos por el otro lado del pasillo, recibiendo un mensaje de Walls en el que nos avisaba de que Dallas estaba volviendo a su despacho.

INSTRUCTOR | Timothée Chalamet |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora