Capitulo 1

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«A veces podemos pasarnos años sin vivir en absoluto, y de pronto toda nuestra vida se concentra en un solo instante» - Oscar Wilde.

Supongo que en nuestra vida pasan un montón de personas, momentos inexplicables y otras cosas que difieren de la realidad que creemos. No soy creyente de la casualidad de conocer a alguien, creo en algo más complejo. Creo que una persona está destinada a pasar por nuestra vida sin mera casualidad, porque hay millones de ellas en este mundo y que haya llegado a la nuestra por "casualidad". Me parece totalmente ridículo.

Todo empezó cuando estaba en último año, era una tarde de febrero y me encontraba concentrada leyendo uno de mis libros favoritos. Cuando un molestoso ruido me desconcentro. Era el idiota de mi vecino en su habitación con música alta, indignada me pare furiosa.

-¡Oye tu¡ - Grite por la ventana que daba vista hacia la ventana del vecino. Lo cual no funciono, porque fui totalmente ignorada. Así que lo intente de nuevo esperando ser escuchada bajo la horrible música.

Finalmente, el odioso chico que tengo como vecino se dio cuenta de mi llamado y me miro confundido a través de su ventana.

- Disculpa, podrías bajar el volumen que intento leer en paz. - Dije intentando ser amable.

- ¿Qué dices? No te escucho - Respondió mirándome sin entender ni una palabra de lo que había dicho.

- DIJE QUE SI PUEDES BAJAR LA MUSICA - Grite, pero esta vez, le intente hacer señas con mis manos para que me pudiera entender. Ya que, aun él mantenía la ventana cerrada.

Abrió la ventana y dijo - Lo lamento, ¿me querías decir algo?

- Si, trato de estudiar, pero es imposible con todo ese ruido- Le reclame ya harta de su descaro.

Se rio y me miro burlonamente - No es ruido, es música niña.

- Lo que sea, pero por favor bájale.

- Y... ¿que ganaría? -Pegunto mirándome "pensativo". Solo estaba jugando conmigo.

- La gratitud de una vecina amable - Le respondí con una sonrisa falsa.

- Esta bien, la apagare sí me dejas verlas -Dijo señalando mis senos mientas sonreía perversamente.

-¿Qué? - Grite ofendida por su atrevimiento.

- Que me muestres a las niñas y apago la música.

- Eres un cerdo - Lo apunte con el dedo mientas lo veía mal.

Se rio y me dijo - Las he visto antes, no me importa.

- Estas loco. Por supuesto que no -Dije cerrando la ventana de golpe.

Pero a veces la vida te hace una mala jugada y en ese momento, sin darme cuenta, la camiseta del pijama de botones que traía se atoro con la ventana, cuando me di vuelta ya la camiseta estaba desabotona. Me volví a voltear, para encontrarme la parte de arriba de mi pijama tirada en el suelo junto a mi dignidad.

Ahí estaba yo, desnuda frente a mi molesto vecino tratando de tapar con mis manos mis senos. Pero ya era tarde, ya lo había visto todo. Él se encontraba parado viéndome y burlándose de mi desgracia, para ultimo decirme:

- Ya las vi.

(...)

A la mañana siguiente.

Estaba ordenando la cama y vi a Suki entrando a la habitación, mi gata se montó en el colchón de la cama para luego estirarse. La había rescatado de un refugio de animales donde colaboré hace un año. Solo era una bebe cuando la encontré, era mi pequeña niña consentida. La mire con una sonrisa y ya lista, baje a la planta baja. Mi madre se encontraba sirviendo el desayuno, me senté en la mesa y me puse a comer con ella. Mi padre venia entrando con una sonrisa.

-Buenos días, papá - Lo salude.

-Te traje algo para ti princesa - Dijo entregándome un sobre y se sentó al frente de mí.

Confundida por ese blanco sobre, le di media vuelta y sentí como mi respiración se corto y mi cuerpo se quedó inmóvil por lo menos dos segundos. Mi corazón se aceleró cuando leí "Universidad de Yale". Rápidamente lo abrí y leí la carta que llevaba adentro, mis padres esperaban insistentes que yo dijera algo.

-Tengo una entrevista en un mes - Dije sorprendida mirándolos con una sonrisa.

-Me permití llenar la solicitud cariño, sabía que ibas a quedar-Me dijo mi madre con una sonrisa.

-Primero tengo que pasar la entrevista- Le dije aun viendo el papel sin poder creerlo.

-No nos va a decepcionar, nunca lo has hecho- Me respondió mi madre sirviéndole jugo de naranja a mi padre.

-No, jamás lo ha hecho -Completó mi padre.

-¿No es emocionante? - Pregunto mi mamá volviéndose a sentar.

-Si, es muy emocionante Katherine- Le respondió mi padre con una sonrisa.

-¿Estas emocionada? - Me pregunto ahora a mí.

-Si, estoy emocionada.

-Estoy tan emocionada que explotare, podre gritárselo a Barbara. Cree que su hijo será aceptado en Princeton y aun no le llega nada de la universidad. - Dijo mi madre riéndose.

Después de terminar de desayunar, le agradecí a mi mama y me fui camino a la escuela. Hoy me tocaba una reunión con todos los estudiantes, como presidenta estudiantil: para mí el ciudadano deberá poseer logros individuales, así como una buena y duradera influencia al resto de la sociedad y el mundo. Por esa razón, después de considerar... Antes de que siguiera me di cuenta de que el bus de la escuela ya había arrancado, así que empecé a correr, pero ya era tarde. El autobús me había dejado, por tercera vez esta semana.

Atrapada En TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora