7 Días 4:00 pm.
Hoy es viernes y me encuentro saliendo de la escuela, me dirijo como todos los días a mi trabajo. Trabajo en una heladeria."te doy días para tu llegada a mi reino...", esas y muchas frases no dejaban de resonar en mi cabeza, desde hace varios días y no entiendo el porque.
Y con la llegada de esa frase un dolor inmenso llego a mi tobillo, haciendo que gritara. La sensación de haberte roto alguna parte del cuerpo, subía por mis piernas hasta la punta mas larga de mi cabello. Y así con ese terrible dolor fui capaz de dar un paso, pero ni siquiera pude tocar el piso, pues ya me encontraba en el retorciéndome del dolor, cuando empecé a llorar, sensación de falta de aire se hizo presente junto con la ceguera. Luchando con tomar aire intente moverme pero, algo inesperado paso, mi muñeca crujió, dando a entender que se había roto, como mi tobillo.
De la nada el dolor desapareció, llevándose consigo la falta de aire y la ceguera. Cuando mi vista volvió, me di cuenta de que me encontraba en mi trabajo atendiendo a una pequeña niña. - aquí tienes tu helado- dije sin darme cuenta de que mi boca hablo por si sola. Mientras salia del local con la cabeza hecha un lió, la sensación de vomitar llego de la nada haciendo que me inclinara y dejara que el liquido espeso saliera.Termine de vomitar, limpie mi boca con la manga de mi suéter negro, y en instantes miles de preguntas llegaron a mi:
¿porque el dolor de mi tobillo? ¿porque la ceguera y la falta de aire? ¿el vomito? y la pregunta del millón ¿como es que no se dieron cuenta de la chica tirada en el suelo? o ¿se dieron cuenta de ello? tal vez o quizá no.
Intentando encontrar alguna respuesta lógica, seguí mi camino a casa y cuando llegue, la falta de aire volivo haciendo que perdiera la noción.
Desperté sobresaltando a mi mama que se encontraba en el sillón de enfrente... esperen ¿en donde estoy? ¿en mi casa? ¿como llegue?
-¿te encuentras bien?- pregunto mama en tono preocupado.
-s-si...-conteste en un hilo de voz.- ¿como...?-
- cuando llegue te encontré tirada...- dijo
-ah...- respondí sentándome
-alex ¿hay algo que daba saber?-
-¿saber que?- dije sin entender
-¿haz estado con un chico..? o ¿noo haz comido?-
-¡no! como puedes pensar eso... aun no- dije rápido- y si he comido.
-¿segura?- insistió
-segura- afirme.- estaré en mi cuarto- avise, mientras me dirigía a el.
Dentro de mi cuarto, pienso en lo que sucedió hoy. Decido olvidar y me dispongo a dormir.
Dos días después, me encontraba en la entrada de mi casa leyendo por milésima vez la carta
"Alex Matthers:
Creo que eres muy joven para morir, pero no tienes de otra. Llegare al grano...Alex que escoges ¿antes o después?"
Mi seño seguía fruncido, pues no entendía a lo que se refería con "¿antes o despues?". Me encogi de hombros restandole importancia y tiraba el papelito lejos de casa y entraba en ella.
3 Días después...
Lloraba desconsoladamente, se encontraba vestida con ropa formal, pues acababa de llegar del trabajo y se encontraba con esta catástrofe.
-oficial ¿que sucede aquí?- pregunto un hambre de traje gris, que entraba por la puerta de entrada.
-Des... Alex...- intento decir la mujer.
-¿que pasa con ella clarisa?-
-¿señor Matthers?- pregunto una voz aguda.
-¿si?-pregunto el mismo-esto...-decía entregándole una carpeta amarillenta, la abrió y leyó:
NOMBRE: Alexandra Matthers
EDAD: 17
SEXO: Femenino
PIEL: Blanca
OJOS: Grises
COMPLEXIÓN: Delgada
ESTATURA: 1.75
-¿que... que es esto?- pregunto al oficial. El oficial apunto a las escaleras. Cuando llego al cuarto de su hija sintió desfallecer, pues ella estaba ahí... en su cama... muerta.
°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°
