—Daniel! Aquí!
Busque la voz que me llamaba, odio que tanta gente este en los aeropuertos, y mas que se pongan en frente de uno... ¡Quitense chingad...
—Me haces venir hasta aquí, si que te haces del rogar.
—Lo siento Javi... Hay mucha gente...
El sonrió y yo respondí de la misma manera... Creo... Trato de sonreír poco porque siento que sonrío mucho... Cuando el esta presente... Pero, espero haber sonreído al menos.
—Lo encontraste.
—No fue tan difícil Sean, con ese pelaje... Todavía tu eres un poco mas difícil.
El león traía dos vasos con una especie de raspado rojo, ellos comenzaron a hablar juntos.
—Yo amm... Voy por mis maletas.
No quise fijarme si me seguían o no, quería dejar de estar incomodo, y si sabia que estaban detrás de mi lo estaría mas.
Cuando llegue a donde entregaban las maletas, tan solo quedaba esperar mi turno, oh no...
—Entonces tendremos que estar en un lugar privado cuando quieras tu regalo lobito~
Comencé a buscar en mis bolsillos, ¿porque los audífonos desaparecen cuando uno los necesita?
Después de unos minutos me rendí y escuche toooda su conversación.
—Estoy impaciente por lo de esta noche leonsote.
—Jeje, calmate lobito, que me vas a hacer querer hacerlo ya.
—Tragame tierra...
—Dejalos, están en esa etapa de la relación en la que solo piensan en sexo.
—Danna! ¡Has venido!
—Sonaste como español, tío.
Comenzamos a reír, lo que atrajo la atencion de la pareja.
—Ostia, ¿Que acaso no era de nosotros Danna?
—Mira, cielo, yo te enseñe a hablar así, no es hora de que te pongas celoso, ¿vale tio? Además de que podríamos ponernos a hablar así: ay, lobito mio, de mi corazón, chulada, te tengo algo preparado pero hay que tratar de no manchar mucho, ¿ok?
De la nada tomo mi camisa y me beso, me puse rojo como un tomate... Creo, alabado sea el pelaje rojo.
Cuando nos separamos vi la cara de ambos, tenían la boca abierta, yo trate de disimular, entendía el juego de Danna, trataba de hacerlos sentir como yo.
—¿Que? Sabe a lo que me gusta.
—Ahi te has pasado.
—¿Que no me venias mandando mensajes de que tenias ligue en el avión?
—Tan solo te dije que se veía lindo... Nada mas...
—Que lamentable.
—Bueno chicos, antes de que nos empiece a ver peor la gente... Vámonos de aquí.
—Si, claro leons... Sean.
Danna no disimulo su mirada de victoria hacia Javier, yo reí levemente recordando lo que en realidad paso en el avión.
¿En serio no vendrás?
No, tengo que ir con otro amigo.
Chale, aquí a lado un lobo se parece mucho a Javi, necesito tu ayuda!
¿Sigues con eso? Valla que eres masoquista.
Callate.
Esta Danna si que hace caso, no me mando ningún mensaje después.
De un momento a otro Danna y Sean habían tomado la delantera y Javier y yo quedamos atrás.
—Perdon si te incomodo hace rato que Sean y yo...
—Tranquilo, fuera de lo que halla pasado entre nosotros... Se siente raro hacer el mal tercio, pero son cosas que pasan.
El asintió y seguimos caminando, ahora estábamos en el estacionamiento.
—Te extrañe, ¿sabes?
—Hey, solo tienes que llamar y quedamos, vamos, vengo por ti, no te pongas así, ok?
Pase mi brazo por su cuerpo, a la altura de los hombros y lo acerque hacia mi apretandolo un poco, en forma de abrazo.
—Valla, agarrar charolas tiene su beneficio eh fortachon.
—Callate, me metí a un gimnasio.
—Oh... ¿El que estés aqui no hace que pierdas tu membresia?
—Lobo tonto, ¿porque crees que vine tan rápido? Ahora mismo estoy buscando empleo, quiero... Reinventarme, ¿sabes?
—Vaale, entonces... Tu y Danna...
—No, yo soy gay, valla... Jamas algo se había sentido... Tan liberador al decirlo.
—Si, despues de un rato te acostumbras.
—Jeje esta bien, esta noche ire al bar con Danna, pero antes que nada... ¿Cuando es tu fiesta? Para saber cuanto debo tomar.
—Pues... No lo se, preguntale a Sean, no me deja saber nada mas, solo que se celebrara y punto.
—Valla, fiesta sorpresa.
—¿Tu que harás? Cumplimos el mismo mes.
—Me comprare un pastel, me aburre organizar mi cumpleaños, incluso me aburría cuando mi mamá lo hacia, solo invitare a unos amigos, pastel y todos pa' su casa.
—Que flojo eres, pero bueno, es tu cultura y la respeto.
—¿Que?
Llegamos al auto, Danna se despidió y fue hacia su moto, mientras Sean me ayudaba a subir mis maletas, obvio que ayude.
Y nuevamente me quede solo con los tortolos, esta vez pude desenredar mis audífonos y evitar sus conversaciones que no me conciernen.
Paso un tiempo hasta que se detuvo el coche, entonces me di cuenta de un pequeño gran detalle...
—Este no es el hotel que reserve...
—Te dije que no tenias que preocuparte por eso, te traje a nuestra casa.
—Oh... Viven juntos... Que genial, ¿cuando se...
—No, aun no nos hemos casado.
—Vale...
Baje mis maletas, esta vez Javi me ayudo, era una casa algo grande, toda la parte de abajo era para la sala, la cocina y un comedor.
Subiendo las escaleras había tres recamaras, una de lado izquierdo y dos del derecho, además había una especie de bodega entre las recamaras del lado derecho y las escaleras, separándolos un espacio significante, supuse que la que estaba sola era la de invitados.
Bien, la tuya es esta.
Y me señalo la quien esta justo en medio... Que raro... ¿Dos habitaciones para invitados?
Esta y la que estaba apartada tenían la puerta de color café, mientras que la otra era de color rosa.
¿Esa sera de Sean? Digo... Es pan... No estoy muy familiarizado con ellos...
—Esa es de mi hermana.
Y de nuevo, no fui nada discreto.
—Oh... No sabia que tenias una.
—No suelo hablar mucho de ella, es mi tesorito, te hablamos cuando este la comida.
El se bajo por las escaleras y me quede solo en el pasillo, metí mis cosas y me acosté un rato.
—Esto es demasiado incomodo... Pero lo hago por Javi, es su fiesta al final... Aguantare y me iré cuando acabe... O me iré a otra casa si consigo un trabajo aquí.