Remember me.

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Era un nuevo día en la montaña Paoz. Los rayos de sol entraban por la ventana entre las cortinas color blanco de la habitación. Una pelinegra se encontraba descansando profundamente entre las sabanas de la cama matrimonial hasta que la luz se volvió demasiado molesta. Abrió lentamente los ojos y suspiró, miro a su lado derecho encontrándose con que estaba vacío.

- De seguro fue a entrenar... pensó para sí.

Se sentó sobre la cama estirándose para poder levantarse por fin a preparar el desayuno. Bajo felizmente las escaleras mientras tarareaba una canción. Sacó unos cuantos ingredientes para preparar su famoso estofado, después de todo, estaría cocinando para 3 Saiyajines hambrientos. Estaba inmersa en sus pensamientos, se sentía tan feliz porque al fin su esposo había regresado completando así su pequeña familia, terminó el estofado y se dispuso a llamar a sus hijos pero ninguno atendió al llamado. Se extraño ya que casi siempre sus hijos despertaban con el simple olor de la comida que preparaba así que subió a sus respectivas habitaciones. Abrió la puerta de su hijo menor pero no se encontraba ahí, salió de la habitación tocando la puerta de su hijo mayor pero no hubo respuesta, decidió entrar para saber lo que ocurría pero tampoco se hallaba por ningún sitio.

- Habrán ido a entrenar los tres juntos? – dijo cerrando la puerta

Era lo mas probable, después de todo querrían recuperar el tiempo perdido. Ni siquiera se molestó, estaba tan feliz que nada podia arruinar su felicidad. Se sentó en la barra de la cocina mientras tomaba su café de las mañanas hasta que algo captó su atención. Justo ahí frente a ella se encontraba un sobre, no pudo divisar bien lo que decía hasta que lo tomo en sus manos y pudo leer: Para Milk.

Con mucha confusión la pelinegra tomo el sobre y lo abrió sin mucho cuidado, en el se encontraba una carta que podia afirmar estaba escrita con la desprolija letra de su marido.

Para el momento que leas esto ya nos habremos ido, te pido perdón por no poderte decir esto en persona pero creo que es mejor así. Cumplí mi promesa, aquella que te hice cuando apenas eramos unos niños... Me casé con una mujer que nunca ame porque soy un hombre de palabra pero me di cuenta de muchas cosas, todo lo que nunca pude sentir por ti lo encontré en alguien más.

No intentes buscar más explicaciones, no busques a nadie porque tampoco ellos estarán ahí, te deseo lo mejor del mundo. Gracias por los hijos que me diste, ellos también me acompañarán en esta nueva aventura.

-Son Goku.

Milk sostenía la carta pero su mente ya no estaba ahí, había quedado en shock. No era posible, tenía que ser una mala broma por parte de su esposo o de sus hijos. La carta no tenía ningún sentido, corrió recorriendo la pequeña casa una vez mas. Si esto era una broma se encargaría de hacerlos sufrir, pero no había pista de ninguno de ellos, llegó a su habitación mirandola vacía nuevamente como en muchos años lo había hecho. Unas lagrimas comenzaron a rodar por sus mejillas haciendo que el recuerdo del día de ayer volviese a ella.

-Flashback-

Goku estaba entrenando arduamente en las montañas cuando algo lo interrumpió. Era su estómago que se negaba a callar por lo que decidió volver a casa para recibir sus alimentos. Milk se encontraba colgando la ropa para que se secara cuando vio como su esposo llegaba volando por lo que corrió hacia el abrazandolo. Goku solo puso su mano en su hombro proporcionandole una de sus características sonrisas indicandole a Milk que sería mejor entrar ya que se moría de hambre. La pelinegra preparó todo un banquete para su esposo que compartiría con sus hijos minutos después cuando estos llegaron de un largo día en la Corporación Capsula.

La vida sin ti.Where stories live. Discover now