Dulce San Valentín

339 20 10
                                    

¡Hey, hey, hey! Vengo con un nuevo fic, esta vez es para un intercambio de San Valentín algo tardío, en serio lamento la demora pero la escuela es Tanjirou y yo soy Muzan.

Es un AU escolar donde Sabito y Giyuu son esposos (MI OTP), Kotoha y Douma son esposos y adoptaron a Gyuutaro y Ume (los sexta luna superior) como sus hijos, así que son los hermanos mayores de Inosuke y Genya tiene un crush con Tanjirou pero jamás se lo dirá porque quiere verlo feliz. En serio me gustó mucho escribirlo porque el AU escolar me ablanda el corazón creyendo en una realidad donde todos pudieron ser felices sin tanta muerte ¿¡VERDAD, GOTOUGE!?

En fin, espero les guste leerlo tanto como a mí me gusto escribirlo, recuerden, si dan fav, rw, etc. me sentiré realmente feliz ; ;

Recuerden, Kimetsu no Yaiba pertenece a Koyoharu Gotouge, yo solo usé sus pj's para el fic y todos los créditos de la imagen al autor de esta.

¡Gracias por leer!

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-

Otro día huyendo de Tomioka-san y su vara para castigarle por traer sus aretes de hanafuda que estaban en contra del reglamento escolar; le gustaría por un día no andar escondiéndose de su profesor tan pronto termina de dejar a todos sus hermanos en sus escuelas y finalmente ir a la preparatoria, sin embargo, su truco era pasar por donde Sabito-san para que éste pudiera apaciguar la rigidez de su amante y dejara escapar a Tanjirou sin ningún otro retraso a clase, obviamente, el favor no era gratis así que debía quedarse a limpiar el gimnasio tras la práctica de kendo que Sabito-san instruía como profesor encargado del club de kendo y entrenador de este.

Ese día, tras huir de su profesor que se quedó besando a Sabito-san, llegó corriendo a clase de historia con Rengoku-san, quien siempre le dejaba llegar tarde debido a que sabía del juego del gato y el ratón que tenían Tomioka y él. Tanjirou suspiró aliviado al llegar a su lugar, tomando aire con fuerza tras correr más rápido que de costumbre ya que ese día era catorce de febrero y tuvo que espantar a los pretendientes que quisieran acercársele a sus hermanitos, en especial a Nezuko, teniendo que aceptar él todos los chocolates que le dejaron en su casillero así que su mochila pesaba aún más, eso sin contar los panes que horneó para sus amigos y profesores por ese día; si bien, no era una chica, le gustaba dar esos detalles de afecto a la gente que quería.

—Kamado, mi chico, no te acabes el oxígeno de todos—Bromeó el rubio profesor mientras veía como el pelirrojo solo se sonrojaba apenado por sus jadeos y gemidos que pedían por aire tras correr con todas sus fuerzas cargando a tres de sus hermanos y su mochila extra pesada.

— ¡Lo siento, Rengoku-san! —Exclamó el chico con aretes de Hanafuda antes de tapar su boca para respirar un poco más calmado, viendo de soslayo a un Zenitsu ultra feliz con una cara que le daba pena y asco a la vez, podía jurar que había hasta corazones saliendo de su cabello además de que la sonrisa que le dirigía le daba escalofríos.

Sabía lo que significaba...Y no, no dejaría que Zenitsu se le acercara a su preciada hermana menor así que tendría que darle los chocolates que le hizo para ver si con eso se conformaba el rubio.

Una vez recompuesto, Tanjirou puso atención a la clase de historia de su profesor favorito, no es que no le gustaran las demás clases pero Rengoku-san y su manera de explicar realmente le hacían sentir su corazón arder, de hecho, pensaba que podría ser historiador gracias al flamante profesor con una amable sonrisa que le hacía creer en el pasado para hacer un mejor futuro.

El resto de la clase pasó entre sonrisas, felicitaciones y participaciones por su parte hasta que la campana finalmente tocó, anunciando que era el final de aquella amena lección donde aprendían del Japón de principios del siglo veinte, por ejemplo, cómo la ropa occidental se comenzaba a modernizar o que la capital de Japón pasaba de ser Edo a la actual Tokio hasta algunos mitos como los cazadores de demonios.

Dulce San ValentínWhere stories live. Discover now