Cap. 1

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Una pequeña payasa peliroja de apariencia de 13 años, se miraba dormida en un viejo colchon tirado en una vieja casa, un pequeño niño con un impermeable amarillo entro al cuarto intentando despertar a la peliroja.

–Leymin, Leymin, despierta–dijo aquel niño.

–Mmh 5 minutos mas–dijo ella tapandose con una vieja sabana.

–No, tu papá ya esta abajo desayunando, tienes que bajar.

–si, okey– dijo ella con sueño.

Acto seguido, el pequeño desaparecio, ella sin importancia bajo a la cocina encontrandose con su padre comiendo un brazo.

Era un enorme payaso de 2 metros con cabello naranja rojizo, un traje viejo de payaso y unas lineas color rojo que conectaban sus ojos con sus labios.

–Buenos días papá–dijo dandole un beso en la mejilla.

–Buenos dias princesa–dijo aquel payaso todo lleno de sangre.

Ella sin importarle se dirigio a la vieja cocina y se hiso algo rapido, cuando termino estaba comiendo pero se le habia antojado lo que estaba comiendo su padre.

–papi hermoso de mi corazón–dijo la pequeña payasa.

–¿Qué quieres?–dijo aquel payaso sin dejar de comer.

–¿Me puedes dar?–Dijo con ojos de chachorro.

–Nop–dijo su padre.

–Yo siempre te ofresco de mi comida–dijo ella enojada.

–Esta bien, Solo si prometes que me aras un favor–dijo el payaso.

–si, si lo que quieras–Respondio rapidamente la payasa.

El payaso habia partido el brazo por la mitad y se lo dio a su pequeña hija.

–¿Contenta?.

–Mucho–respondio felizmente la payasa para empezar a comer.

–Okey hablando del favor que te voy a pedir, quiero pedirte que investigues a los perdedores. Es un grupo de 7 niños que puede ser que en un futuro nos causen problemas.

–¿Tu nueva presa?– Dijo ella sin importancia pues ya estaba acostumbrada.

–Si, pero tendras que ir a la escuela.-finalizo el payaso.

Fue donde la payasa escupio toda la comida en la cara de su padre.

–Oye–dijo enojado aquel payaso pero a la vez con burla.

–Ni se te ocurra payaso de cuarta–Dijo enojada.

–¿Tu muy buena no?–Dijo el payaso con burla.

–Pues los niños me preferian a mi–Dijo ella con burla.

–Claro are como que te creo, y sube arriba para que te cambies, hoy es tu primer dia de clases–Dijo Pennywise.

–Y si no quiero–dijo Leymin.

–Te dejo sin dormir–dijo Pennywise.

–Sabes que, me convenciste ¿No has pensado en ser presidente?.

–No y ya sube–Dijo Pennywise riendo.

La pequeña subio a su viejo cuarto para tomar algunos cuadernos y una mochila se cambio a su forma humana y bajo encontrandose con un hombre alto, guapo y bien vestido.

–Tu quien eres don poste–Dijo ella con burla.

–Ja ja ja, que graciosa mira como me muero de la risa.

LA HIJA DE PENNYWISEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora