Capítulo 4.

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-¿Qué te parece si subimos a tu habitación preciosa?- me susurró Luke, así es, ya es bastante tarde, la 1 de la madrugada diría yo, llevo toda la noche aguantando malas miradas de

Mike, reprobatorias de Lore, hasta que se emborrachó y desapareció claro, y bueno yo pues me la he pasado con el morenazo que tengo delante, quizás esté malo jugar con los

sentimientos de las personas, pero luego recuerdo el propósito y se me pasa el remordimiento, he de reconocer que fui un poco cruel, drogar a Mike y atarlo a una silla en el balcón

de mi cuarto, para que vea todo y se largue de mi casa, fue un poco bastante cruel, pero en fin, problemas desesperados, medidas desesperadas.

-Así no se dice mema- dijo mi jodida conciencia

-No es momento Rodolfo- dije de mala gana y no me contestó, ay dios, todavía no había contestado a Luke, sonreí seductoramente y cogiéndole la mano, lo guié hasta mi dormitorio,

nada más cerrar la puerta me acorraló contra esta y comenzó a besarme con fiereza, momento que aproveché para ver si Mike miraba, y así era, la marihuana no lo atontó

Demasiado, menos mal que le día poca, sino estaría inconsciente, lo que me sorprendí al ver un deje de.... ¿tristeza?, en sus ojos, seguramente estaré loca, pero al estar amordazado

No puede interrumpir, así que me puse a hacer mi trabajo, sentí como Luke me apretaba el trasero con sus grandes manos, momento que aproveché para enrollar mis piernas

Alrededor de su cintura, a pasos torpes y sin dejar de besarnos nos dejamos caer suavemente en la cama quedando yo a horcajadas sobre él, minutos más tarde, la ropa había

Desaparecido y estábamos piel contra piel, me miró a los ojos como pidiéndome permiso y como respuesta, me enterré de golpe en él, provocando que un gruñido se escapara de

Su boca, al igual que un gemido de la mía, haciendo que la respiración se me escapara de los pulmones, con movimientos firmes y rápidos nos movimos en perfecta sincronización,

haciendo que encajáramos a la perfección, sin duda el mejor polvo de mi vida, los movimientos se intensificaron y nos contraimos a la vez, tocando el mismísimo cielo con

semejante orgasmo, me dejé caer sobre él y permanecí así varios segundos, cuando me relajé, me dejé caer a un costado y me dejé dormir, no sin antes echarle un vistazo a Mike,

estaba lloviendo pero tenía los ojos hinchados y rojos, tal vez se haya fumado algún porro, pensé mientras me dejaba dormir.

-Lo que Cristal no sabía, era que los ojos rojos e hinchados eran debido a las lágrimas que se mezclaban con la lluvia, al ver como perdía a la chica de la que estaba enamorado y

no tenía la valentía de decírselo, ¿y lo peor?, ella pensaba que era un jodido mujeriego, que se la tomaba como un juego, pero no podida estar más equivocada-

AL DÍA SIGUIENTE:

Desperté moviéndome entre las cobijas, miré al frente y me vi con la mirada penetrante de Luke, esos ojos esmeraldas me mataban completamente.

-Buenos días- dijo con voz más ronca de lo normal y dios me derritió

-Buenos días para tí también, pero creo que es hora de que te vayas- dije intentando sonar lo menos brusca posible, él me miró raro.

-Qué directa, dios mío- dijo él- está bien, me voy pero que sepas que no te dejaré escapar, polvos como el de anoche no se viven todos los días- dijo sonriente mientras se terminaba

de vestir y salía por la puerta- perfecto- pensé otro acosador loco que es mi vecino, de repente me acordé de Mike y miré fuera, estaba durmiendo en la silla empapado, me dio pena y

fui a meterlo, eso me servirá como venganza por todas las que me debía.

-Mike, despierta- dije mientras lo desamarraba, poco a poco abrió los ojos y al poner su cuello recto emitió un ruido de dolor y me miró serio, esto cada vez me preocupaba más,

prefería que me chillara o pegara o maldijera o cualquier cosa menos su silencio y su indiferencia, no me había dado cuenta cuanto me dolía y me dolía mucho, muchísimo.

-¿No me vas a chillar?- pregunté mientras veía como se adentraba a la habitación y comenzaba a hacer sus maletas, se iba a ir y eso era lo que buscaba, pero, ¿realmente quería eso?, claro, ¿por qué iba a no quererlo?, eso sería ilógico.

Una vez con todo listo y con las maletas en la puerta se viró a mí y la imagen que vi me devastó por completo, mientras las lágrimas corrían por sus mejillas me susurró

-Siento si he sido una molestia todo este tiempo, espero que me perdones- dijo y se fue dejándome sola y devastada, no me había dado cuenta hasta ahora, lo quería, yo quería al

egocéntrico de Mike, quería a ese inepto, más que quererlo lo amaba, y esa palabra me aterraba. Nunca nos damos cuenta de lo que tenemos hasta que lo perdemos, me decía mí

abuela, y la verdad es que tenía razón y tanta razón, que me duele, me duele en el fondo del alma, he perdido una parte de mí y no sé cómo recuperarla, me he comportado como

una completa zorra.

Los siguientes días pasaron largos y lentos, tenía pintas de zombi y mañana había clase, una semana había pasado prácticamente, una semana sin verle, sin hablarle, sin poder

disculparme y mañana lo vería, creo que he engordado 6 kilos con toda la comida basura que me ha consolado, las comedias románticas se agotaron y me sé todos y cada uno de

sus diálogos, ¿y los pañuelos?, son inexistentes en el supermercado y en mi casa, los compré todos y me los gasté, al menos Lore me ha ayudado aunque sólo una persona puede

ayudarme, y esa persona es la que ocasionó este dolor, la misma con la que mañana hablaría y pediría disculpas, aunque no es mi estilo, me confesaré y le diré todo lo que siento de

una vez por todas.

El chico de mi ventanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora