Dos

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- Entonces dices que el tipo de enfrente estaba jaloneando a Louis...-. Gemma hablo poniendo sus codos sobre el escritorio de su hermano.

- Si y me dio demasiado coraje el ver cómo se rió de mí y empujó a Louis al departamento y dando un fuerte golpe con la puerta al cerrarla-. Harry peinó sus rizos de frustración.

- Sabes, cuando te mudaste yo me encontré con ese tipo. Accidentalmente chocamos y le pedí disculpas pero solo lo que recibí fue un "fíjate por donde caminas". Que pesado-. La chica cruzó sus piernas y tomó su taza de café.

- Las noches que he estado en el departamento escucho demasiados gritos, me levanto-. Harry se levantó de su silla-. Camino hacia la puerta de mi departamento-. Camina más cerca de Gemma-. Y pongo la oreja para escuchar-. Se sentó frente a ella y le quitó la taza para tomar sus manos de ella-. Gemma, creo que mi vecino sufre violencia doméstica.
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Louis salió de la habitación temblando, observó detenidamente la sala de star y todo estaba completamente destruido, sus cuadros en el piso, sus fotos rotas, su jarrón que hizo en aquella clase de artes está en el piso hecho trizas.
La comida seguía tirada en el piso, todo estaba hecho un desorden, hasta parecía que un tornado había pasado por el lugar. Y así lo creía. Un tornado llamado Dan que estaba muy enojado solo porque la sopa estaba caliente.

Camino descalzo y cuidando de no pisar los vidrios rotos, agradeció que su hermana descansaba hoy y no le tocaba cuidar de Austin. Así podría recoger todo antes de que Dan llegara.

Pero no podía, quería unos brazos que lo consolasen, que lo escucharan, que le ayudaran. Pero estaba escrito, ese departamento era una cárcel. Él no podía salir si Dan no salía con él, ni mucho menos sin su autorización.
Las veces que iba solo al supermercado lo hacía cuando Dan trabajaba y cuando llegaba a casa, escondía la comida que compraba para que él no sospechara.
Sus hermanas no podían ir a visitarlo y cada vez que Louis quería ver a su familia tenía que ser con el acompañamiento de Dan.

Según Dan, él decía que su novio era demasiado hermoso, que nadie podía tocarlo, ni verlo y ni olerlo.
Para Louis eso le encantaba, que su novio fuera muy atento y cariñoso, siempre anhelaba con una persona que lo cuidara y lo protegiera. Pero desde que aceptó que Dan viviera con él, fue su perdición.

Aceptar a Dan en vivir con él, fue su más grande error.

El amor se esfumó, se acabó.

Las noches de caricias se volvían en gritos y jaloneos, solo porque a Louis se le olvidó cambiar la pasta de dientes o porque no había papel de baño. Lo empujaba cuando Louis quería calor de su novio por las noches, y le empujaba y le gritaba que se hiciera a un lado que porque invadía su espacio.

O aquella vez que llamo a un carpintero para que le arreglara los marcos de las puertas y ventanas. El chico mientras le comentaba a Louis desde su teléfono los modelos de marcos nuevos que habían diseñado, y él tan feliz porque tenía meses ahorrando un poco de dinero para remodelar su casa.
Pero toda felicidad se fue cuando llego Dan y empujó al carpintero y lo golpeó. Para después escupirle en la cara a Louis diciéndole que era una puta por andar dando el número.

Desde ahí jamás volvió a contratar algún servicio a menos de que Dan lo hiciera.
Pero esa vez cuando su vecino se interpuso en su pelea, él se sintió aliviado porque si no hubiese habido la aparición de su vecino, de seguro tuviera una enorme mancha morada sobre su pómulo.
Por el simple hecho de haber contratado al fontanero para que arreglara la ducha.

Ese día, Dan solo se fue a la cama y no volvió a molestar a Louis.
Hasta esta vez.

Louis con lágrimas aún bajando por sus mejillas, se agacha para recoger los restos de la sopa y levantar las partes quebradas del plato.
Se hincó y observó a su alrededor, ¿esta era la forma en la quería vivir?
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Harry caminaba por el pasillo y al momento de llegar a su puerta, observó demasiado bolsas de basura fuera de la puerta de su vecino. Observó que la puerta estaba medio abierta y observó cuidadosamente de que nadie viera que él observaba el interior de la casa. Y de pronto escucho una voz en el interior.

- Lose Zayn, se que mañana es tu cumpleaños pero Dan insiste en que vallamos a la casa de campo de su tía...-. Apego más el oído y siguió escuchando-. Escucha, veré la manera de poder quedarme y fugarme para ir a verte. ¿Esta bien? ...vale, te veo el fin de semana. Salúdame a Liam y los niños.

Entonces Harry se quitó rápidamente de la puerta por haber escuchado pasos cerca.
Hacia qué buscaba sus llaves en su maletín mientras sentía la presencia de alguien a sus espadas.

- Gracias vecino, por lo del otro día-. Escucho detrás suyo. Y dio media vuelta para verlo.

- No es nada, espero que no vuelva a pasar-. Harry encontró sus llaves.

- No claro que no, solo espero que para la próxima vez, intente no meterse en nuestros asuntos-. Louis tomó las bolsas de basura y con un poco de esfuerzo las comenzó a acarrear escaleras abajo.

Harry suspiró y dejó su maletín su lado de su puerta y caminó hacia Louis para ayudarle con las bolsas.

- Permíteme ayudarte, por favor-. Louis lo observó, tenía unos bellísimos ojos verdes y una mandíbula muy hermosa. Sus facciones lo hicieron ponerse nervioso.

Harry tomó ambas bolsas y rodó su mano con la de Louis, él sintió lo gruesa que era su mano y enorme que era a comparación de la suya. Entonces por inercia, quito las suyas con brusquedad como si se tratase de que había tocado algo caliente.

Miro a su alrededor para ver si no lo había visto alguien hacer eso. Pues se sentía con miedo.

- Gracias vecino-. Louis se cruzó de manos para esconder el tacto aunque nadie lo hubiera visto.

- No necesitas llamarme vecino, tengo mi nombre. Me llamo Harry-. Extendí su mano al más bajo pero este no se la tomó.

- Gracias Harry-. Louis solo le sonrió y observó la mano del otro. Dios si que era una mano muy grande.

- Y, ¿tú como te llamas? -. Harry pregunto.

- Louis-. Seguía observando su rostro. Detenidamente.

- Bien Louis, escucha. No me gusta meterme en asuntos personales ni nada pero quiero decirte que si necesitas ayuda...

- ¿Que te hace pensar que necesito tu ayuda? -. Louis se inclinó en modo desafiante.

- Por los gri...

- ¿Sabes algo? No te metas en donde no te llaman y déjame en paz. Yo no necesito ayuda de nadie-. Entonces Louis se gira y camina rápidamente hacia su departamento dejando a Harry totalmente serio pensando en que sus instintos eran ciertos.

No voy a espérate más •ls• Donde viven las historias. Descúbrelo ahora