Es una hermosa tarde soleada en la que preferiría estar bebiendo una cerveza helada con amigos o disfrutando una salida con mis hijos, pero en lugar de eso tengo que estar en un maldito grupo de auto ayuda, control de la ira y todo eso.
Realmente no era mi idea venir a este sitio, es un lugar tan común como aburrido, es una sala pequeña con pocas ventanas, tres para ser exactos, pocos muebles, solo una mesa en una esquina con algunas galletas que la verdad no son muy deliciosas, una máquina de café y como era de esperar un circulo formado en el centro con sillas de madera bastante viejas, en el piso hay una vieja alfombra color amarillo o por lo menos ese era su color antes (es muy vieja).
Hoy es mi primera sesión, solo somos 4 personas contando al vocero o bueno realmente no se que sea, el es el que se supone va a ayudarnos a superar nuestros problemas. Se llama Mike o algo así, ni siquiera escuche se apellido, su historia es que era muy malo y lastimaba a la gente que lo rodeaba y quería, la verdad tampoco preste mucha atención a su historia ni a la de los demás, solo estoy pensando en que haré cuando salga de este horrible lugar.
Creo que Mike notó mi falta de interés en las historias del grupo y de manera muy seria dijo.
-¿Quieres presentarte y decirnos tu historia? No te vamos a juzgar, estamos aquí para ayudarnos.
Ni siquiera me interesa que sepan de mi pero supongo que no tuve opción así que respondí.
-Mi nombre es Pablo. Pablo Dashh, no creo tener ninguna historia que les interese, ni siquiera creo tener un problema, pero he venido porque mi familia así lo quiso y pensé que sería más fácil que en un psicólogo pero creo que me equivoque- lo dije sin ni siquiera mirarlos a los ojos ni levantarme de la silla.
Los 3 me miraban bastante decepcionados creo, Mike empezó a hablar sobre la importancia de aceptar el problema y no se que otras cosas, solo tome mis cosas y salí de ese lugar.
Estaba seguro que no tenía ningún problema y si lo tenía estaba también seguro de que ellos no iban a ayudarme, ni tampoco creo que esos lugares ayuden a alguien.
Al rechazar el grupo de auto ayuda mi familia no dejaba de insistir en que un psicólogo era la mejor opción para ayudarme. Sigo sin entender como podría ayudarme con un problema que no tengo pero en fin, no me quedo otra opción que ir a ver a un maldito psicólogo.Era martes, no estaba soleado, en realidad estaba muy nublado y hacia frio.
En donde vivo solo hay dos psicólogos, si, solo dos, tuve que elegir entre un hombre de casi 60 años o una mujer de unos 45 años, ninguno llamaba mi atención pero elegí al hombre, y la verdad no se porque.
Su sala de espera no es muy grande, solo hay dos sillones de cuero enfrentados, en el centro una mesa ratona de vidrio con algunas revistas viejas, hay algunos cuadros, son demasiado feos para prestarles atención así que no se de que eran.
Espere no más de 5 minutos hasta que el paciente antes que yo saliera rápido de la habitación llorando, abandonó el lugar dando un portazo. Hubo un corto pero incómodo silencio hasta que el doctor Andre Meyer me invitara a pasar.
Apenas entre pude notar que tanto el piso como todos sus muebles eran de madera, una decoración bastante clásica, lleno de libros y diplomas, su escritorio y la silla enfrente donde yo tuve que sentarme.
Era un hombre blanco con cabellos totalmente blancos como su pronunciada barba. Usaba unos lentes muy redondos y fumaba con una pipa.
El se presentó y solo dijo; -Cuentame tu historia.
Le dije que realmente no tenía una historia para contar y que estaba ahí solo por obligación, a lo que respondió
-Todos tenemos una historia, ¿porque no me cuentas todo lo que recuerdes de tu vida? Empezando por los recuerdos más antiguos que tengas.
Es raro, ese hombre me transmitía paz, además ya había pagado por una hora de sesión así que otra vez tenía dos opciones; hablar con el o mirarnos las caras por 60 minutos.
Elegí hablar con el, creo que fue una buena elección.
-Mi nombre es Pablo, Pablo Dahss, actualmente 45 años, no recuerdo mucho de mi vida antes de los 4 o 5 años, era muy pequeño supongo. Lo que si recuerdo es a mi madre, se llamaba Sol, como mi hermana pero aún no hablaré de mi hermana, no había nacido. Como le decía, mi madre venía de 3 generaciones con ese nombre, todas en su familia llamaban Sol a su primer hija, será una tradición o algo así.
Era una mujer bastante joven me tuvo a sus 18 años. Rubia, ella era rubia, con un cabello muy largo, sus ojos eran muy celestes, tenía algunas pecas y sus mejillas siempre estaban coloradas, era la mujer más hermosa que conocí, aunque creo que la mayoría de las personas piensan eso de su propia madre. Ella siempre vestía con vestidos amarillos y muchos tenían estampados de girasoles. Hasta el día de hoy cuando veo un girasol la recuerdo a ella y sus vestidos amarillos.
Mi padre en ese tiempo era igual de joven, muy alto, de cabello marrón, ojos miel, creo que de el herede mis ojos, el siempre vestía de negro, bueno el sigue vistiendo de negro.
Nunca fue muy afectivo conmigo, el decía que lo verdaderos hombre no tenían tiempo para demostrar sus sentimientos, además que eso era cosa de débiles, llorar también era de débiles y estaba totalmente prohibido que yo llore delante de alguien. Pero cuando era pequeño yo lloraba casi por todo.
No recuerdo mucho de mi abuela materna ella murió cuando cumplí los 7 años, lo que si recuerdo es que me cocinaba unos galletas en forma de corazones muy gorditos, decía que así se veían más bonitos, creo que solo intentaba hacerme sentir mejor ya que hasta mi pubertad fui un poco gordo. Es todo lo que recuerdo de ella. Su esposo osea mi abuelo Paul, siempre dijo que mi padre era un holgazán por no querer trabajar, le dio trabajo en su empresa se bienes raíces solo porque mamá le insistió demasiado. Para sorpresa de todos a papá le fue muy bien.
La abuela paterna coco, siempre me defendía cuando hacía alguna travesura, ella era ama de casa y el abuelo Todd era mecánico y tenía la misma idea de papá, sobre no ser débiles y eso.
¡Casi lo olvido! Mi tía, hermana menor de mi madre, creo haberla visto diez veces como mucho en toda mi vida, pero aún así la quise demasiado.
Tenía 5 años cuando mi hermana nació, no la quise tanto al principio ella robaba la atención de mis padres y abuelos.
Ella ahora me recuerdo mucho a mi madre, es casi idéntica.
Ese año en el jardín llego un chico nuevo, estaba seguro de haberlo visto antes en algún lugar, era posible.
Su ropa estaba sucia y rota, su pelo era negro, sus ojos marrones, su cara también estaba sucia.
La maestra lo presentó, recuerdo que su nombre me pareció genial desde el primer momento que lo escuché. Rex, como el dinosaurio. ¿Vio? Es genial, pero a algunos compañeros les parecía gracioso, el solo los miraba muy enojado, los primeros días se sentaba solo, no tenía amigos así que creí que hablar con el era buena idea y si, lo fue.
Rex era muy gracioso no recuerdo sus chistes pero se que con el me reía todo el tiempo, yo hacía sus tareas, el decía que no podía hacerlas en su casa porque sus padres veían la televisión muy fuerte.
Como le dije yo era un niño gordo y un compañero penso que sería bueno jugarme una broma, en nuestro salón de clases había un gran pizarron donde nuestra maestra hacía algunos dibujos, ese día el no salió a nuestro receso y aprovechando que todos salieron del salón hizo un gran dibujo de un puerquito, ya sabe un chancho, que tenía mi nombre a un costado.
Realmente fue muy cruel, todos empezaron a reir, ese compañero que creo que se llamaba George o algo así, se acercó a mi haciendo ruidos de chancho. Esa fue la primera vez que quise salir corriendo de un lugar, pero antes de que pudiera hacer nada, Rex golpeó a ese niño en la cara, hizo que le sangrara la nariz y le gritó;
-¡No te metas con mi amigo!
Fue la primera vez que me llamo amigo. Lo suspendieron por dos días, lo extrañe, pero tuvo su parte buena, ese niño George y los demás dejaron de hacer chistes sobre mi.
Cuando Rex volvió al jardín tenía un ojo morado y algunos rasguños, no quiso hablar del tema.
Nos volvimos inseparables, todo lo hacíamos juntos, incluso empecé a hacer muchas travesuras, creo que el fue mi mala influencia. Una vez hicimos algo que no recuerdo pero logramos que algunos compañeros lloren en el salón de clases y la maestra nos descubrió. Llamo a nuestros padres, pero los de Rex nunca llegaron...Mi madre me regañó, fue la primera vez que ella lo hacía.
Creo que estaba estresada por la bebé.
Esa tarde lleve a Rex a casa después del jardín, mi madre preparó una merienda para los dos. Dijo algo sobre que Rex estaba muy Delgado pero fue en voz baja y la verdad no lo recuerdo bien.
Convertimos eso en una especie de ritual, desde ese día el siempre me acompañó para merendar, a veces pasaba semanas en mi casa, recuerdo estar muy sorprendido porque a sus padres no le importaba en lo más mínimo donde estaba su hijo. Pero también estaba feliz de que así sea porque pasaba mucho tiempo con el y eso era genial.En mi cumpleaños numero seis Rex dijo no tener dinero para comprarme algo, pero que mi regalo sería ser su mejor amigo para siempre.
Empezamos la escuela en un colegio no muy lejos de casa, mis padres se encargaban de comprar las cosas para la escuela y la ropa de ambos, el ya era parte de mi familia, era un hermano más.
Seguía sin querer mucho a mi hermana, había cumplido un año y ahora era mucho más adorable que antes.
Como sea en la escuela conocimos a un niño con el cabello totalmente rojo y ojos celestes, Chris Dawyns, venía de una familia adinerada su madre era policía y su padre militar.
Era todo un malhumorado pero me caía bien.
Recuerdo que un día Chris llegó muy enojado a clases y yo quería saber el porqué, así que me acerqué a él y apoyé mi cara sobre su mejilla, fue la primera vez que hice eso y no fue la última. El se asustó un poco pero no me aleje, si, el me lo exijo muchas veces pero no le hice caso. Decía que yo era un moco y lo estaba molestando. Le expliqué que solo quería saber que le pasaba así que el respondio;
Chris.- es mi madre, desde que tuvo a mi hermano no me presta tanta atención y ahora el mocoso cumplió un año lo que lo convierte en un bebé aún más adorable.
Yo aún sin alejarme de su cara le conté que me estaba pasando exactamente lo mismo.
Chris.- No te preocupes moco, tengo un plan, seguramente llamaremos su atención si nos portamos un poco mal aquí, en la escuela, ellos sabrán que algo nos pasa y ya sabes le diremos que es culpa de esos bebés y así nos querrán más a nosotros.-(lo decía muy seguro, siempre fue medio inteligente y medio problematico)
Pablo.- pero... ¿no van a castigarnos?
Chris.-¿ Por qué lo harían? Lo hacemos por culpa de los bebés, ¿recuerdas?
Pablo.- Bien, ¿qué haremos?
Chris.- No lo se, quizás... golpear al niño chino.
El chico chino es Doom, siempre fue muy Delgado y bajo, nunca fue muy bello pero es un buen amigo creo.
No recuerdo bien cómo fue pero Chris golpeó a Doom en el brazo una sola vez y fue suficiente para que el llore a los gritos (muy fuerte) ni siquiera pude pegarle, la profesora llego muy rápido y castigó a Chris, me dijo que su madre también lo castigó así que su plan no funcionó después de todo.
Dr Andre Meyer.- Odio interrumpir pero se acabo nuestro tiempo, espero verte este jueves para continuar en donde dejamos.- dijo realmente tranquilo, como si no estuviese prestándo atención a lo que contaba. Solo estaba concentrado en su pipa.
Salí de su consultorio y siendo sincero deseaba que los días pasen rápido para poder volver.
