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Ok, esto estaba mal, muy mal muy...

–¡Oh, ya para de lanzar tus exquisitas feromonas, trato de pensar con claridad!–Le grité, haciendo que sus ojos comiencen a cristalizarse y seguidamente empujarme.

–¡Alfa no me quiere!–Gritó llorando, me acerqué a ella arrepentida, acababa de recordar que en una parte de los ciclos de celo de los omegas, sen ponían súper sensibles, como si se tratara de bebés.

–Por favor, perdóname no quise decir eso.–Estaba pidiéndole perdón de rodillas a una omega ¡¿Qué me estaba pasando?! No lo sabía, pero en cierto modo tanto yo como mi loba interior, estábamos arrepentidas por haberle gritado.

–A-alfa mala...–Dijo con su cabeza enterrada en la almohada, se oían sus débiles sollozos y eso sólo hacía que mi corazón se oprima cada vez más.

–¿Perdonarías a esta tonta alfa?–Tatiana levantó la mirada lentamente, observándome con sus ojos vidriosos, con un puchero asintió y se acercó a mí con sus brazos abiertos para que la cargara, la tomé gustosamente entre mis brazos y enterró su pequeña nariz en mi cuello.

Unos minutos así bastaron para que se quedara completamente dormida, la dejé en su cama pero escuché un pequeño gruñido y entonces decidí cargarla de nuevo, con cuidado abrí la puerta encontrándome con Dasha sentada con el celular entre sus manos.

–Veo que pudiste controlarte.–Dijo suspirando al ver a Tatiana dormida entre mis brazos.

–Mi cabeza de arriba se controló, pero la de abajo...–Dasha hizo una cara de asco y comenzó a negar repetidas veces que no terminara mi frase, a lo que yo reí. No me había dado cuenta hasta ese momento de que se escuchaban muchos ruidos en la habitación de los chicos y mía, miré a la beta con confusión y ella comenzó a explicar.

–Neo se está encargando del agresivo de Dominic, por así decirlo.–Me guiño un ojo, en realidad no me importaba mucho si esa noche ambos tenían sexo pero me preocupaba saber si tenían condón o no.

–¿Dejaste preservativos, verdad?–La menor asintió, haciendo que me quede un poco más tranquila.

–En el cajón de la mesada que está al lado de la cama de Tatiana también hay un par, ya sabes, por las dudas.–¿Qué?

–No tendré sexo con Tatiana, beta.

–Tú no sabes eso–Revoloteé mis ojos, me despedí de Dasha al sentir que la omega comenzaba a despertar y sus feromonas volvían a sentirse más fuertes, volví a encerrarnos en la habitación de los omegas y la recosté en la cama, tomando asiento a su lado.

–Buenas, omega–Me observó adormilada, comenzó a frotar sus ojitos con lentitud mientras yo observaba cada uno de sus movimientos–¿Te sientes bien?–Ella al volver a escuchar mi voz, se acercó a mí y volvió a enterrar su rostro en mi cuello, esta vez sentía como su lengua recorría todo éste haciéndome estremecer, mientras trataba de controlar mis ansiosas ganas de marcar su exquisito cuello, abrir sus piernas y hacerla mía lo que restaba de la noche, y ya que estábamos, todo el día.

–Mí alfa–Sentía que sus dientes comenzaban a raspar mi cuello, era claro que los omegas no podían marcar a los alfas pero sé que lo hacía para crear un escenario más excitante–Mía, sólo mía.–Ooh, como amo cuando las omegas se ponen demandantes.

–¿Soy tuya?–Pregunté, extrañada pero mi loba sabía que era así,desde el primer día que la ví supe que sería una omega ,MI omega.

–Alfa—susurró en mi cuello la menor—sácame la temperatura, ya no aguanto, ¿d-debes cuidarme, verdad?

Pov omnisciente.

Claro que debía, los ojos de esta alfa se dilataron, el control entre ambas desapareció, detenerlas era tan difícil como buscar una aguja en un pajar. Sólo se conectaron como debían de haber hecho apenas entraron a la habitación.

–Alfa, hazme tuya.– Fue la única frase que debía decir para que la mayor rozara sus labios y seguidamente, apoderarse de ellos. Sus bocas se acariciaban y se encontraban como si ese fuese el momento que ambas estaban esperando, las feromonas comenzaban a hacerse más fuertes obligando a la alfa separar sus bocas y quitarle la molesta camisa que llevaba la chica, dejándola completamente acostada sobre la cama.

–A-ah alfa.‐Gimoteó la omega debajo del cuerpo de la mayor, quien desabrochaba su sostén mientras lamía y raspaba con sus dientes el cuello y clavícula de esta.

Ya al fin con la omega desnuda de la cintura hacia arriba, la alfa comenzó a chupar y succionar sus pezones mientras la menor era un mar de gemidos. Terminó por desnudar el cuerpo entero de la omega y se detuvo a observar la obra de arte que tenía en frente; la omega de sus sueños totalmente desnuda, pidiendo más atención de la alfa y entregando su cuerpo y alma a ella.

–Prepárate, bebé–Dijo comenzando a sacarse su propia ropa, dejando expuesto a su gran y duro miembro, haciendo que la menor trague saliva–Te haré mía, omega.–Dijo por última vez, besando sus deliciosos labios y comenzando a introducir sus dedos en el interior de la omega, notando de inmediato que este ya se encontraba bastante dilatado.

–V-vamos entra de una vez–Pidió impaciente, la alfa rió pero no puso objeción alguna, antes de olvidarse, se detuvo para tomar el preservativo que había guardado Dasha en el cajón de la mesita como había dicho, lo colocó con cuidado de no romperlo y una vez hecho eso, se colocó entre las piernas de la chica y entró en ella lentamente.

–A-ag alf-a ah–Gimió cuando sintió entrar el gran miembro de la chica en su interior–E-es muy g-grande, a-ah.

–Gime hermosa, haz que tu alfa se sienta orgullosa de ser la única que pueda tenerte.–Dijo iniciando con las estocadas, eran lentas y profundas, poco a poco fue aumentando su ritmo al escuchar que la omega le pedía más y más.

–M-más rápido alfa.–Suplicó la omega sintiendo como las embestidas de la mayor la hacían llegar al cielo y más. La mencionada hizo caso a las súplicas de su omega comenzando a embestir más rápido, haciendo que una sensación en el cuerpo de Tatiana le haga saber que estaba a punto de correrse–E-estoy por, a-ag–No pudo reprimir un gemido al sentir que la alfa había tocado su punto dulce–A-ahí justo allí ooh, alfa sigue ¡alfa m-más!–Y como si fuese posible, la mujer dio unas estocadas rápidas y profundas logrando que la omega llegue al orgasmo tan esperado.

Belén dio unas embestidas más al interior de la chica y se corrió en el condón, salió delicadamente de dentro de la omega sacándole otro pequeño gemido al ya no sentirla en ella y se acostó a su lado.

–Eso... eso fue... a-algo increíble.–Dijo Tatiana con su voz algo entrecortada debido a que trataba de regular su respiración.

–Sí lo fue... pero tengo sueño, ¿sabes?–Rieron al comentario de la mayor, esta se acomodó entre las sábanas, atrayendo con su brazo a la omega para que pudiera acurrucarse a su lado, esta le entregó un último beso en su mejilla y segundos después, se quedaron completamente dormidas.

BelianaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora