Capítulo Único

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Me dirijo hacia casa esperando que madre me llame porque llego tarde.
Madre es alta, esbelta y se viste siempre con poca ropa, sí mi madre es prostituta y también es alcohólica.
Mi vida es una mierda, madre me maltrata y siempre me grita, mis compañeros me hacen bullying y mi padre llega por las noches, el único ser humano que me quiere, no lo puedo ver por culpa de madre, que por supuesto, se gasta todo el dinero que gana en el alcohol, en el mejor alcohol, madre también mató a mi perro… mi mayor tesoro… mi gran debilidad… extraño cuando volvía a casa y verle a él llamándome desde la puerta de mi habitación hasta donde yo estaba… extraño verle llegar con prisa para estar conmigo…. Extraño cuando me miraba con esos grandes ojos llorosos ladrándome para dar una vuelta… extraño verle…  pero ahora para eso solo queda una opción, que no puedo tomar… necesito ser fuerte… pero serlo me mata poco a poco.

Llego a mi casa desesperada, sin un rastro de felicidad en mi rostro, madre estaba esperándome en la puerta de casa con una escoba en la mano derecha, unas tijeras en la mano izquierda y una cara mustia y enfadada, no pregunta, no le importa… , me otorga las tijeras y la escoba me dice que cuando termine de comer me ponga a arreglar la casa, menos el salón porque ya lo ha hecho ella, me dice también que hoy no puedo estar en casa ya que viene uno de sus clientes favoritos, que le sobra el dinero, y madre puede aprovecharse de eso.
Sin inmutarme por lo que acaba de decir le digo:

-Hola mamá, te cuento: necesito una cartulina A2, unas tijeras porque, literalmente, me las han tirado por la ventana y más lápices de colores- dije con aburrimiento, mientras me quitaba la mochila y me sentaba en la mesa esperando la comida.

-¿Qué tal en el cole?- pregunto mi madre con esa típica sonrisa forzada y sin siquiera darme un mísero céntimo, para comprar lo que le he pedido.

-Bien supongo, ha pasado lo de siempre, mi mejor amiga y Sonia se han peleado, nos han puesto una incidencia grupal… simplemente lo de siempre…-

Voy a mi habitación, cojo un cojín, una manta de mi cama, un poco de agua y algo de dinero que tengo ahorrado, para comprar comida y cena, lo meto en mi mochila y salgo de casa… voy vagando por la calle hasta encontrar un restaurante chino, entro y como algo, lo que sobra lo llevaré para cenar…

La noche llega y me quedo hasta las 12:00 de la noche por la calle, cuando de repente alguien me toca el hombro y pone una de sus manos en mi boca, por algún motivo empiezo a sentir mucho sueño y acabo durmiéndome en los brazos de esa extraña persona, despierto en mi horrible pesadilla, mi casa, esa extraña persona era mi madre, cuando iba a levantarme veo que estoy maniatada

-¿¡Qué se supone que haces?!- Pregunto a mi madre la cual se estaba comiendo mi cena.

-Comer- Dice con un tono irónico.

-Tú ya has comido lo suficiente ¡Déjame a mí la comida que yo me he pagado!- Digo gritándole todo lo que puedo.

-No, yo no te he dado permiso para comprarte esta comida a si que no vas a comer nada- dice con una gran sonrisa llena de felicidad.

De repente alguien interrumpe esa situación, mi padre… Madre, al ver que mi padre estaba a punto de llamar a la policía, cogió la botella de vodka, la estrello contra la mesa, rompiéndola y hundiéndola en el pecho de mi última esperanza, miro esa escena con lágrimas resbalando por mis mejillas, cuando me percato de algo… mi padre me mira sorprendido en el suelo, con una mano donde todavía tenía la botella clavada, me mira con ojos llorosos, pidiendo ayuda… noto algo frío que atraviesa la delgada tela del calcetín, miro y resulta que era la sangre de mi padre… miro a mi padre, en shock, el cual ya estaba tumbado en el suelo con los ojos abiertos sin siquiera respirar…

Parpadeo y despierto en una sala extraña, blanca y muy limpia… me dicen que un vecino ha llamado a la policía, miro hacia abajo y veo una gran cicatriz en medio de mi pecho…
Madre había hecho esto.

Días después de esto vuelvo a casa, donde cojo un bote de pastillas de mi madre… me las tomo todas de golpe, mi madre entra justo cuando estoy tragando la ultima pastilla, no me pregunta pero me coge del cuello poniendo un cuchillo en mi cuello mientras preguntaba que estaba haciendo. Solo respondí:

-Déjame vivir…- susurro, muy débil mirando al suelo…

Oigo un chasqueo de dedos, que hace que parpadee muy rápido y que vea una imagen extraña…

-Has vuelto, soy Jack tu psiquiatra- dijo con una sonrisa

-¿Mi qué?- Respondo confundida.

-Tu psiquiatra, te voy a hacer olvidar de todo lo que viviste con tu madre- Respondió con otra de sus grandes sonrisas.

-¿Mi qué? ¿Qué es una madre?- Respondo confundida, mientras me pasaba la mano por el cuello notando una gran cicatriz.

-Ya te he hecho olvidar…Vuelve a sonreír.- dijo mientras miraba a la enfermera que tenía al lado.

Dejame Vivir...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora