#54 Ramera

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Esta historia no es mía, pertenece a iPhary

_____'s POV 

El desayuno del 29 de enero fue tranquilo, también mi convivencia en casa durante la mañana a excepción de los pequeños lapsos de tiempo en que desaparecía de la vista de mis padres para bajar uno a uno los maletines.

Mamá revisa su móvil, papá hace llamadas de trabajo, Claudia juega a algo en su nintendo Switch, Noah espera en la sala un sándwich de pavo, mi abuelo lee y yo impaciente reviso cada minuto el móvil en espera del mensaje de Billie.

Los miro fijamente, mi familia... El abuelo, ojalá escribiera como Billie para dejarle una carta.

Decido tomar mi móvil viejo y enviarle un mensaje a papá: "Que tengas un buen día", a mamá: "Te ves linda hoy", a Claudia: "Que te como, guapa" y a Noah: "Precoz", todos me dan una sonrisa inmediata y tierna al recibirlo, que hipócrita.

Tengo un ligero tic en el pie por la impaciencia... Esperando...

Entonces mi teléfono nuevo vibra, el corazón se sale de mi pecho, respiro hondo... Es hora.

Camino cuidadosamente a la cocina y le tomo de las manos a la cocinera el sándwich de Noah, se lo llevo y mientras voy a entrgarlo.

-Papá, iré a dar una vuelta -el hombre en medio de su llamada asiente con la cabeza.

Le dejo la comida al chico que no dice nada.

Salgo rápido dando un último vistazo a todos, camino hasta el jardín delantero y salgo por la puerta de atrás.

Rezando para que ojalá las cosas salgan bien y no sea solo una humillante despedida, me coloco las gafas de sol y comienzo a caminar.

Tomo mis cosas antes de dejar el predio de la gran estructura, camino por la calle observando lo hermoso es que es WeiBull.

Me da nostalgia porque es un lugar que enserio me gusta y agradezco mentalmente todos los años que pasé acá, toda mi niñez y adolescencia, todos los recuerdos, giro en la esquina y entro a un terreno que tiene como detalle importante la ausencia total de cámaras de seguridad y me encuentro ahí dentro con una vetusta chrevrolet que me llevará lejos de todo lo que alguna vez conocí.

Adentro está Billie también usando lentes de sol, que peliculeras somos.

Subo al vehículo y la miro a los ojos, me transmite aquella confianza increíble, es la razón principal por la cual estoy a punto de hacer esto, entonces me acomodo en el asiento, ubico mi vista hacia el frente, respiro hondo e intento recordar un mantra para aligerar los nervios.

-¿Lista? -Pregunta también con un tono difícil en la voz.

-No.

Pone en marcha el auto, conduce y a diferencia de lo que imaginé no siento que quiera arrepentirme.

Pero entonces escucho uno de esos ruidos que generalmente no notaría si esta no fuese una situación riesgosa, y es el estéreo de un auto, va atrás de nosotras.

Billie y yo nos miramos, ella también parece nerviosa, doy un vistazo por el espejo retrovisor, hay un convertible viejo atrás de nosotras con varios de nuestros compañeros y entre ellos, Amber... ¡La puta Amber!

Aún faltan varias calles para salir del pueblo, mi corazón late fuerte, había predestinado que mis padres se darían cuenta de mi escape al anochecer, no puedo dejar que nadie me vea.

Pero entonces veo como Billie le hace una señal al chico que va manejando el convertible, lo reconozco, Jacob, penúltimo año, clase de actuación con Claudia, probablemente tuvo algún rollo con Billie.

PROHIBIDO| Billie Eilish y túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora