Bitch [Mangelits x Todos]

Mangexby

Mangelits se colocó del espaldas al oficial viendo por el cristal su reflejo, y la sombra de Alexby asomarse detrás de su espalda con la intención de catear su cuerpo.

—¿Es necesario hacer ésto, Alexby?

—Sí.

Él oficial golpeó ligeramente su rodilla con la porra dándole la señal para separarlas pegándose contra la superficie de cristal sintiéndose ultrajado, ¿en dónde quedaban los privilegios de la primera dama en este pueblo? Mangelits solo había puesto una insignificante mina, a comparación de todo el daño que recibió de su supuesto "amigo". 

Alexby palpó con sus manos la extensión de su rodilla izquierda, pero Mangelits se sintió incómodo y nervioso al sentir el frío del tacto de las manos desnudas de su amigo rozando su muslo por debajo de su falda amarilla. Él andaluz ahogó un gemido al tener esa mano intrusa deslizarse por su entre pierna y apretar contra su miembro por encima de la tela.

—A-Alexby...— Llamó Mangelits sorprendido por su acto.

Él oficio hizo caso omiso a su llamado prefiriendo deslizar sus bragas por sus muslos para tener una mejor vista del miembro necesitado por su atención, esa falo largo y velludo ansioso por ser probado por la lengua venenosa del oficial quién la engullo en su boca sintiéndose en la gloria.

—¡Alexby!

Mangelits ahogó un gemido. —A-alexby...¡N-nos...,p-p-pueden..., ¡nos puede ver Rubius! — Exclamó Mangelits viendo su reflejo excitado a través de la vista de la superficie del cristal mismo que daba vista directa a la sala de su amigo.

Alexby ignoró sus palabras más concentrado en devorar su falo en su boca, su saliva escurría por sus bolas mientras sus manos frías las apretaban y acariciaban con cariño, Mangelits bajo su mirada vidriosa por las atenciones de su amigo para encontrarse con un lindo oficial arrodillado entre sus piernas proporcionado una mamada de profesional a su falo.

Él andaluz cerró sus ojos y entre abrió sus labios, un fino hilo de saliva escurrió por su boca mientras apoyaba su frente contra el cristal llevando una mano para sujetarse de la superficie plástica del casco de Alexby. Mangelits dejo su miedo por ser visto, y se afianzó de esa pequeña descarga de excitación que le producía las atenciones del oficial. Una pequeña probada del paraíso que Alexby planeaba llevarlo ese día.

—Alexby...— gimió su nombre, una y otra vez, en un tono meloso.

Eso prendía de una manera exasperante a Alexby quién deseaba callarlo con su falo en su boca, él se aventuró a pedir:

—Tocate.

Y Mangelits, no encontró voz, ni fuerza de voluntad para decirle ir no.

Mangelits deslizó su suéter gris hacia arriba dejando a la vista de ese par de vidriosos ojos negros su pecho. Él se llevó a su boca un par de dedos, los lamió de una forma lasciva y coqueta para aumentar la presión en los pantalones de Alexby. Mangelits se apoyo contra la superficie del cristal, y se llevó sus dedos a ese pequeño botón rosado abusando de su estrecho ajugero para el deleite pecaminoso de Alexby.

—¡A-Alexby...!

Mangelits se corrió en la boca de Alexby apenas aferrándose al cristal para no dejarse caer contra el oficial, y en su lugar, Alexby bebió hasta la última gota de la simiente de su mejor amigo con una sonrisa danzando por sus labios antes de liberar su falo de la prisión de sus labios levantándose de su lugar arrodillado en el suelo para sostener el cuerpo tembloroso de su amigo.

—Iremos a la sala de interrogatorios, Mangel. — Aviso Alexby bajando su faldita, y acomodando su suéter cubriendo su pecho, Alexby le regaló una sonrisa.

Mangelits ya se intuia para dónde iría ese interrogatorio.