Tenía en frente mío aquellos ojos color verde esmeralda, similar al color de la frazada que hoy nos cubría del frío viento que chocaba y hacía temblar las ventanas; aquellos que se reflejaban en la laguna de mis ojos y los cuales alguna vez estuvieron cerca pero que ahora estan lejos, a los que pertenecían a aquel rostro que una vez pude acariciar pero ya no porque otras manos ocupan ese lugar, manos que está noche me abrazaban, pero el resto de la semana tienen otro cuerpo al que abrazar en las noches de frio y ese es su lugar.
Duele? Sí, obvio que duele, al principio te lastima, te frustre y un sinfín de sencisiones más. Pero a medida que el tiempo va pasando, vas comprendiendo que lo mejor era soltar, soltar aquello que te lastimaba, eso que creías que era amor pero era solo una ilusión de dos niños jugando a estar enamorados.
El pasado asusta, pero las personas del pasado que siguen en tu mente asusta mas.
Esa ilusion duele, pero solo si tú dejas que duela.
Se cura? Obviamente que se cura. Lo vas curando vos, con el tiempo, las personas y el nuevo amor y no hablo solo del amor que una persona te puede transmitir y hacer sentir, sino tambien del amor propio y créeme que esa cura hasta la herida mas profunda del alma.
A veces creemos que vamos a olvidar por completo todo aquello que nos lastimó, que nos hizo sentir insuficientes y todo lo que pasó con esa persona, pero dejame decirte que estás equivocada, a lo mejor si olvidemos de algunas cosas, pero nunca olvidaremos del todo, porqué eso nos ayudara a ser más fuertes y aprender a saber que es lo que realmente queremos y lo que no queremos ni volveremos a pasar. Solo guardaremos esos recuerdos en el fondo de nuestra cabeza, en nuestra propia cajita de pandora.
A veces aparece esa persona correcta pero en el momento equivocado.
Y la vida siempre te sorprenderá, convirtiendo lo inimaginable en imaginable y hasta a veces en creíbles.
