La persona que me asesinó

Cuestión de tiempo

La noche es más aburrida de lo que me imaginaba. Dorian está dormido en su cuarto, y yo no sé qué hacer para no morir del aburrimiento puesto que no puedo dormir. Además, una intensa luz blanca se pasea por el cuarto hablando de cosas sobre cómo es todo tras la muerte.

_ Oye, lo que me interesa es saber quién eres y por qué sigo viva. No todos esos royos sobre angelitos bailando.

La luz hace una pequeña carcajada, y se acerca levemente a mí, haciendo que pueda verle el rostro blanco como el mármol. Soy el ángel que entendió tu injusticia y te dió algo de tiempo para poder vengarte de esa persona que te mató. Lamentablemente solo puedo darte la duración de un mes. Tres semanas. Después yo me consumiré y tú volverás a morir.

_ ¿Entonces es cuestión de tiempo que vuelva a ser un cadáver helado?

Ella asiente, y yo me estremezco. La persona que te mató salió herida también, y su sangre fue lo que me permitió despertarte. Así que, de ahí en adelante, cuando te acerques a esa persona, su sangre será como una advertencia de peligro para tí. Debes pensar en eso.

Asiento mientras doy vueltas a sus palabras en mi cabeza. Mi aparentemente novio me hizo sentir en peligro a pesar de no haber hecho nada. ¿Podría ser él? Pero si fuera él no tendría tantas agallas de acercarse a Annabelle sin ningún cuidado como lo hizo. Y además, dijo que esa sangre en su camisa no era suya sino de un paciente... ¿Puede ser que esa persona aún esté en el hospital? Tengo que averiguarlo. Tomo mi chaqueta, y la placa de policía de Dorian, y escribo una nota al agente Swan antes de correr por un taxi, que me deja frente a la puerta del hospital.

_ Buenas noches. ¿Hay aquí algún paciente con heridas de arma blanca? Tal vez una navaja y un cuchillo corto.

_ ¿Quién pregunta? - pregunta la enfermera con arrogancia.

_ Señora, es importante. Esa persona podría ser peligrosa. - digo, mostrando la placa.

Ella parece dudar, antes de asentir levemente y darme los nombres y las habitaciones de los heridos con armas blancas. Son cinco. Empiezo a buscar en las habitaciones indicas, esperando a sentir esa sensación de peligro que sentí al estar frente a Liam, hasta que veo a alguien correr por el pasillo vertido con ropa de hospital y sangre en su costado. Esa es la persona. Ese es mi asesino. Comienzo a correr tras él gritando que se detenga, y ya estamos fuera del hospital cuando él logra tomar un taxi y marchar.

_ Mierda. - musito entre dientes, y le doy una patada a una piedra con rabia. No he logrado verle la cara.