✧ Special YoonGi's Day [OS's] ✧

Las flores del Prícipe 🍃🌺 || JimSu

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¿Cuál es esa leyenda que cautiva la atención y los corazones de toda una población? 

¿Cuál es la verdadera, de todas esas versiones que rondan y van de boca en boca? 

¿Cuál es el secreto que oculta?

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   Cuando en Daegu abundaban los inmensos y lujosos castillos pertenecientes a las jerarquías más destacadas de aquella época, había un príncipe pronto a ser Rey que no a muchos agradaba; era de apariencia misteriosa e intimidante, por lo que eso llevaba a que la gente en el pueblo hablase muchas cosas sobre él como, por ejemplo, el hecho de que detrás de esos ojos oscuros, piel pálida y esa personalidad tan extrañamente llamativa se debía a una sola cosa: era devoto de las fuerzas de diablo. Incluso eso podía explicar el porqué sería Rey de todo Daegu a tan temprana edad, porque apenas iba a cumplir sus veintitrés años, pero eso era sólo el comienzo de las habladurías que luego confirmarían la deslealtad de ese joven hacia Dios.

   El Rey había anunciado que cuando su hijo cumpliese los veintitrés soles, la corona se le sería entregada mediante una gran fiesta de cumpleaños y de ceremonia real mientras todo el pueblo estaba presente –incluso aquellos mendigos deberían de asistir– para que quedase en claro que luego de eso debería de contraer matrimonio para asegurarse su puesto jerárquico. ¡Vamos! El Rey sólo quería ver antes las bellas doncellas que había en su reino y tener opciones para cuando el momento de cortejo llegase, no cualquier muchacha podía ser la compañera de trono y gobierno de su hijo, pero ese hecho jamás pudo llevarse a cabo, mucho menos la fiesta de cumpleaños y coronación. ¿Por qué? El Príncipe desapareció de la faz de la Tierra, quedándose en su lugar pequeños ramos de diversas flores en aquél banco de mármol blanco donde solía sentarse cada tarde a leer, pero ¿eso en verdad se debía a la más grande deidad del Infierno?

   Desde que tenía uso de razón, Min YoonGi sabía que había nacido en una de las más prestigiosas familias de los reinos que habitaban Daegu y que, tanto por ley como por mandamiento de su padre, estaba condenado a seguir el legado de la familia Min y luego contraer nupcias para asegurarse la corona o, de lo contrario, el menor de la familia Kim tendría derecho a reclamar el trono de la ciudad. Debido a ello, pasó la mayor parte de su infancia encerrado en el castillo mientras recibía clases de escritura, de modales, de lectura, clases para aprender a dar buenos discursos o escuchando a su padre darle extensos consejos sobre cómo gobernar para cuando ese día llegase; ya en su adolescencia, fue presentado en sociedad apenas su padre vio la oportunidad así que se veía obligado a asistir a cada baile que se diese en el reino –fuese de parte de su familia o de las demás– y, de esa forma, cortejar a cada joven que se le presentase para considerarla futura esposa y reina de Daegu. Lo peor de todo eso eran las incómodas prendas que debía de usar la mayor parte del día: ajustadas, calurosas y de colores ridículos; ni hablar de la pesada corona que adornaba su cabeza todo el día y que sólo se quitaba al dormir o en su momento de ocio.