Suavidad, un tono rojizo. Mark no deja de pensar en la silueta acorazonada que llevan los labios de su mejor amigo. La forma en que su boca luce tan infantil, como la de un niño que acaba de chupar una paleta. Incluso cuando su lengua se asoma en los momentos en que está pensativo, luce suave. Como algo acolchonado y agradable de sentir.
No sabe exactamente qué es lo que tiene a su mente dando vueltas alrededor de aquella imágen día y noche, pero no quiere preocuparse demasiado por averiguarlo, quizá porque le asusta el hecho de asumir cosas que no están dentro de sus planes. Al menos no por el momento.
Prefiere pensar que se debe mayormente a que tiene veinte años y jamás ha besado a una persona en los labios. A veces razona sobre todo este tema, llegando a la conclusión de que cualquier persona con un buen par de ojos pensaría que los labios de Donghyuck son bastante llamativos, un poco besables quizá.
Hasta tal punto que sus manos pican por sostenerlo de las mejillas y plantarle un beso. Probablemente a cualquiera le pasaría, piensa.
Y es que si lo mira desde un punto de vista externo, es obvio que su mejor amigo posee una belleza peculiar, una que podría atraer tanto a hombres como mujeres, hasta confundirlos.
Aquella forma de pensar es la única que lo mantiene a raya mientras ve como los labios de su amigo se estiran en una bella sonrisa. Sabe que esta hablando sobre alguna cosa, pero ese tema de conversación no llega a llamarle la atención de la misma manera en que lo hace aquel tono rojito y la esponjosa vista.
" Mark, préstame atención o no te cocinaré el almuerzo que me pediste. " Refunfuña el menor. Sus labios se han fruncido en una fina línea y sólo en ese momento el canadiense es sacado de sus fantasías.
El rostro se le calienta hasta el punto en que sabe que sus mejillas lucen como tomates, y sólo le queda reír como estúpido.
" Lo siento, Hyuck. Sabes que últimamente mi cabeza está en otro lugar. " El nombrado asiente, recuperando su expresión tranquila.
De ahí sigue conversando animadamente sobre su experiencia en el arcade con Jisung. Mark trata cada cinco minutos de no distraerse con el objeto de sus pensamientos durante los últimos días, pero debe admitir que perdió algunos trozos de la conversación porque estaba demasiado ocupado repitiendo en su cabeza las mejores características que aquél par de labios tenían.
" Bien. Necesito que me digas ahora mismo porqué llevas tantas semanas mirándome la boca como si tuviera un trozo de lechuga entre los dientes y no supieras como decírmelo. " Mark se sobresalta en su lugar.
El sonido de las mesas ocupadas en su entorno se vuelve nulo cuando lo único que puede escuchar retumbando en sus oídos es el latido de su propio corazón.
Y él que pensaba que estaba siendo discreto.
" ¿Realmente hago eso? " Preguntó, tratando de quitarse un poco de culpa al hacerse el desentendido.
El otro puso una expresión escéptica, como si no creyera ninguna palabra.
" Para qué preguntas si sabes que así es. ¿Acaso tengo un diente chueco? " Mark sonríe entre todo el nerviosismo, negando con su cabeza en lo que suelta una risa bajita.
" No es eso, tu dentadura está perfecta. " Donghyuck suspira, un poco aliviado.
" Gracias por decírmelo. Estuve una semana completa mirándome al menos una hora en el espejo tratando de encontrar cuál diente estaba mal puesto. " El mayor suelta una carcajada bastante sonora, demorándose en perderle la gracia al momento. Quizás porque estaba demasiado nervioso, o quizás porque realmente lo que el otro había dicho sí era gracioso.
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lips // markyuck
RomanceDos opciones. Número uno, Mark lleva alrededor de un mes realmente fantaseando con dar su primer beso, o los labios de Donghyuck son demasiado atractivos como para dejar de mirarlos. O donde Mark comienza a dudar de su propia mente.