Infierno Y Cielo

Uno

Hace mucho tiempo cuando los ángeles recién existían había uno que destacaba era el más hermoso de todos y también era el favorito de Dios. Lucifer era su nombre, aquel ángel se sentía superior con más poder que él del mismo Dios, puso a varios ángeles de su lado y después provocó una guerra haciendo que en los cielos se hiciera un caos los ángeles del lado de Dios luchaban con valentia sin temor.

Lucifer fue derrotado por Miguel y fue expulsado del cielo junto a los otros ángeles rebeldes ellos eran los ángeles caídos. Lucifer a tratado de hacer que aquello que más ama Dios se vuelva impuros que aquellos que creo a su semejanza caigan en el pecado.

Tiempo después cuando la humanidad empezó a crecer los demonios provocaban que los humanos pecaran que se salieran de su rumbo y crearán un mundo lleno de dolor y sufrimiento los ángeles guardianes trataban de reidicar el camino de los hombres que no se dejaran llevar por la ambición, el vicio y la envidia.

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Angelin la más distraída de los ángeles guardianes resguardaba a su humano, pero hasta la más mínima cosa la hacía perder la concentración. Se acercó a un perro de color blanco le causaba fascinación todo lo humano aún que ya lo hubiera visto quería hacerlo de nuevo y sentir la misma emoción, pero su distracción provocó que no cuidará a su humano.

— ¡Cuidado!. — gritaron, Angelin busco a su humano preocupada.

— ¡Alex!. — repitió varias veces, pero los humanos no podían verla o escuchar sus gritos.

— Pobre joven. — lamentó una señora ya de edad.

Angelin se acercó al lugar del accidente descubriendo que era su humano el fallecido y que seguramente uno de sus hermanos debía estar recibiendolo en el cielo. Angelin estaba en problemas no sólo con sus hermanos sí también con su padre. Sabía que está vez no pasarían por alto una cosa así y su castigo sería terrible.

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Angelin llevaba una hora reflexionando sobre lo sucedido, no quería ir al cielo sabía que sus hermanos la molestarían por toda la eternidad. Angelin se encontraba sentada en una nube mira hacia abajo observando lo pequeños que se veía los humanos.

— ¡Angelin!. — gritaron. Se levantó rápidamente y se giro a ver a su hermano.

— Uriel yo... Fue un accidente....

— Papa quiere verte. — interrumpió a su hermana.

— ¿Que?. — eso nunca pasaba. — ¿Estas seguro?.

— Si.

El miedo la invadió si su padre quería hablar con ella significa que su estaba molesto y su mayor miedo era ser enviada con su hermano mayor, Angelin no era mala solo distraída y ingenua ella no merecía ir al infierno.

Su vuelo se detuvo al estar enfrente de la puerta al edén.

— Anda. — insistió Uriel.

Suspiro resignada y continúa su vuelo pasando por el edén para después llegar a el último cielo donde vivía su padre. Uriel ya no estaba con ella y debía enfrentar su castigo sola.

— ¿Otro humano?. — pregunto molesto.

— Fue un accidente.

— El último que dejaste solo creo una bomba capaz de causar mucho daño Angelin. — riño a su hija. — Eres la más pequeña y por eso voy a enviarte con Isabel.

— ¡Pero....

— No puedes negarte tu castigo será ese ir al mundo humano al cuidado de tu hermana y descubrir la importancia de ser responsable.

Angelin iria con los humanos y está vez sería visible.