08 - ¿Hyunjin?

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Changbin entró a su departamento, haciendo silencio al notar que no había ninguna luz encendida, que no se escuchaba ningún ruido.

Miró hacia la cocina para encontrar todo tal como lo había dejado, en la mesa del comedor no había rastro de que alguien la había utilizado.

El lugar estaba tranquilo, demasiado.

— ¿Hyunjin? — llamó el pelinegro, en su pecho, la idea de que se lo habían llevado, de que lo habían encontrado, creció y se convirtió en miedo.

Arrojó el bolso de la universidad al suelo, lanzando las llaves a la mesa, mientras un "No" murmurando se repetía en sus labios.

Entró a su cuarto, para, de nuevo encontrar todo tal como lo había dejado, al menos los primeros segundos, hasta notar las sabanas desordenadas y el bulto que se escondía bajo estas.

— Hyunjin... — se acercó a paso acelerado a la cama, levantando las sabanas con brusquedad.

El olor a tristeza y melancolía, que tapaba el olor propio del chico, lo golpeo como si fuera una cachetada.

El omega e irguió en la cama para intentar tomar las sabanas, pero Changbin las arrojó al suelo al ver lo que quería.

— ¡Hyunjin! ¿Qué...? ¿Ha hecho un nido?

El omega no contesto, sin siquiera mirarlo, se volvió a girar para volver abrazar la almohada, dándole la espalda mientras escondía el rostro en la misma.

— Hyunjin yo...

Changbin esperaba que el otro dijera algo, no sabía cómo reaccionar.

Dentro de su pecho, su lobo estaba preocupado.

De nuevo, se dio cuenta de cómo Hyunjin podía hacer volver su subconsciente animal.

Él no sabía cómo actuar, y su lobo interior le pedía tomar el control.

Decidiendo hacerle caso a su lobo, por primera vez en mucho tiempo, tomó a Hyunjin por la cintura, alzándolo un poco a tiempo que este soltaba la almohada para forcejear con él para que lo liberara.

Changbin se sentó en la cama, haciendo que Hyunjin se acomodara sobre sus piernas. Quedando frente a frente, Changbin acomodo al omega para que éste apoyara el rostro en su pecho, y él llevará los labios entre el cuello y el hombro del menor, en lugar donde, algún día, habría una marca de mordida.

Aún con el collar entre medio, el gesto logró calmar a Hyunjin, era un punto bastante sensible para los omegas, donde se conectaba más, de una forma física, a su lobo interior.

Y Changbin lo había aprendido con el libro de cómo tratar omegas que creía casi inútil.

A pesar de que tenía lo que quería, Hyunjin no quería disfrutarlo, no quería confundirse con la idea de que dentro de un rato, Changbin volvería a ser el idiota que lo había lastimado horas antes.

Aunque su lobo se sintió un poco más consolado.

— Lo siento, Hyunjin — dijo Changbin, apenas despegando los labios de donde estaba —, como siempre, hago las cosas mal.

Hyunjin no dijo nada.

— Lo único que hice bien fue llevarme un cachorro asustado de un callejón mugriento.

El comentario logró sacar una sonrisa en Hyunjin.

Changbin acarició los cabello de ese color café chocolate, casi negro, del omega, notando que estos estaban algo grasosos.

Delta [changjin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora