PEQUEÑOS DETALLES.
Esa mañana en particular, Geron se había sacado la sombrilla más grande que tenía, pues el aguacero que llovía era terrible y él tenía que ir a su trabajo. Se forro con dos bolsas plásticas los pies para evitar mojar sus zapatos, que había repasado con el trapo dándoles bola para que estuviesen impecables, se puso una especie de camisón hecho con una bolsa negra en la que se echa la basura, puesto que su traje era un Armani den 1000 dólares y no permitiría que se salpicase de agua lluvia; Agua que "mancha la ropa" decía su madre. Se colocó también los guantes impermeables echando antes las llaves del coche en una bolsa hermética y finalmente salió a la calle en medio de la lluvia para dirigirse hasta el estacionamiento ubicado a una cuadra de distancia de su casa.
Llevaba unos metros caminando ataviado con todas estas cosas a un paso acelerado, dobló en la esquina y sintió un fuerte olor azufre, se quitó la sombrilla, miro al cielo y ya no vio más. Un rayo lo calcino, solo quedó un guante impermeable con el dedo del medio haciendo una grosera señal intacto que navegaba directo a la alcantarilla, mientras el esqueleto de la sombrilla totalmente ahumado buscaba equilibrio en medio de aquella tormenta.
