Paige y Calum habían decidido pasar su aniversario en el centro de Londres. Era otoño y en las calles ya se podía sentir el espíritu navideño, razones por las que Calum sacó a Paige a la ciudad, porque sabía que su día festivo favorito era la navidad. Caminaban por todas las peatonales posibles, iluminadas con luces amarillas y de colores, árboles por cada cuadra que caminaban, hasta incluso muñecos de nieve hechos con espuma. Compraban regalos para sus familias, nuevos adornos para el árbol blanco de navidad que habían conseguido un par de días atrás, todo marchaba bien.
—Amor, ¿compramos un café?—preguntó Calum, abrazando a su novia por los hombros. Paige hizo una media sonrisa mirándolo a los ojos y sonrío asintiendo.
Calum comenzó a cuestionarse en su cabeza que le estaba sucediendo a su novia. Cuadras atrás, Paige le sostenía la mano y la apretaba en un lapso de diez segundos. Por un momento pensó que habían vuelto sus ataques de ansiedad, pero temía que fuera eso y lo mencionaría empeorando las cosas.
—Paige, si quieres podemos irnos a casa ahora y terminaremos las compras la semana que viene —dijo Calum atraiéndola más a su cuerpo. Paige cerró los ojos suspirando, los abrió lentamente y quiso decir que todo estaba bien pero no le salían las palabras.— Esta bien, cuenta conmigo, Amor —la abrazó— Contemos —animó— Un...Dos...Tres...
—¡Cuatrocincoseis...! —dijo con aliento agitado.
—Sh sh sh, tranquila Paige —musitó en su oído— Siete...Ocho...Nueve...
—Diez...Once...Doce...Trece...
—Lo estas haciendo bien —le animó por segunda vez, comprobando que comenzó a relajarse cada vez un poco más.
Una vez en el departamento de Calum, ambos fueron al dormitorio que compartían. Paige por su lado se cambiaba su ropa a una más cómoda, optando por la playera de su novio ''Chambers 21'' junto con el logo de Arsenal. Calum por otro lado, acomodaba los pequeños adornos que habían comprado para la habitación.
—¿Que pasó ho...—se dió vuelta callando, viendo que estaba dialogando sólo. Sintió la voz de Paige llamándole desde el living y caminó hacía allí apurando el paso. La vio sentada en indio con una taza de té en sus manos.— ¿Que pasó hoy? ¿Te encuentras bien? —dijo dando comienzo al interrogatorio.
—Es sólo que, extraño...extraño a mi familia, ¿sabes?— comentó acariciando el borde de la taza algo nerviosa, recordando que tenía a su familia a muchísimos kilómetros de ella.— También, hoy en la calle, me ha puesto ansiosa las miradas de todos sobre nosotros —sopló tocándose la sien— es algo estúpido porque es obvio, eres Calum Chambers, ¿sabes que? olvídalo, sólo es uno de esos tontos días en los que...
—Paige —dijo acariciando su mejilla— iremos a visitar a tu familia en navidad, además, si quieres que seamos un poco más discretos cada vez que salgamos tienes que mencionármelo.No puedo dejar que cargues tanta presión por mí.
Ella asintió acercándose a él, dejando un beso delicado y dulce en sus labios.
—Abrígate, conozco un lugar al cual podemos ir—murmuró Calum sobre sus labios. Paige emitió una sonrisa, corrió por todo el departamento gritando ''¿Has visto mi campera?'' ''Calum, estoy segura que he visto mis guantes en tu cajón'' ''Descuida, he encontrado la bufanda debajo de la cama'', haciéndolo sonreír. — ¡Vamos! ¿ya estas lista?—Sí —gritó corriendo poniéndose una beannie del equipo de su pareja— Estoy...estoy lista —habló agitada.
Bajaron al vestíbulo y ambos saludaron a Ryan —el portero— con una sonrisa de punta a punta. Calum quería despejar a su novia de tantos asuntos abrumadores en su cabeza, recordando que unas cuantas veces ella le ha mencionado que una de las millones de cosas que quería hacer, era patinar sobre hielo. En su memoria quedó los días que llevaba a su hermanita Megan a un galpón a las afueras de la ciudad, para que pudiera practicar patinaje. Paige le seguía preguntando a dónde demonios se dirigían, pero a él le gustaban las sorpresas.
—Bien, aquí nos bajamos —dijo apagando el motor.— ¿Estas lista para pasar una tarde de diversión con el mejor novio del mundo?
—¿Tarde de diversión?, ¿Quien eres? —preguntó Paige en tono de burla. Ambos bajaron del coche y se dirigieron al gran galpón color bordo que se encontraba entre medio de árboles a un costado de la carretera.
Paige sonrió al ver dónde Calum la había llevado,le abrazó, le beso, y le agradeció por todo lo que estaba haciendo por ella. Un hombre que parecía tener un poco más de cincuenta años, les había hecho un pequeño recorrido por todo el lugar, haciéndoles ver cuántos trofeos había ganado aquel pequeño sitio. Los invitó un café pero se negaron ya que querían divertirse un rato.
—¿Te pongo los patines? —preguntó Calum señalándolos. Paige asintió con una sonrisa para luego sentarse en una banca. Él se puso de cuclillas y comenzó a ponérselos.— Muy bien, estos...van así, bien ajustados —decía Calum haciendo algo de fuerza con su voz.— Bien, ¿cómo los sientes?
—Quedan bien — asintió Paige— Aunque, tenemos un problema, no se cómo patinar...
—Descuida —musitó Calum encima de sus labios, acto seguido dándole un beso— Te enseñaré, ven... —le dijo haciendo seña con su mano mientras él se adentraba a la pista. Paige, dudosa, se acercaba con pequeños pasos hacía la pista.— Te sostendré, amor.
Se largó a la pista sosteniendo las manos de Calum, mientras sentía como sus piernas se abrían sin permiso— Calum...Calum, ¡se van mis piernas! —Calum río— ¡No te rías! ¡¿Cómo las junto?! ¡Calum, me voy!
—Tranquila, haz fuerza —le dijo sosteniendo su brazo. Paige logró juntar sus piernas y ambos rieron a la escena anterior.— Me moveré hacía atrás, y tu vendrás hacía a mí, estaré justo aquí.
—Calum...perdón por lo de hoy —decía Paige mientras ambos se alejaban lentamente de la orilla.
—¿De qué hablas?—Debería controlar mi ansiedad más seguido, debería hacerlo yo mismo y no tú. Te estas tomando una molestia muy grande. De verdad, lo lamento tanto.
—Paige, te ayudo porque yo quiero hacerlo, no porque me siento obligado. Me importas mucho, cariño... Te lo he dicho mil y una veces —dijo Calum sonriendo, mientras que pausadamente se paraba— No debes avergonzarte de ello, nunca más, ¿bien?—dijo mientras aprisionaba las mejillas de Paige —que contenían un pequeño color rosado por el frío— y hundieron sus labios en un beso lento y profundo. Aquellas palabras habían hecho sentir a Paige de una manera singular, la hacían sentir refugiada y sostenida.
Alzó la mirada un poco, suficiente para encontrarse con los ojos azules de Calum, y en un susurro le respondió ''Bien''._____________________________________________________
Elle:
Perdón por esta historia tan patética. Pensé que era linda al principio pero veo que queres con urgencia una fanfic de Chambs, acá la tenes. Perdón por hacerte esperar tanto por tan poco. #ElMarcoRomantikom