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Llevas dos años dormida, todos los días tu  padre se aparece en el hospital a la misma hora, para desayunar contigo, y leerte tu libro favorito, mientras yo salgo del cuarto ya  qué no soporto verlo llorar mientras te leé.

Aún recuerdo que me pedías que te leyera cada vez que estabas enferma, porque así lo hacía tu padre y me imaginaba un hermoso momento de padre e hija, pero ahora esa imagen es tan difícil de presenciar.

Si no te hubiera pedido quedarte,  no te habrían lastimado, mientras que yo pensaba que estabas a salvó en nuestro hogar, pero que idea tan  equivocada tenía, y gracias a mis decisiones estás así , cariño, perdóname por no estar contigo esa noche.

La PromesaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora