—¿Desde cuando estuvieron la luna y la Tierra tan cercanos uno del otro? —Pregunte al mirar hacia el cielo. Era una linda noche, una noche tan hermosa y brillante junto a mi dongsaeng.
El estaba recargado en mi hombro, y ciertas veces frotaba su fría nariz contra mi brazo y eso lo hacía ver tan tierno. Rodeé su espalda con uno de mis brazos y lo traje más cerca mío para que no tuviera frío. El no se sorprendió ante mi acción y se dispuso a acomodarse en mi.
El momento era tan especial para mí, era la primera vez que ambos estábamos solos, que ninguno de los demás miembros estaban presentes. Era el momento perfecto para ser rechazado o ser correspondido.
Mire a la luna, le pedí con todas mis fuerzas que me ayudara, que escuchará mis súplicas. A esa luna tan brillante que me permitía ver el lindo rostro de mi TaeTae, que me dejaba admirar toda su belleza en su máximo esplendor.
—La luna está tan hermosa hoy —Dijo rompiendo aquel silencio— Está tan brillante.
Mi cabeza ahora mismo era un gran lío, mi corazón no me escuchaba y no paraba de latir como loco. Hoy mi cuerpo estaba en contra mía, pero sabía que debía ser fuerte, debía dar el siguiente paso. Sabía que debía de confesarme. Era ahora o nunca.
—¿Sabes que es más brillante que la luna— Tae sonrió en forma de cajita. No entendía como podía seguir vivo después de presenciar tanta belleza.
—¿Qué es más brillante que la luna, Jinnie?
La forma en como dijo mi apodo me hizo temblar.
—Mi rostro —Quería tranquilizar un poco las cosas, debía bromear para calmar mis nervios y mi premio fue una hermosa sonrisa de su parte mientras que se retorcía justamente en mi brazo derecho y sus pies se revoloteando en el aire— Tu sóla existencia es brillante.
Taehyung me miró algo confundido y su sonrisa comenzó a hacerse tímida. No pude evitar notar como el miró hacia sus pies, como si fuera la cosa más interesante que existiera en el mundo.
—¿A sí? —Preguntó haciendo que el tímido fuera yo.
—Si, la luna estará celosa de que seas más hermoso que ella —Susurre a su oído y jure sentir como el apretaba la manga de mi suéter.
—¿No te dijo Yoongi y Hoseok que hoy iban a ensayar? —Sus ojos no iban hacia mi, seguía mirando el suelo y eso me hacía molestar un poco. No estaba molesto con el. Estaba molesto conmigo.
—¿Quieres que me vaya?
—No —Dijo casi en un susurro.
—Entonces... ¿Puedo quedarme a tu lado?
De nuevo esa sonrisa, esa sonrisa que hacía que perdiera la razón, la causa de mi completa felicidad.
—Me gusta estar con hyung, es agradable estar con mi hyung —Tae era demasiado para este mundo. Cualquiera que lo conociera terminaría amándolo. Hasta las personas que decían odiarlo.