Harry Potter, era en muchos sentidos, un muchacho diferente. Quizá por el hecho de ser un mago, o por tener el estigma de ser "el niño que sobrevivió".
Era casi medianoche y se encontraba tumbado en la cama, boca abajo, con la cabeza de la lado mientras veía como la luz de la luna se filtraba en su dormitorio, el cual compartía con su amigo Ronald y también Neville, Dean y Seamus.
Su cama se encontraba revuelta después de haber intentado dormir hace más de dos horas, pero sin embargo no lo conseguía. No podía dejar de pensar en Voldemort y las cosas que habían sucedido el año pasado en la cámara de los secretos. Eso junto el reciente aviso de los dementores custodiando Hogwarts lo hacía sentir inquieto, como si el peligro estuviera tan solo a la vuelta de la esquina.
Frustrado se paro y se acercó a la ventana a observar, podía jurar ver a los dementores volar, pero solamente distinguía manchas negras en el cielo. Inclusive empezaba a sentir frío a pesar del calor que hace un momento sentía, por lo que decidió alejarse de la ventana. Todos estaban durmiendo plácidamente, especialmente Ron que al mirarlo se daba cuenta que este babeaba, por lo que no pudo evitar sonreír.
Empezo a caminar con sigilo para salir de la habitación sin que nadie se percatara, pero una mano en su hombro hizo que se paralizara. Al voltear a mirar se encontró con Ron, quien tenía los ojos casi cerrados.
—Harry, ¿no hay arañas? —preguntó prácticamente dormido. Probablemente fuera sonámbulo pensó Harry, por lo que decidió responderle para que se acostara.
—No Ron, no hay arañas —dicho esto el pelirrojo regreso hasta su cama y empezó a roncar.
Los pasillos se encontraban desiertos y oscuros, tuvo que utilizar su varita para iluminar a su alrededor y no caerse. Llegó hasta el Gran Comedor apagó su varita y se sentó donde generalmente lo hace Gryffindor.
"Que desea Harry Potter"
Escuchó la voz molesta de un elfo en su cabeza.
—Algo de tomar por favor —susurró a la oscuridad. Pasado alrededor de cinco segundos, una copa llena apareció frente a él.
La agarró rápidamente y la probó, su cara hizo una mueca que trató de disimular pero no pudo contener del todo.
—¿Qué es esto? —preguntó.
"Infusión de guardirraiz"
Habló nuevamente aquel Elfo que sonaba claramente molesto, probablemente era la hora de dormir de él y tenía que venir un estudiante a fastidiarlo.
Sin embargo, sabía que si pedía que se lo cambiasen por cualquier otra cosa le darían algo peor o simplemente lo ignorarian, por lo que a regañadientes se obligó a terminarlo.
Escuchó una risa que hizo eco por todo el salón. Instantáneamente se paro buscándola.
—¿Quién anda ahí? —preguntó con la valentía de un Gryffindor.
—Harry Potter, el niño que sobrevivió. Patrañas. —continuó riendo aquella voz que se le hacia familiar.
—Sal de donde estés —ordenó.
Entonces la oscuridad desveló un cuerpo pequeño de cabellos albinos y piel pálida, que se encontraba detrás de una de las sillas de los profesores.
—¿Malfoy? —preguntó con incredulidad.
—Harry Potter —escupió con el veneno de un Slytherin.
—¿Que haces aquí? —preguntó Harry.
El sonrió malvadamente —No es de tu incumbencia.
Harry suspiró, no podía creer que estaba teniendo una conversación con su auto declarado enemigo, Draco Malfoy. Estaba perdiendo el tiempo. Pero entonces cuando estaba a punto de irse escucho el replicar de una moneda que hacía eco en la mesa. El galeón se detuvo y después de unos segundos desapareció. Malfoy cuya sonrisa petulante seguía en su rostro habló:
—Dame algo mejor a mí.
Después de alrededor de casi cinco segundos, una copa plateada apareció en la mesa. Malfoy la agarro y se la ofreció burlonamente, Harry a pesar de la oscuridad pudo notar que era agua y estaba fría por la humedad que la copa desprendía. Por más ganas que le dieron de tomarla y salir corriendo, no le daría el gusto de hacerlo.
Draco al notar la sed de Harry, río y se tomó la copa de un solo trago. Se limpió el rostro con exageración y antes de volver a ponerla en su lugar le hizo un gesto a Harry con esta.
Al pasar por el lado le susurró —Así es como se hacen las cosas aquí, Potter.
Y golpeando su hombro desapareció.
La mañana siguiente al verse en el espejo Harry encontró unas marcadas ojeras junto a un aspecto pálido y demacrado. La falta de sueño lo estaba acabando, pero no podía encontrar tranquilidad con todo lo que sucedía en la escuela, especialmente después de lo de Sirius Black.
Aún así logró llegar a penas a clase de Transformaciones junto a su amigo Ron. Se sentaron juntos y vio como Hermione le dedicaba una mirada de desaprobación. En ese instante las puertas se abrieron y McGonagall entró la elegancia que la caracterizaba.
Abrió su libro "Transformación: nível intermedio " y se ubico donde habían quedado en la última clase. Al ver que Ronald miraba hacia todos los lados sin saber que hacer, lo insto para que leyera con él, puesto que probablemente había olvidado su libro; otra vez.
Al salir de la clase Hermione se les unió mientras trataba de sostener sus gruesos libros sin dejarlos caer. Harry agarró dos y uno lo puso sobre las manos de Ron quien lo miró mal.
—¿Y que es todo eso, Hermione? —preguntó Harry, haciendo obviedad en sus libros.
—Bueno, me he matriculado en más asignaturas que tu, ¿no te acuerdas? —dijo Hermione —. Son mis libros de Artimancia, Cuidado de Criaturas Mágicas, Adivinación, Estudio de las Runas Antiguas, Estudios Muggles...
—¿Para qué quieres hacer estudios Muggles? —preguntó Ron volviéndose hacia Harry y poniendo los ojos en blanco. —¡Tu eres de sangre muggle! ¡Tus padres son...!
Harry dejó de escuchar la típica pelea mañanera que solían tener su amigo Ron y Hermione, para observar a la gente que caminaba por los pasillos de Hogwarts. Hasta que se topó con la mirada fija de un estudiante de Slytherin, Malfoy. Harry frunció el entrecejo y trató de actuar como si nada estuviera pasando, pero aquella mirada desprendía furia y... Algo más que no podía adivinar. Estaba tan absorto en sus pensamientos que no se había dado cuenta cuando llegaron a la sala común de Gryffindor.
—Harry, ya puedes pasarme mi libro —habló Hermione pero no la escucho, por lo que ella volvió a repetirlo.
—Sí, si toma, lo siento —le entregó con torpeza el libro a la castaña quien miraba muy mal a Ron.
—Mujeres —le susurró Ronald antes de subir hasta su cuarto. En ese momento, Harry reaccionó y subió junto con Ron alcanzandolo.
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Why (Drarry)
FanfictionEs el tercer año en Hogwarts y Harry cree que sus dos amigos Ron y Hermione son los únicos en que puede confiar. El miedo avanza al igual que los dementores rodeando el colegio, mientras su enemigo Draco comienza a actuar diferente. Harry únicamente...