—Jungkook, estas despedido.
—¿Eh?
—Lo que escuchaste, estas despedido. Desde mañana ya no serás mí hijo. —SeokJin, extendió un sobre color café. —También tendrás que irte de la casa, tienes esta noche para descansar y empacar.
El pequeño de diez años agarró aquel sobre y lo abrió con lentitud. El hecho de que su padre le haya despedido, si es que eso era posible, había sido una sorpresa para él. ¿Tan mal muchacho era? ¿Su padre estaba enojado por su comportamiento? Es decir, Jungkook sabía que sus travesuras no eran de las más amigables y pacíficas, pero tampoco creía que eso sería una razón para cortar todo lazo de padre e hijo. ¿O si?
—¿Por qué? —Tuvo la valentía de preguntar. —¿Hice algo malo?
—¿Es broma? —Río con sarcasmo, ocasionando que el pequeño frunciera la frente molesto. —No me hacés caso, vives molestando a tus compañeros en el Colegio, te burlas de tus tíos y no quieres estudiar. ¿Sigo? Porque tengo toda la noche.
—Te odio.
—¿Lo vez? Estoy cansado de tu comportamiento de niño malcriado, encima yo te crié.
Jungkook le sacó la lengua al adulto y salió corriendo a su habitación. Esa noche, no comió, ni tampoco caminó por la casa en busca del gato de la familia para tirarle la cola, solo durmió.
A la mañana siguiente se levantó de mala gana y desayuno lo primero que encontró en la heladera. Estaba molesto, SeokJin lo había notado desde lejos, pero la situación tenía que darse así: asustar al infante y darle una lección. Obviamente no iba a dejar que pasara por las calles de la ciudad solo, sin nada.
Solo dejaría que diera vueltas y se mantendría alejado para velar su seguridad. Buen plan. ¿No?
—Me voy, nos vemos nunca. —Con su mochila de los Vengadores y su campera de algodón, Jungkook mantenía su vista fija en su padre.
—Te falta tu bufanda.
—No la quiero, quédatela.
—Entonces... —Abrió la puerta de la casa, con una sonrisa en los labios, y le hizo una señal al pequeño para que se marchara. —Estoy seguro que no leíste lo que te di, así que te daré un resumen. Es una carta de recomendación, por si quieres que alguien más te adopte.
«No quiero, no quiero. Solo quiero a papi»—Está bien. Me voy entonces.
Miró sus pies, dispuesto a quitar todo el orgullo que mantenía en su pequeño pecho -su tío Yoongi le había explicado que era eso- y disculparse con su cuidador. Pero no, su cerebro le hacia mantenerse fuerte e implacable ante la situación, así que caminó unos pasos y salió de la casa. Estando afuera, apreto la Correa de su mochila y respiró profundo.
Llorar no era opción.
Por su mente pasaban mil razones por las cuales debía quedarse en casa, descansar, y mirar dibujitos junto a su padre toda la tarde. Pero también se repetían las razones por la cuál estaba siendo "despedido": Sus bromas pesadas, como aquella vez que dejó pintura sin tapar en la silla de su padre y dejó que se sentara ocasionando que manchara el pantalón de trabajo o la vez que empujó a un compañero a un charco, solo porque estaba molesto. Sus berrinches mañaneros en donde siempre gritaba o lloraba por todo, incluso ponerse un zapato.
TODO ERA SU CULPA. Pero no iba a reconocerlo, después de todo, su padre le había enseñado a comportarse de esa manera. Eso, el adulto tenía toda la culpa de su comportamiento infantil y berrinchudo.
Decidido a ser independiente, a pesar de que la palabra rebotaba en su cerebro de un lado a otro sin ser comprendida, dió su marcha en busca de sus amigos del parque. Cómo siempre iba ahí con su tío Hoseok, se conocía el viaje de memoria, sin contar de que aquel lugar solamente estaba a la vuelta de su casa.
—Tengo... Tengo que ser independente. —Miró a los dos lados antes de cruzar la calle, como antes le habían enseñado, y volvió a retomar el camino hacia aquel lugar seguro—. TeTe va a ayudar. —Se repetía a sí mismo con cada paso que daba.
Por otro lado, un adulto respiraba con dificultad. Su bebé estaba ahí, solo, paseando por las calles de Seúl como si fuera algo de lo más normal en la vida. Sí, el había sido culpable de que su niño estuviera caminando por las calles solo, sin que nadie se fijara en él, aunque él lo mirara desde lejos.
—¿Por qué va a la plaza? Ahí no debería irse a llorar... —Cruzo la calle tiempo después que él niño lo hizo, todavía este no se dio cuenta de que estaba siendo seguido.
Desde la vista del adulto, la situación del niño era la peor del mundo, pero el infante no lo creía así. Después de tanto tiempo jugaría en la plaza con su amigo por más de una hora, justo como el adulto lo había pactado. Caminar hasta la zona de juegos había sido divertido de no ser que tropezó por su torpeza y no atarse los cordones como debía.
—¡Ey, niño! ¿Estás bien? —Mientras se sentaba en el suelo y tallaba sus ojos, asintió con lentitud—. ¿Donde están tus padres?
—N-No tengo...
—Emm... Perdón por preguntar. —El moreno levantó al niño del suelo y sonrió, luego, se arrodilló para atarle los cordones—. ¿Quieres comer algo? De seguro a Binnie le va a gustar tener compañía.
—¿Binnie? —Miró al adulto desde su posición mientras limpiaba su sucio pantalón.
—Mi hijo, es el niño que está corriendo a su amigo con una rama. El de allá. —Señaló la zona con algunos árboles, en efecto había un niño utilizando un palo como arma.
«Genial...» pensó el infante y se le ocurrió una idea, con un movimiento rápido, se quitó la mochilita de iron Man de su espalda y sacó un papel un poco arrugado.
—Adopteme, soy obediente, amigable y se cocina. —Tres mentiras, solo eso necesitaba para hacer caer al adulto.
—¡¿Eh?! —Apesar de que se iba a negar, tomó el papel entre sus manos y sonrió nervioso—. Aunque quiera hacerlo, no puedo...
—Por fis, por fis, por fis. ¡Por fis! Seré bueno.
—¡Jungkook! ¡¿Qué estás haciendo?! —Ambos, sí contando el adulto, se asustaron por el repentino grito. Es que vaya, el pulmón de aquella persona era impresionante—. ¿Eres tonto o qué? No debes hablar con extraños.
—No extraño, es mí nuevo papi. ¿No?
—¿Qué? Yo no dije eso. —En un ataque repentino de enojo, Jungkook se aferró a la pierna de su "nuevo papá"—. Niño, me van a pegar a mí si sigues haciendo eso.
—Nuevo papi.
—Kim Jungkook, si sigues jodiendo de esa manera te torturare lenta y dolorosamente.
—Nuevo papi dije, vamos a jugar con Binnie.
El moreno sonrió nervioso y movió la pierna esperando a que de esa forma la liberen—. Mmm. ¿No quieren que vayamos a dónde están los árboles? Necesito ver cómo está mí niño... Niño, hazle caso a tú. ¿Padre? Espera, dijiste que no tenías ninguno.
—Eso se puede explicar, ahora sueltate de ese hombre o te quitaré de su pierna yo mismo.
El niño volvió a negarse, apretando aún más la pierna del extraño. No iba a perder la oportunidad de tener un nuevo papá, parecía amable y tenía un hijo, nunca antes había tenido un hermano. La idea parecía tentadora.
°Babosadas de la cuarentena, osi.
(La historia hace referencia a un libro infantil, jejejejejeje)

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Hijo, estas despedido.
ContoJungkook es un pequeño de diez años travieso y desagradecido, por eso, SeokJin decide hacerle un broma: Despedirlo y echarlo de la casa. Con lo que no contaba el adulto, es que el pequeño se lo tomara lo más bien y decidiera, por cuenta propia, cons...