Capítulo 31

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Calipso 

Al momento de volver al colegio era presa de los comentarios, los dedos señalándome, susurros por lo bajo y miradas acusadoras; me sentía terrible por lo dioses que había hecho 

Percy se encontraba sentado en un banco igual de solo que yo así que me decidí en acercarme a él, aunque todos hablaran aún más. Me senté a su lado sin decir nada y dejé que se apoyara en mi hombro mirando un punto fijo en la pared, los pensamientos lo abrumaban 

-Deberías hablar con Leo- me dijo, y ni siquiera le respondí, sabía que tenía razón pero no encontraba las fuerzas ni la voluntad para hacerlo 

-Tú con Annie

-Intenté llamarla

-En persona Percy

-No debe querer verme 

-Leo tampoco a mi, es lo mejor 

Él se separó y me miró a lo ojos, los tenía rojos como si hubiese estado llorando, su sonrisa de siempre había desaparecido y solo quedaba un profundo arrepentimiento

-Todo es mi culpa

-Claro que no- dijo ahuecando sus manos en mi rostro, al notar varias miradas sobre nosotros quise alejarme pero Percy no me dejó- Somos amigos Cali, no hay por que avergonzarse de eso 

Apoyé mi cabeza contra la de él suavemente para luego separarnos y ponernos de pie para hacer lo que debíamos hacer 

Percy 

No sabía que iba a decirle a mi Listilla al estar frente a ella, solo sabía que día aclarar todo, ponerle un fin a todo eso de una buena vez, no iba a poder seguir viéndola a lo lejos mientras ella solo me ignoraba y no quería intercambiar ni una palabra conmigo 

En un impulso, me acerqué la tomé d el acintura y la besé, ¿por que había hecho eso? no lo se, solo lo había hecho. Cuando nos separarnos ella me miró perpleja, pestañeo varias veces como tratando de reaccionar, yo tampoco reaccionaba ante lo que había sucedido 

Me separé de ella rápidamente y me estaba por ir cuando Annie me volteo y estampó nuevamente sus labios con los míos, sabía tan bien. Nuestros labios sincronizaban tanto como la primera vez, ese deseo seguía presente, los sentimientos también aunque era un sabor agridulce ya que en ella aun se sentía un poco de rencor. Al terminar apoyé mi cabeza con la suya tomando su rostro con mis manos como hice hacía rato con Calipso, sacudí mi cabeza para no pensar en eso. Tenía ante mi a la única persona a la quería en ese momento 

La chica de la que me había enamorado Annabeth Chase con esos ojos color gris tormento y su hermosa cabellera rubia en una trenza al costado de su rostro, sus labios ligeramente rosados, con brillos labial suave, la ropa del colegio que a ella no le gustaba y a mi me encanta como le quedaba, podría haberme quedando mirándola mucho tiempo pero debíamos separarnos en algún momento. Apartó mis manos con gentileza y me sonrió

-Lo siento mucho Annie, esto...

-Shh, estabas borracho, vamos a dejarlo en eso por favor- asentí aunque seguía sintiéndome mal con lo de la fiesta era mejor seguir adelante y no estancarse en lo que había pasado en una noche, porque la amaba 

-Te amo Annabeth Chase- ¿lo había dicho en voz alta? sus ojos se abrieron como platos , todos los presentes nos miraban pasmados- ¿Quieres ser mi novia? 

Su rostro se iluminó, lo que estrujo mi corazón de ternura, asintió abalanzándose a abrazarme y luego besarme

-También te amo Sesos de Alga- me sentí algo aliviado al escucharla responder 

Ese fue uno de los días más felices de la secundaria 

Leo 

Al ver a Calipso mi corazón comenzó a acelerarse no sabía si era por enojo, por amor, por locura, por irritación u otra cosa, pero ella siempre podía hacerme sentir de todo 

Traté de alejarme sin embargo aumentó la velocidad y la seguridad en sus pasos quedando frente a mi sin darme la oportunidad de escaparme 

-Leo Valdez

-¿Si? 

-¿Puedes perdonarme?- su voz angustiosa rompió mi corazón, agachó la cabeza con tristeza 

-Ey, levanta tu cabeza Cali- con una mano tomé su mentón haciendo que me mirara directo a lo ojos, esos que me volvían loco aunque estuviéramos en una situación tan jodida 

-N..nunca había pensado en enamorarme así de ti, lo había hecho antes y siempre terminaba mal, no quería que otra vez fuera así 

-¿Enamorada?- ella sonrió débilmente y mis ojos se abrieron bien grandes,le sonreí abiertamente- Así que caíste en los encantos de este Leo sexy Valdez 

-Si, duende latino, lo he hecho 

-Tal vez solo tal vez yo también caí en el hechizo de una diosa griega- ella arqueó una ceja- Tú

Esta vez ella sonrió de oreja a oreja y con una mirada picara y burlona agregó

-¿Me has llamado diosa griega?

-¿Y tú admitiste que soy sexy?- se sonrojó levemente lo que la hizo aún más hermosa, pero tenía la cabeza en alto con la seguridad de siempre, no podía describir como me sentía en ese momento 

Las emociones explotaron cuando me besó se sentía tan familiar, tan dulce,tan perfecto. Imágenes de la noche de los shots volvieron, nosotros bailando en el cuarto que nos habían dado, besos, risas, anécdotas, hasta que nos quedamos dormidos uno apoyado en el pecho del otro mientras le acariciaba su cabeza con suavidad, siempre había sido ella. Siempre fuiste tú Calipso

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He vueltoo, con un poco de Percabeth y Caleo 

Preséntense aquí quien los ama



Me vuelves loca Sesos de AlgaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora