Capítulo 154: La verdad sale a la luz

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Fue de esta forma que Bai Luoyin soportó durante toda la noche. Al final, incluso él mismo no sabía cuando se había quedado dormido. Para el momento en que despertó, el cielo ya estaba pintado con una brillante variedad de colores.

A una distancia no muy lejana, el perro de nutria estaba mirándolo sentado en su jaula.

El cansancio hechizó todo su cuerpo, mismo que intentó alejar, sin embargo su fuerza de voluntad era superada por su debilidad. A excepción de sus ojos que eran capaces de desplazarse levemente, Bai Luoyin no podía mover ningún parte de su cuerpo. Sus pupilas se movían alrededor con una visión borrosa y se posaron sobre una clara figura del personal, yendo de un lado a otro en el patio. Dejando preocupar su mente, permaneció en silencio, esperando el momento en el cual sus miembros se recuperaran gradualmente hasta su vivacidad habitual.

Temprano en la mañana, Zhen Da Cheng había salido ya. Cuando regresó en la tarde Bai Luoyin aún permanecía arropado silenciosamente en la misma esquina a una distancia lejana.

“¿Quién es ese?” Zhen Da Cheng miró hacia la puerta y preguntó al guardia.

En un tono bajo, el guardia informó, “Es la persona que vino a buscarlo ayer.”

El asombro se introdujo en los ojos de Zhen Da Cheng mientras veía al frente. Realmente había pensado que Bai Luoyin se había ido temprano en la mañana. Nunca habría imaginado que en realidad aún estaría aquí. Más aún, al ver su apariencia, era claro que había dormido fuera en el patio durante toda la noche.

*/Joven, tu fuerza de voluntad es bastante fuerte. ¡Quiero ver cuánto tiempo durará!/*

Cuando Bai Luoyin vio z Zhen Da Cheng, de inmediato apoyó su mano contra la pared y se obligó a levantarse. El fino hielo que se había formado en su ropa ya se había derretido, pero lo que quedaba ahora era la humedad que dejaba su ropa prácticamente mojada con frialdad. Al haberse sentado en la esquina por una noche, la suciedad del piso había cubierto la tela de su ropa, adhiriéndose firmemente contra su voluntad. 

Paso a paso, camino hacia Zhen Da Cheng con su aspecto lamentable sin vida. E incluso entonces, la silueta de su rostro aún era besada con obstinación.

“Discúlpeme Sr. Zhen, ¿tiene tiempo hoy?”

Zhen Da Cheng permaneció en su lugar, giró su cabeza para mirar a Bai Luoyin y con una ligera sonrisa dijo, “Tengo.”

Bai Luoyin en realidad estaba sorprendido y se quedó sin palabras con este giro de eventos.

Zhen Da Cheng siguió diciendo, “Pero... no estoy de humor.”

Bai Luoyin osada, y sin embargo, cortésmente preguntó, “¿Entonces que lo pondría de humor?”

“Si quieres hablar conmigo, al menos límpiate un poco.”

La frialdad emitida de la ropa causó que Bai Luoyin temblara y cuando intentó abrir su boca nuevamente para hablar, Zhen Da Cheng ya se había dado la vuelta y se alejaba.

En la tarde, cuando el sol estaba en su punto más alto, quemando el suelo bajo de sí con sus rayos de luz, Bai Luoyin tomo una vasija de agua. Se quitó su camisa de algodón y su pantalón para entonces intentar lo mejor posible, frotar la suciedad. 

Are You Addicted? (Volumen I) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora