Había pasado ya un largo tiempo con su nueva familia, sus tios john y Freddie eran muy divertidos y disfrutaba estar con ellos, por otro lado sus padres Brian y Roger eran muy cariñosos con ella pero lo que no soportaba era sus pequeños descuidos ya que eran muy desastrosos.
Al día de hoy sigue con traumas por la vez que fueron al parque de atracciones:
-Tenemos todo un día para montar donde tu quieras Babette.- habló Brian.
Con la pequeña familia les venían acompañando John y Freddie. Caminaron por toda la feria pero no había nada que le gustara, por el camino compraron algodón de azúcar hasta que Babette vio un puesto que tenía un peluche gigante de oso panda.
-Es.. es...¡Es hermoso! ¡quiero uno!- gritó. Sus padres casi se desnucan el cuello al girar hacia donde señalaba su hija.
Para poder conseguir ese peluche era necesario lanzar dardos a varios globos para que explotara, los cuatro adultos se miraron entre si para decidir quién lo haría.
-Vamos Brian, a ti te gusta lanzar cosas punzantes, dar en el blanco y ganar cosas para tu hija - codeó John.
-¿Qué? ¿Desde cuándo?- se sorprendió Brian.
- Desde ahora cielo- le miro con una sonrisa sarcástica Roger- Deme cuatro dardos.
-Vámos Brian, tu puedes- animó Freddie.
Brian empezó a sudar como cerdo por la presión que le daba la mirada por parte de su esposo y sus amigos. finalmente, tras varios intentos consiguió aquel bendito oso pero el dinero se lo había gastado todo.
- Creo que será hora de volver a casa.
-Si vámonos, yo ya estoy cansado.- se sobó la espalda Freddie- además, tengo una cita muy importante esta noche.
-¿Irás a más antros con frutas y frutos?- preguntó John. Freddie le lanzó una mirada aniquiladora ¿quién se creía que era? Si, pasaría por ahí un rato pero no era eso lo principal que iba a hacer.- ¿qué?
Los cuatro adultos se subieron al coche y empezaron a conducir con Brian de conductor, Roger de copiloto y los otros sobrantes en la parte de atrás. A mitad del camino Roger sintió que algo se le metió en el ojo así que bajó el espejo que había en el techo del coche para mirarse qué tenía. Un frenazo duro hizo que fuera hacia delante y chocara su cara contra el cristal, John junto con Freddie sintieron que sus cabezas casi salían volando.
- Ah... ¿Si viste? me golpeé la cara contra el cristal- miro Roger un poco deconcertado a su marido que se veía pensativo - ¿Te pasa algo?
- Esto me huele mal- miró a Roger, el rubio pensó un rato, abrió los ojos como plátos al darse cuenta de lo que pasaba y ambos miraron a los asientos de atrás.
-No puede ser, me duché ayer- se olio John.
-¡Olvidamos a la niña! - gritó la pareja.
Este tipo de situaciones ya se le había hecho normal a la niña que se encontraba sentada en un banco por la espera de sus padres
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La pequeña niña se había despertado por culpa de unos ruidos extraños provenientes de la habitación de sus padres adoptivos. Con curiosidad se dsipuso a buscar sus zapatos de casa y se dirgió hacia aquella habitación mientras los extraños ruidos se oían cada vez más.
- Roger no te muevas- dijo Brian un poco molesto.
-¡Esque duele mucho! - se quejó.
-Solo un poco más...
La pequeña se sobresalto ante aquello y malos pensamientos vinieron por su mente, no sabía si volver a su habitación para volverse a dormir o ayudar a su padre rubio que gruñia de dolor.
- Ah...- se quejó Roger.
Babe se hecho a correr hacia la habitacion de sus progenitores, tenía que ayudar a su padre rubio se notaba que estaba sufriendo. Abrió de golpe la puerta y se encontró a un Roger sentado en la orilla de la cama mientras que Brian estaba de rodillas...mirando la mano de Roger porque se le habia metido una astilla. No mal piensen.
-Oh ¿Sucede algo, Babette?- dijo Roger.
La niña sintió sus ojos un poco llorosos, estaba preocupada por su padre, no quería que su nueva familia se destrozara como su antigua familia. Ambos adultos se asustaron al ver que la niña empezó a llorar muy fuerte, nunca se imaginaron en esta situación porque durante estos dos meses ella nunca lo había hecho. Se acercaron a ella para abrazarla.
-Creí que papá Roger se estaba muriendo.- lloró más furte
-No pasa nada pequeña. Estamos contigo.- habló Brian.
-Papá está bien, solo se clavó una astilla en el dedo- abrazó más fuerte Roger- Esto es culpa tuya- fulminó con la mirada a Brian.
Brian tragó en seco tras recibir aquella mirada aniqulante de su pareja, no era su culpa que le dijera que era hora de cambiar el colchón pero para aquellos nuevos padres el problema no era el colchón, sino su hija.
Babette seguía llorando mientras recórdaba la época de cuando vivía con su madre.
"Una pequeña niña se encontraba jugando en el jardín de su casa mientras su madre hablaba con la visita que llegó hace un rato. Un hombre muy alto y un atuendo muy elegante. Un grito de su madre la sobresaltó e hizo que se metiera a la casa para ayudarla.
-¡Eres una tremenda puta!- gritaba el hombre hacía la madre de la pequeña, la sujetaba del pelo fuertemente y le dio un puñetazo en la cara.
-Por favor...-suplicaba la mujer de rodillas- vete, mi hija nos está viendo.
-¡no! Te dije que volvieras conmigo y lo primero que haces es tener una hija con otro.- Le propinó varias patadas a la mujer, esta se quejaba de dolor pero no podía levantarse para defenderse.- ¿Quién es el padre?
-No te lo pienso decir -rió un poco débil- ¡lárgate! - otro golpe en su cara.
La pequeña seguía ahí de pie viendo como ese hombre pegaba a su madre, en ese momento desearía hacerse gigante para aplastarlo como una cucaracha y salvarla. Ese adulto le estaba haciendo daño.
El hombre cogío un jarrón y se lo rompió en la cabeza de la mujer que quedó tendida en el suelo. Estaba muerta.
Lo único que recuerda aquella niña es como lloraba en la puerta del horfanato bajo la lluvía y veía a un hombre alejarse"
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Si hay alguna falta de ortografía o el contexto no se entiende avisarme, me ayudaría muchísimo con mis historias.
Besos.