siempre te voy a ayudar

648 48 6
                                    

Narra ______

¡Maldita sea Izuna!

¿¡porque chingados me dijiste que Tobirama y Hashirama eran del clan Senju!?

¡ahora estoy en pleno campo de guerra contra los Senju sin poder concentrarme bien por lo que me dijiste!

¡mi cerebro no deja que olvide lo que me dijo porque me odia!

¡por más que intento no pensar en eso más lo pienso!

¡maldita sea!

Reiko: ¡¡______ cuidado!!

Me giré un poco para ver con un Senju iba a clavar su katana en mi.

Mi única reacción rápido fue bloquearlo como pude con mi katana.

Pero el tenía más fuerza que yo al ser alguien más grande que yo.

Por lo que termine con una gran cortada en mi brazo.

Reiko rápido llego conmigo y me ayudo a librarme del Senju para ponernos espalda contra espalda al ver que venían más.

Reiko: ¿qué te sucede?

______: no lo se, no me puedo concentrar...

Reiko: pues deberás hacerlo si quieres vivir

Me quedé en silencio pues tenía razón.

No puedo darme el lujo de estar pensando en los Senju en este momento...

La vida en la guerra con estas cosas puede ser arrebatada en un segundo...

(...)

Soy patética...

Pude apenas concentrarme en el campo de batalla para sobrevivir.

Pues estoy en cama con mi brazo derecho roto, con el otro con una gran cortada, estando inútil de los dos brazos.

Tenía moretones de todos los colores en todo mi cuerpo y una venda en la cabeza porque un Senju me descalabro.

Estaba en la mierda y todo por pensar en mis amigos que resulta ser ahora mis enemigos....

Hiado: de verdad eres inútil...

Oh, olvidé mencionar que mi querido prometido se quedó a cuidarme hasta que me recuperara...

Preferiría que me volvieran apuñalar los Senjus a tener que soportarlo...

Mire como a molesto acomodaba las cosas de la habitación mientras murmuraba cosas como "¿porque tengo que hacer esto yo?" "Acaso soy la señora de la casa" y esas cosas.

Solo rodé los ojos cansada.

Estaba dispuesta a dormir para ignorarlo pero en eso siento dolor en mi estómago a causa de algo de peso sobre esta.

Abrí los ojos viendo a Hiado sentado en mi panza.

Era bastante pasado por la gran diferencia de edad, altura y peso que teníamos.

Respiraba con dificultad mirando como él me miraba de arriba abajo.

¿Que estará pensando ahora este tarado?

Hiado: lo único que te salva es tu cuerpo y tu bonito rostro- dice sujetado con fuerza mi rostro para que lo mirara a los ojos- es una lástima que los Senju te dejaran así- soltó mi rostro con brusquedad por lo que me queje

Antes de poder hacer algo me besó en los labios, me sorprendí por la repentina acción de Hiado, que yo recuerdo nunca me había besado en todos esto años.

¿será posible? Tobirama Senju Y TuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora