Avengers One Shot's

Lovers

—¡Mi nombre es Peter Parker...! No... ¡Me llamó Peter Parker! ¡Hey soy Peter! ¡Qué onda soy Pet!

—Peter, tu almuerzo está listó... —Tía May gritó desdé la cocina, terminé de ponerme la camiseta, terminé por mis lentes y salí para al fin ir a la escuela. —Pasaré por ti a las dos...

—No hay problema, tenía pensado ir a la biblioteca... Dicen que es enorme...

—De acuerdo, no olvides tu celular... No quiero mal entendidos como la última vez... —May tomó las llaves del auto, tras cerrar la casa y conducir hasta la escuela, iba repasando de nuevo como me presentaría ante mis nuevos compañeros.

—May, estoy nervioso...

—Todo saldrá bien Pet, eres encantador todos querrán ser tus amigos... Sólo no hables demasiado... —Le sonreí.

Teníamos un par de semanas que llegamos a Queens, vivimos por dieciocho años en Londres, pero cierta noticia nos hizo regresar a mi natal país. Nací exactamente en la misma casa donde vivimos hoy, mis padres fallecieron cuando tenía sólo meses de nacer, el tío Ben y la tía May cuidaron de mi todo este tiempo. Fue hasta hace poco que, cierta persona nos hizo volver aquí.

—¿El tío Ben...?

—Llegará hoy por la noche, el vuelo se retrasó por la nieve, pero a las seis saldrá el próximo vuelo. Y le prometí que habría lasaña para cuando volviera, así qué...

—Oh May... Tendré que preparar la cena...

—Disculpa me, pero a nadie le queda tan bien la Lasaña como a ti... Así que...

—Bien yo la preparó, pero compra los ingredientes.

—Hecho... —Al llegar me despedí de ella, bajé del auto. Al entrar todos hablaban, unos bailaban, jugaban voleibol sobré el césped, otros hacían tareas. Había una estatua en medió del campo. Abrí las puertas y dentro era un poco más tibio y silencioso.

—Hola soy Gwen Stacy, reportera y fotógrafa del periódico escolar y anuario. No te había visto antes, así que asumo que eres nuevo...

—De echó... Me llamó Peter Parker.

—Creó que, si escuché de ti, vienés de Europa ¿No es así?

—En efecto... De hecho, soy americano, pero vivía haya...

—Bueno, también como presidenta del consejo escolar, tengo la obligación de darte tu horario y clave de tu casillero. En él hay panfletos sobré los talleres existentes, debes entrar como mínimo tres. Logré convencer que hombres también entrarán al equipó de porristas. Digo por si te interesa. El deporte en esta institución es muy valioso, se han graduado grandes estrellas de aquí. Tu podrías ser uno. Me despidió, esperó haberte sido de ayuda si necesitas algo más, en el descanso estoy en biblioteca y al salir en el campo de americano. —Sin dejarme decir algo se marchó.

Sonreí, fui a buscar dicho casillero. Buscando el número seiscientos dieciséis. Coloqué la clavé, al abrirlo en efecto había un par de folletos, los guarde en mi mochila, en dicho casillero guarde los libros de lectura que el tío Ben me había obsequiado. Cheque mi horario, mi primera clase es historia en el salón quince A, justo al lado de mi casillero.
Me adelante y entre, tome el asiento vacío que vi, justo delante del escritorio del profesor. El aula fue llenándose hasta que sonó el timbre, el maestro entro.

—Jessica ese no es tu asiento... —Era un hombre con anteojos, cabello peinado hacia atrás y traje negro, al oír la voz de dicho hombre, todos fueron a sus asientos y guardaron silencio.

—Disculpe usted señor Coulson, pero alguien más toma mi lugar el día de hoy. —Levante el rostro, asumí que era yo el invasor. El maestro volteo a verme.