Mi único pecado [°Yoonmin°]

[1]

 Sigues siendo el comienzo de todo.

"El infierno es tan divertido como el paraíso ven baila conmigo, mientras la noche sea nuestra cómplice, dame tu mano no temas mi pequeño ángel el pecar no el tan malo, solo es una diversión que muy poco están dispuestos a probar" 

Recordaba esas palabras dichas por aquella persona, pero porque sentía que estaba en una vida pasada y o en un sueño, un deja vu. Otra vez traía la misma ropa y me miraba al espejo era yo solo que mi cabello es más claro como amarillo.

El menor miro como su sueño se volvía repetir, como si alguien le intentara hacer recordar que no era un sueño que todo lo que está viviendo es un viaje en tiempo. Empezó a caminar con cautela sabía que debía bajar al mundo de la tierra y poder ver esos ojos gatunos de nuevo, le llamaba tanta la atención aquel chico de cabello oscuro como la noche que acariciaba su piel siempre que estaban juntos.

- Pensé que no volverías— susurro el demonio desde la oscuridad — los demás ángeles se han dado cuneta.

El mismo dialogo, la misma forma, pero porque no podía cambiar esto que mi pecho sentía al saber lo que iba a pasar.

- Si — el arcángel se acercó a su amado, se preguntaba porque se sentía tan cálido cundo siempre estaba cerca de él — el señor se ha molestado y la corte de los ángeles ha hablado.

- Jimin — el demonio tocó las alas de su acompañante con cuidado como si de algo frágil se tratara — tus alas.

- Mis alas serán quitadas y seré desterrado al mundo mortal — suspiro con tristeza — estaba dispuesto a dar mi vida por ti que condene a mi familia conmigo.

- Es mucho más de lo que puedo manejar — un aura de enojo adorno aquel rostro tan frío y hermoso ante los ojos del ángel — te buscare y volveremos a empezar.

El arcángel miro con tristeza a su amado, quería guardar en su memoria la imagen de aquel hermoso demonio que lo enamoro y lo hizo llevar a un mundo tan distinto, al menos no se arrepentía de aquel pecado que llenaba de calidez su corazón.

Las palabras me salen tan fáciles contigo como si fueras siempre mi destino, aunque sea un sueño muy cruel al final.

- Mi ángel mi hermoso ángel — susurro sobre los labios de su amado — permite que esta noche se nuestro camuflaje para estar cerca de tu cuerpo y probar cada parte de él, embriagarme con tu aroma y rogar que la mañana no llegue.

- Su permiso es concedido dueño de mi corazón que esta noche sea nuestra — termino la frase sintiendo los labios ajenos moverse sobre los suyos aquel dulce sabor que tanto lo amaba un vino dulce tan dulce que a cualquiera llevaría a rogar por probarlos más.