𝐄 ❘ ❝Del sufrimiento han surgido las almas más fuertes; los personajes más grandes están marcados por cicatrices❞
En el intermitente remolino de mis malas decisiones y una racha de infortunios se formaron los años más complejos de mi vida, la miser...
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❝Mi debilidad simbolizaba retornar a los días en donde las cadenas pesaban❞
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Era remotamente absurdo sostener una vida corriente dentro de un gremio oscuro, cuya especialidad se centraba en el asesinato. Y aún bajo esas circunstancias, existían individuos dentro del gremio que jamás habían concluido con la existencia de alguien.
Einsewald es un lugar en donde tan solo unos cuantos nombres destacaban por su mala fama, el resto pasaban desapercibido por completo y tomaban trabajos menores como hurto, o en algunos casos incapacitar a un individuo. Los trabajos serios como el asesinato solían ser ocupados por magos como Erigor, que tenía una fascinación por ponerle fin a las vidas, y en algunos casos Kage asimismo los tomaba. Desafortunadamente, yo entraba al pequeño porcentaje que acarrea en sus memorias el peso de algunas que otras muertes.
Conservaba la certeza de afirmar que ya había probado gran variedad de los encargos que ofrecía el gremio, mis labores simplemente aparcaban el robo de artilugios valiosos, o la estafa a personas no muy transcendentales. Incluyendo el trabajo sucio en donde resultaba imposible no ensuciarse las manos.
No me agradaba este gremio en lo absoluto, y la única razón de mi estadía eran los recuerdos, así como el botín conseguido. Nunca fueron grandes sumas de dinero, ya que éramos un gremio ilegal. Pero las recompensas a veces se trataban de libros sobre magia que alimentaban mi curiosidad, y alguno que otro objeto que terminaba en el descuido en mi caja de memorias.
