prologo

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-Antiguamente, humanos y faerys vivían juntos en la Tierra, pero con el tiempo la desconfianza entre ellos aumentó, desestabilizando su relación. Como resultado, muchas de las razas faerys se extinguieron por falta de reproducción o por genocidio.- leí por cuarta vez en voz alta. -Un siglo después de la muerte de Juana de Arco, comenzó el llamado Gran Exilio. Cuando los faerys comprendieron que la relación humano-faery llegó a un punto de no retorno, decidieron lanzar el <<el Sacrificio Azul>>.  - La creación de eldarya siempre la leía... sobretodo por que no la termino de entender-  Se trataba de un potente encantamiento y que nunca se había practicado antes. Un último recurso para conservar a sus iguales. Lo decidió un consejo de tres razas: los Dragones, símbolo de la fuerza; los Fenghuangs, símbolo de la sabiduría y los Daemons, símbolo del poder.- era algo así como la trifuerza.

-Los Dragones y los Daemons fueron elegidos para sacrificarse, con el fin de crear el mundo de Eldarya, pero los Daemons se aterrorizaron ante la idea de ver su raza extinguirse. Traicionaron el pacto que habían realizado y no se sacrificaron. Sólo los dragones mantuvieron su palabra. Al hacerlo, provocaron la inestabilidad del mundo de Eldarya: la falta de fertilidad en las tierras, la irregularidad de los portales... Lo peor de todo esto, es que no se libraron de la extinción, ya que todas las otras razas faerys, locos de ira porque no se respetó la palabra Sagrada, los cazaron y mataron hasta el último de ellos.- termino el relato aquel rubio de ojos verdes.

  Sonrei y deje el libro aun lado, y fui corriendo a abrazarle. 

- ¡Que bueno que regresaste Leiftan!-  le dije emocionada. aquel rubio con puntas negras a sido mi tutor legal desde tiempos inmemoriales. 

- pff, la verdad es que e estado muy ocupado en el C.G.- Respondió alborotándose su cabello.

- y agradezco que me vengas a ver apenas llegues de tus misiones.- Leiftan quito su gran abrigo blanco y lo coloco en mis hombros.   

-  te extrañe hermosa.-  menciono mi contrario. 

- lose.- el mayor me jalo mis puntiagudas orejas.- AH- me queje del dolor. cuando dejo de jalarme las orejas me las empece a sobar.- ¿Por que hiciste eso?- le pregunte enojada.

- Por que tienes que dejar de ser tan egocéntrica.-  me dijo el rubio con una voz calmada y dulce... algo que su reciente acción no reflejaba.

-Tu lo que quieres es herir el corazón de la chica mas hermosa del mundo.- me coloque la mano en el pecho y hice una mueca de dolor y le di la espalda. obviamente sobre actué.

- Oye... Para mostrar mi arrepentimiento te llevare al C.G y dejare que te unas a una guardia.- Sonreí inmediatamente y dirigí todo mi cuerpo hacia el abrazándolo.

- ¿En serio?- pregunte con cierta luz en mi mirada. 

-si, si, si, si. Rápido, antes de que me arrepienta.- dijo leiftan moviendo la mano de arriba a bajo.

***

-Waaaa.- habíamos entrado por una puerta enorme que cedía el paso a el famoso C.G. era una especie de ciudad-refugio. Por lo que me contó leiftan  era un lugar en donde le permitían estadía y residencia a personas de toda Eldarya. 

- cierra la boca.- dijo leiftan.  con mi mirada "lo fulmine". - Bien, Bien. Cierra tu hermosa y perfecta boca oh gran majestad Alana. no vaya a ser que se te metan las moscas. 

- perfecto, subordinado.- dije para después tomarlo de la mano y empezar a correr hasta un sendero de arcos.   

 El recorrido fue corto, no habían muchas cosas, un quiosco, un jardín de música, un cerezo, el refugio y  un mercado. en el mercado vi algo muy hermoso... leiftan se dio cuenta que me había gustado.

-Eso es un espejo...¿Te gusta?.- pude ver que mis ojos eran color azul brillantes y que mi cabello rubio caramelo estaba hermosamente peinado gracias al mayor.

- Me encanta.-  dije para después tocar los bordes.

 Leiftan termino comprándomelo, y yo como agradecimiento le di un beso en la mejilla... claro... mis besos cuestan mucho. pero no tanto como 1000 de oro. 

   Tras estar dentro de las salas de las puertas, Leiftan me dejo a cargo de un chico mitad unicornio... creo que se llamaba keroshade. su físico era muy curioso; tenia un cuerno, cabello negro, ojos marrones y una cola mágica.

- Bueno Kero, ella es Alana, ella es una elfa y quiere ser parte de una de las guardias. 

- hola keroshade.- salude alegremente.

- es keroshane.- corrige este.  

-upss

- Bueno, linda. Tengo que ir a la sala del cristal... cualquier cosa no dudes en llamarme.- Leiftan me guiño el ojo "y se marcho"~. abrace inconscientemente el espejo en mis brazos. 

***

- Bien, Alana. la guardia en la que quedaste sorprendentemente fue; la guardia de la sombra. por lo general  los elfos terminan el la absenta.

-Obvio, yo no soy como los demás elfos. - con mi mano quite un mechón de pelo de mi cara de forma arrogante.

-si... como sea.- el de cabellos negros paso su mano por sus cabellos.- tu jefe de guardia ahora debe estar por el sendero de los arcos.

-¿Como lo reconoceré?

- Es el único que veras ligando con cualquier chica.

-oh..

***

- Disculpe... ¿ es usted el líder de la guardia de la sombra?.- le pregunte a un tuerto de pelo negro y ojo creo que gris.

- si, soy nevra.- El lider tenia aproximadamente 20 años mas o menos. y a pesar que le faltase un ojo el seguía siendo atractivo.- ¿ a que debo la parecencia de  tan bella dama?.- Uff... esto lleva mi ego a otro nivel.

- oh... bueno, soy  Alana y soy parte de tu guardia... apenas me incorpore hoy.- le sonreí Por cortesía.

El líder de la guardia se acerco demasiado a mi cara, lo cual me incomodo de muchas formas. Mi mano derecha la fui poniendo lentamente en su mejilla para después darle una cacheta.


<< Plassss>>

  Resonó por todo el C.G. Nevra se quedo sobando su mejilla.

- Adiós Refrigerador.- dije para  marcharme del sendero de los arcos.

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